Jean Delannoy, el cineasta del academicismo confesional
En 1946 gan¨® la Palma de Oro del Festival de Cannes
Era un hombre culto y preparado, licenciado en Letras, buen m¨²sico, que antes de embarcarse en el mundo del cine, dud¨® entre el menos fantasioso de la banca o el terreno impreciso del periodismo. Jean Delannoy hab¨ªa nacido en los alrededores de Par¨ªs ahora hace cien a?os y falleci¨® el 18 de junio en su domicilio de Guainville, en el noroeste franc¨¦s.
Debut¨® como actor en el cine mudo, en 1927, siguiendo los pasos de su hermana, pero se interes¨® por el montaje y, desde 1933, por la puesta en escena de cortos y mediometrajes. En 1938 dirige por primera vez al rodar el musical de encargo Paris-Dauville, realiza el melodrama Paradis de Satan y emprende, el a?o siguiente, la realizaci¨®n de Macao, l'enfer du jeu, que no podr¨¢ estrenarse hasta 1942 porque uno de sus protagonistas -nada menos que Von Stroheim- era un actor detestado por los nazis y hubo que filmar de nuevo las escenas en que aparec¨ªa.
Es durante la ocupaci¨®n alemana cuando Delannoy logra su primer gran ¨¦xito -Pontcarral, colonel de l'empire (1942)- a trav¨¦s de la biograf¨ªa de un personaje vilipendiado, pero que logra ser rehabilitado a pesar de un poder que parece no comprender lo que significa el t¨¦rmino "patriotismo". Eso har¨¢ que muchos espectadores vieran el filme como una apolog¨ªa de la resistencia a los alemanes y, sobre todo, a P¨¦tain.
En 1943, con un gui¨®n de Jean Cocteau, se lanza a la realizaci¨®n de L'Eternel retour. Es un t¨ªtulo clave en su filmograf¨ªa, hasta aqu¨ª marcada por el predominio del cine popular y, a partir de ese momento, inclinada hacia las adaptaciones de prestigio y de una innegable inspiraci¨®n cat¨®lica. En 1946, con La Symphonie pastorale, basada en el texto de Gide y con Mich¨¨le Morgan como hero¨ªna ciega, gana en el Festival de Cannes. Sartre es el guionista de su pel¨ªcula siguiente, Les jeux sont faits, una fallida y atrevida incursi¨®n en el universo fant¨¢stico. En 1950 filmar¨¢ Dieu a besoin des hommes, en la que un sacrist¨¢n lucha por llevar por el recto camino a una poblaci¨®n de miserables pecadores fan¨¢ticos.
Delannoy, Duvivier, Christian-Jaques y Autant-Lara son los cineastas denunciados por Fran?ois Truffaut en su c¨¦lebre y malintencionado art¨ªculo Una cierta tendencia del cine franc¨¦s. Les reprocha a esos directores el ce?irse estrictamente al gui¨®n y carecer de personalidad con la puesta en escena. Es una cr¨ªtica parcialmente v¨¢lida, pero que acabar¨¢ por imponerse como verdad irrefutable. Antes, Delannoy tendr¨¢ tiempo de rodar un cl¨¢sico de la novela cat¨®lica -Chiens perdus sans collier (1955), sobre los j¨®venes privados de autoridad paterna- o de explotar la vena sentimental en Notre Dame de Paris y en Marie-Antoinette (1957). Tambi¨¦n realiza dos buenas adaptaciones de Simenon, con Jean Gabin como un convincente comisario Maigret: Maigret tend un pi¨¨ge y Maigret et l'affaire Saint-Fiacre, en 1957 y 1958.
Pero la llegada de la Nouvelle Vague va a envejecer de golpe el cine de Delannoy y sus coet¨¢neos. Durante la d¨¦cada de los sesenta, propicia al cine de autor y poco al realizador de estudio, su obra pierde pie y se desorienta. La devoci¨®n religiosa ser¨¢ su tabla de salvaci¨®n: en 1988 rueda Bernadette, dos a?os despu¨¦s La passion de Bernadette y, por fin, en Marruecos, ya en 1995, Marie de Nazareth.
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