"Hasta siempre en Oleiros libre"
Un hijo del revolucionario preside el 'destape' de la estatua gigante del Che
La figura del Che, con boina y estrella, ya est¨¢ ligada "para siempre" a Oleiros, un acomodado municipio residencial del cintur¨®n de A Coru?a. Vigilada por una c¨¢mara de seguridad y asentada sobre una alfombra de c¨¦sped artificial en el centro de una transitada rotonda, pr¨®xima al mar y de nombre Nirvana, luce desde sus ocho metros de alto la estatua en acero con el rostro del comandante tal y como lo inmortaliz¨® el fot¨®grafo Alberto Korda en una instant¨¢nea que no deja de dar la vuelta al mundo. "Tu presencia, comandante, permanecer¨¢ para siempre con nosotros, aqu¨ª en el territorio libre de Oleiros, donde la derecha nada tiene que hacer y los fachas menos", proclam¨® el alcalde, el independiente ?ngel Garc¨ªa Seoane, minutos antes de destaparse el inmenso monumento ante cientos de personas y un importante despliegue policial.
S¨®lo seis vecinos, con gritos contra Castro, intentaron entorpecer el acto
Los concejales del PSOE y el BNG no acudieron en protesta por el gasto
Aunque en segundo plano y sin intervenir en los discursos, protagoniz¨® el acto, al que acudieron los c¨®nsules generales de Cuba y Venezuela, Camilo Guevara, uno de los seis hijos del m¨ªtico revolucionario. Y con el pl¨¢stico negro que empaquetaba hasta ayer la estatua tambi¨¦n pareci¨® caer la pol¨¦mica que, con el PP local a la cabeza, desat¨® una plataforma vecinal contra esta inesperada iniciativa del regidor que cost¨® casi 179.000 euros. S¨®lo seis exaltados vecinos, con gritos contra el r¨¦gimen castrista, intentaron, sin lograrlo, entorpecer la inauguraci¨®n.
Un acto al que tampoco asistieron los representantes del PSOE y del BNG en protesta por un gasto excesivo, dicen, para un municipio de 32.000 habitantes "con muchas necesidades y lagunas que cubrir". Precedido en los discursos por la ex locutora de televisi¨®n Tareixa Navaza, que se dedic¨® a fustigar al PP y su "derroche de dinero en la Ciudad de la incultura de Santiago" mientras ensalzaba la gesti¨®n del alcalde de Oleiros, ¨¦ste ¨²ltimo prefiri¨® centrarse en los "infinitos motivos" que le movieron a rendir homenaje a su h¨¦roe.
Garc¨ªa Seoane, al que todos llaman Gelo, no dej¨® t¨ªtere con cabeza al reclamar "ej¨¦rcitos de hombres y mujeres que luchen por mantener vivo el legado del Che". "El T¨ªo Sam", "las falsas democracias que promueven cruzadas con la excusa del terrorismo internacional para aniquilar pueblos", la globalizaci¨®n de las multinacionales, sociedades "teledirigidas por los medios de comunicaci¨®n y consolas de juegos terror¨ªficos", "presidentes t¨ªteres de los poderes econ¨®micos". "Hoy m¨¢s que nunca es necesario reivindicar la figura del Che, su esp¨ªritu de combate".
Ferviente admirador del r¨¦gimen de Castro, Seoane no dej¨®, en las m¨¢s de dos d¨¦cadas que lleva, de una manera u otra, dirigiendo el devenir de este ayuntamiento, de impregnar huellas de la revoluci¨®n cubana. En Oleiros hay avenidas, parques y ahora estatua gigante dedicadas al Che u otros mitos cubanos. Cada a?o se suceden los viajes y fiestas de hermanamiento con la isla. Fue durante una de esas visitas a Cuba que tom¨® forma el deseo de crear un monumento al m¨ªtico revolucionario.
El proyecto de dos artistas cubanos, el escultor Juan Quintanilla y el m¨²sico de hip hop Karoll William P¨¦rez, fue el ganador del concurso organizado, a petici¨®n de Seoane, por el Instituto Superior de Arte. La iniciativa fue desvelada por el diario Granma y el regidor hizo realidad el proyecto, encargando la obra a un taller local y apurando los tr¨¢mites de adjudicaci¨®n de la obra. Ajeno al revuelo que suscit¨® el monumento a su padre, a Camilo Guevara, c¨¢mara en mano, s¨®lo le ocupaba ayer fotografiar el evento. Pero fue rodeado por decenas de personas deseosas de retratarse con el hijo del Che que, desde Cuba, se dedica a divulgar el pensamiento de un padre del que apenas tiene recuerdos. "Esto no me gusta, che", protest¨® t¨ªmidamente. Pero al final se rindi¨® y pos¨® sin parar hasta que la atenci¨®n del p¨²blico se volc¨® en otro atractivo: el abundante aperitivo debajo de carpas blancas que el alcalde organiz¨® para honrar al Che. De fondo, sonaba sin parar la famosa canci¨®n de Carlos Puebla, Hasta siempre, comandante.
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