Alemania, 'kaputt'

Marion est¨¢ muy nerviosa. Trabaja en la Merceces Benz, "?La conoces, no?", y es parte de los cerca de 200 aficionados alemanes que se han reunido en el Colegio Alem¨¢n. "?Auf geht's, Deutschland, Schies ein tor!, grita con todas sus fuerzas, junto a sus compa?eros de trabajo. La cosa viene a significar "?Marca un gol, Alemania!". Esto lo corean cuando el partido est¨¢ a punto de terminar y su fe, hasta entonces inquebrantable, a punto de derrumbarse.

A unos 15 metros est¨¢ la cervecer¨ªa Fass. Un bar alem¨¢n en el que sirven grandes jarras de cervezas y gruesas salchichas blancas. Gunther, estudiante de Erasmus, es partidario de ambas. Junto a ¨¦l, un grupo homog¨¦neo, en lo que a rubio se refiere, posa con la bandera alemana pintada en la cara. Los resistentes en el bar, cada vez son menos. Parad¨®jicamente, en el bar no se puede fumar y en el colegio, s¨ª.

Daniel tiene 11 a?os. Prefiere que gane Espa?a. Lo que pasa es que su padre es alem¨¢n y su madre, espa?ola. Una peque?a que apenas levanta un palmo del suelo tiene el dilema inverso.

Un hombre ya sin casi pelo permanece ajeno a estos problemas familiares: "Llevo s¨®lo dos semanas en Espa?a y estoy bastante enfadado", confiesa. Su selecci¨®n ya ha perdido. "Nos vamos a casa", corrobora Gabriel, trabajador de Aldis. "Estamos enfadados, pero no somos hooligans", concluye. La peque?a marea alemana desaparece absorbida por los claxons festivos de la afici¨®n espa?ola.