El oxidado color de la p¨¦rdida
A punto de cumplir 84 a?os, Sidney Lumet ha borrado definitivamente la concepci¨®n del Oscar honor¨ªfico como premio otorgado a jubilados y/o artistas m¨¢s cerca del f¨¦retro que de la claqueta. Galardonado por la academia estadounidense en 2005 por el conjunto de su obra, desde entonces nos ha regalado una exquisita muestra de cine judicial con toques humor¨ªsticos (Declaradme culpable), y la que probablemente es su mejor pel¨ªcula de los ¨²ltimos 25 a?os: la magistral Antes que el diablo sepa que est¨¢s muerto.
Una joyer¨ªa. Un robo aparentemente f¨¢cil que se viene abajo. Consecuencias f¨ªsicas y morales en los protagonistas. Narraci¨®n desestructurada envuelta en sucesivos c¨ªrculos. Desde luego, la nueva pel¨ªcula de Lumet comparte con Reservoir dogs tanto el escenario central que sirve de excusa argumental como su intrincada narrativa. Sin embargo, bajo la apariencia del thriller criminal, Antes que el diablo... esconde una tragedia familiar de proporciones shakesperianas sobre la aflicci¨®n personal, el dolor enquistado desde la infancia, el tedio del devenir y la imposibilidad para escapar de un destino marcado de antemano.
ANTES QUE EL DIABLO SEPA QUE EST?S MUERTO
Direcci¨®n: Sidney Lumet.
Int¨¦rpretes: Philip S. Hoffman, Ethan Hawke, Albert Finney, Marisa Tomei.
G¨¦nero: thriller. EE UU, 2007.
Duraci¨®n: 123 minutos.
El excelente gui¨®n de la debutante Kelly Masterson describe unos personajes desolados, encerrados en un turbio ambiente del que les resulta imposible desertar, gente del mont¨®n que intenta sacar la cabeza del hoyo, pero que con cada movimiento queda irremediablemente a¨²n m¨¢s hundida, gente con la que Lumet est¨¢ suficientemente familiarizado, que guarda sus problemas en el est¨®mago y no en la cabeza, perdedores que huyen hacia delante con la ayuda de una venda. As¨ª era el jurado n¨²mero 3 que interpretaba Lee J. Cobb en Doce hombres sin piedad, el debut cinematogr¨¢fico de Lumet en 1957; as¨ª era el superviviente jud¨ªo Rod Steiger de El prestamista; as¨ª era el perturbado polic¨ªa Sean Connery de La ofensa; as¨ª era el inmolado psiquiatra Richard Burton de Equus; as¨ª era el alcoh¨®lico abogado Paul Newman de Veredicto final.
En Antes que el diablo... no hay h¨¦roes ni villanos. Sus criaturas evolucionan a lo largo del relato al tiempo que el espectador cambia la percepci¨®n que va teniendo de ellos. Lumet rueda con rabia cuando hay que tirar de ella (los estallidos de furia) y con quietud cuando hay que describir el dolor interno (enorme Philip Seymour Hoffman en el piso refugio). La marcad¨ªsima banda sonora de Carter Burwell, presidida por las tonalidades graves, envuelve la historia con una dimensi¨®n tr¨¢gica. Lumet, un grande del cine, ha filmado el oxidado color de la p¨¦rdida.
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