Econom¨ªa de izquierdas
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero dice que no quiere hablar de crisis econ¨®mica, ni en entrevistas ni en discursos, pero la realidad es que no para de hablar de ella y que cada vez es m¨¢s evidente que eso es lo que le preocupa y lo que le tiene realmente intranquilo. Basta con escuchar su discurso de clausura del 37? Congreso del PSOE, ayer en Madrid, para darse cuenta de los cambios que se han producido en los primeros meses de esta legislatura. Zapatero se refiri¨® a los proyectos realizados en el pasado y al agradecimiento que le debe a quienes han trabajado con ¨¦l, pero a la hora de hablar del presente y, sobre todo, del futuro s¨®lo encontr¨® una clave para intentar conectar con sus militantes y seguidores: la econ¨®mica. Ya no se trata de explicar nuevos proyectos ni de concretar nuevos planes de extensi¨®n de derechos, tan importantes en la pasada legislatura. Ahora, lo importante es el llamamiento persistente a los ciudadanos para que conf¨ªen en la capacidad del Gobierno y de la propia sociedad para salir adelante y superar las "grandes dificultades por las que estamos atravesando".
A la hora de hablar del presente y del futuro, Zapatero s¨®lo tuvo una clave para conectar con sus militantes, la econ¨®mica
Zapatero no se detuvo ayer en explicar otra cosa que sus compromisos econ¨®micos. Fue directo al grano: "Creo que existe una econom¨ªa de derechas y una econom¨ªa de izquierdas", dijo, y se comprometi¨® a hacer frente a lo que ocurra manteniendo todos los compromisos sociales ya formulados. "Son m¨¢s valiosos ahora, en este momento, cuando la situaci¨®n general puede ser adversa".
El presidente del Gobierno, que utiliz¨® en todo este discurso de cierre del congreso un inusual tono muy poco enf¨¢tico, casi poco entusiasta, llam¨® expresamente la atenci¨®n a los delegados sobre lo que estaba diciendo: "Este pronunciamiento es relevante. Debe ser dicho. Debe ser aclarado. Debe ser comprometido". Los delegados, quiz¨¢s sorprendidos por el tono tan poco mitinero del discurso, no reaccionaron ni aplaudieron, pero m¨¢s de uno se interrogaba a la salida sobre la desacostumbrada expresi¨®n econom¨ªa de izquierdas.
La verdad es que a la vista de las ponencias, que, al margen del lenguaje que utilicen, contienen muy pocas exigencias izquierdistas reales, ser¨ªa dif¨ªcil decir que el 37? congreso del PSOE haya supuesto realmente un giro a la izquierda, como se empe?a en proclamar el PP, deseoso de volver a ocupar el centro. En realidad, lo ¨²nico ofrecido por Zapatero, aunque quiz¨¢s no sea poco, dadas las circunstancias, ha sido, precisamente, ese compromiso de no dar marcha atr¨¢s en la pol¨ªtica social.
Los delegados parec¨ªan m¨¢s interesados en la ejecutiva que en cualquier otra cosa. El nombramiento de Leire Paj¨ªn como secretaria de Organizaci¨®n se pondr¨¢ inmediatamente a prueba con la preparaci¨®n de los congresos socialistas en plazas tan dif¨ªciles como Madrid y Valencia, en septiembre. Para entonces quiz¨¢s sea posible saber tambi¨¦n c¨®mo se coordinan los puestos de Jos¨¦ Blanco y de Paj¨ªn. El primero necesita visibilidad pol¨ªtica, que le dar¨¢ la portavoc¨ªa del partido, pero la segunda ser¨ªa, sin duda, muy eficaz en esas mismas tareas. Ser¨¢ tambi¨¦n interesante comprobar si la incorporaci¨®n de Miquel Iceta como representante del PSC en Madrid, muy bien acogida en el PSOE, implica que Carme Chac¨®n acent¨²a su imagen a nivel nacional y abandona progresivamente su protagonismo catal¨¢n. Y todo el mundo parece confiar en Bernarda Jim¨¦nez para mejorar el contacto con los inmigrantes y para afinar las pol¨¦micas pol¨ªticas de inmigraci¨®n.
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