Esperando a Gaddafi
El l¨ªder libio recibe a Moratinos al cabo de dos horas
Media docena de asesores, varios diplom¨¢ticos, m¨¢s de cinco conductores, multitud de guardaespaldas, un miniej¨¦rcito de periodistas y un ministro (el de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos) pasaron dos horas pendientes de una llamada al m¨¢s alto nivel que iba a llegar... o no. Todos esperaban a que el l¨ªder libio, Muammar el Gaddafi, decidiera si recib¨ªa a la delegaci¨®n espa?ola de gira por el Magreb. Mientras el ministro, que llevaba una carta del presidente Zapatero y otra del Rey para el l¨ªder libio, depart¨ªa con su hom¨®logo libio en las dependencias del ministerio, la comitiva aguardaba en el patio abajo, entre coches de lujo, coches patrulla, equipos de televisi¨®n y guardaespaldas. Finalmente, Gaddafi recibi¨® a la delegaci¨®n espa?ola.
"La ¨²ltima vez que vino Moratinos [en julio de 2005] estuvo esperando ocho horas y no le recibi¨®", comentaba un asesor de la embajada en un corrillo. Un periodista pregunt¨® entonces: "?Qu¨¦? ?Se sabe algo?". "Nada, que igual recibe, o igual no", respond¨ªa un diplom¨¢tico. "Hay que seguir esperando, es imprevisible. Hasta el ¨²ltimo momento, nadie sabe d¨®nde hay que ir. Te avisan incluso cuando te has montado en el coche. Por motivos de seguridad. Ya sabes, est¨¢ amenazado por Al Qaeda. Y porque ¨¦l es as¨ª".
Sin respuesta
"Dicen que igual nos recibe en Sirte [residencia de verano de Gaddafi] y si es as¨ª son varias horas de coche", dec¨ªa un periodista mirando hacia un cartel¨®n del l¨ªder libio colocado encima de la entrada de un portal. "Bueno, podemos irnos en avi¨®n. Si nos recibe, iremos en avi¨®n ?no?". El diplom¨¢tico se encog¨ªa de hombros, aburrido de esperar y responder sin respuesta.
Pasa una hora. No hay noticias. Uno de los guardaespaldas, con pinta de mafioso calabr¨¦s, se sienta al fresco al lado de una manguera. Un hombre cruza inexplicablemente el patio del ministerio con un bid¨®n de agua al hombro.
Gaddafi, mientras tanto, se lo piensa. ?l decide. Como todo en este pa¨ªs del que es l¨ªder absoluto desde 1969, rico en petr¨®leo y gas, que posee la mayor renta per c¨¢pita de todo el Magreb pero cuyos habitantes hacen la compra con cartilla de racionamiento.
Al final, despu¨¦s de dos horas de espera, de mil incertidumbres y carreras por Tr¨ªpoli, Moratinos fue recibido por Gaddafi y pudo entregarle las dos cartas.
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