Un m¨¦todo reversible para inhibir la libido
Fue el presidente franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy, quien el pasado verano desempolv¨® la aplicaci¨®n voluntaria de la castraci¨®n qu¨ªmica tras la reincidencia de un pederasta. Se trata de una medida populista que en casos as¨ª calma los ¨¢nimos de amplios sectores de la sociedad, pero sobre la que existe un gran desconocimiento.
En Espa?a ya se ha iniciado el debate, todav¨ªa sin demasiada resonancia, despu¨¦s de que un grupo de expertos de Catalu?a haya planteado la "supresi¨®n hormonal reversible" para los violadores reincidentes. Se trata de un tratamiento farmacol¨®gico que deber¨ªa aplicarse en el marco de un tratamiento m¨¢s amplio, con medidas psicol¨®gicas y actuaciones penales adecuadas a cada caso para favorecer la reinserci¨®n social del violador.
Estas medidas pasan, entre otras, por la pena accesoria de libertad vigilada recogida en la sentencia, la obtenci¨®n forzada de muestras gen¨¦ticas de los delincuentes o la base de datos unificada para diversos servicios p¨²blicos. El objetivo que persigue la supresi¨®n hormonal reversible no es otro que inhibir el deseo sexual del delincuente de manera que no pueda reincidir, ya sea con su cuerpo o ayudado de alg¨²n objeto.
Estas propuestas se han formulado tras varios meses de debate despu¨¦s de que la Generalitat de Catalu?a y la fiscal¨ªa catalana crearan una comisi¨®n de estudio a ra¨ªz de la excarcelaci¨®n, el pasado mes de septiembre, de Jos¨¦ Rodr¨ªguez Salvador, el violador del Vall d'Hebron. Los trabajos de la comisi¨®n acabaron el pasado mes de marzo y ya fueron trasladados a diversos organismos. Entre ellos, el Ministerio de Justicia.
Tratamiento voluntario
La legislaci¨®n espa?ola no permite aplicar un tratamiento as¨ª si no es aceptado por el preso, tras ser informado. Los expertos, adem¨¢s, precisan que la medida ha de ser evaluada en cada caso para hacer un seguimiento de su eficacia y cumplimiento. Un trabajo reciente del Centro de Estudios Jur¨ªdicos de la Generalitat, que sigui¨® durante cinco a?os a un grupo de violadores que quedaron en libertad, concluye que reincidieron el 18% de los que no recibieron ning¨²n tipo de tratamiento, y s¨®lo el 4,6% de los que s¨ª lo hicieron.
"Ha de quedar muy claro que la supresi¨®n hormonal no es una pena, sino un tratamiento, y que de la misma manera que al ladr¨®n no se le corta la mano, al violador no se le puede amputar nada", explic¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, ex fiscal jefe de Catalu?a y presidente de la citada comisi¨®n.
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