Verdades y mentiras del 'caso Madeleine'
El comisario apartado de la investigaci¨®n sigue acusando a los padres de la ni?a desaparecida
El comisario Gon?alo Amaral, de 48 a?os, fue durante cinco meses el jefe del equipo de investigadores de la Polic¨ªa Judicial (PJ) portuguesa tras el rastro de Madeleine McCann, la ni?a brit¨¢nica de tres a?os que desapareci¨® la noche del 3 de mayo de 2007 en Praia da Luz. El caso Madeleine tuvo una repercusi¨®n medi¨¢tica sin precedentes, que de nada ha servido para descubrir qu¨¦ pas¨® con la peque?a. Amaral asegura que, durante el tiempo que estuvo al frente de la investigaci¨®n, nunca dud¨® de que "el proceso acabar¨ªa siendo archivado". Los hechos est¨¢n a punto de darle la raz¨®n: la Polic¨ªa Judicial ha entregado sus conclusiones a la fiscal¨ªa y sugiere dar carpetazo al caso ante la falta de pruebas concluyentes. Despu¨¦s de 14 meses.
"Las investigaciones criminales no pueden ser pol¨ªticamente correctas, tienen que avanzar"
En la primera entrevista que concede a la prensa extranjera, Gon?alo Amaral revela a EL PA?S que cree saber m¨¢s de lo que dice el expediente de 13 vol¨²menes, y defiende a capa y espada su l¨ªnea de investigaci¨®n, que le lleva a la conclusi¨®n de que Madeleine est¨¢ muerta, y sus padres, Kate y Gerry McCann, son los principales sospechosos. Hip¨®tesis que choca frontalmente con la del secuestro, sostenida por la familia, la polic¨ªa brit¨¢nica y parte de la prensa del Reino Unido. Lo cierto es que ninguna de las dos teor¨ªas ha pasado del terreno especulativo, que Amaral fue apartado del caso el 2 de octubre y que una hermosa ni?a de ojos azules sigue desaparecida.
"Me retiraron no del caso, sino del puesto que dirig¨ªa la investigaci¨®n. Los agentes que estuvieron m¨¢s cerca de una soluci¨®n tambi¨¦n fueron apartados", relata el polic¨ªa mientras tomamos un caf¨¦ en una terraza de Portim?o, una ciudad de la costa del Algarve en la que fue jefe del Departamento de Investigaci¨®n Criminal de la Polic¨ªa Judicial. "Nadie me dio una explicaci¨®n".
La versi¨®n oficial se?ala que Amaral fue separado del caso porque hizo unas declaraciones a una periodista sobre la polic¨ªa brit¨¢nica que compromet¨ªan la investigaci¨®n. El acusado no confirma ni desmiente el detalle, pero s¨ª tiene inter¨¦s en contar que el caso podr¨ªa haber dado un vuelco si no hubiera sido apartado de ¨¦l. En octubre, poco antes de recibir la noticia de que ten¨ªa que olvidarse de Maddie, convenci¨® "a un testigo muy, muy importante" para que viajara a Portugal a declarar. "Hab¨ªa visto determinadas cosas" que, seg¨²n el comisario, eran fundamentales para la investigaci¨®n.
Pese a la insistencia, Amaral no da m¨¢s detalles de la identidad del supuesto testigo clave -no portugu¨¦s- ni de lo que iba a contar. Sonr¨ªe, se encoge de hombros y dice que no puede adelantar informaci¨®n que ya est¨¢ en su libro La verdad de la mentira, en la calle a finales de mes. Es su respuesta a las cr¨ªticas de que ha sido objeto, sobre todo desde los tabloides brit¨¢nicos, y tambi¨¦n a quienes decidieron apartarle del caso m¨¢s importante que tuvo en sus manos. Amaral se queja amargamente de no haber tenido las espaldas cubiertas en un asunto tan delicado. Usa varias veces la palabra "retaguardia" para referirse a la falta de apoyo de sus jefes. Y anuncia revelaciones importantes que ser¨¢n publicadas despu¨¦s de entregar la placa del cuerpo al que perteneci¨® 26 a?os.
"Sal¨ª de la polic¨ªa para defenderme y tener plena libertad de respuesta a quienes me apartaron del caso. Estaba convencido de que la investigaci¨®n ten¨ªa que ir m¨¢s lejos porque est¨¢ por resolver d¨®nde est¨¢ el cuerpo de la ni?a. Las cosas no pueden terminar as¨ª. Las investigaciones criminales no pueden ser pol¨ªticamente correctas, tienen que avanzar".
Amaral decidi¨® escribir "para contar la historia de la investigaci¨®n, basada en testimonios, pruebas documentales, pruebas finales y pruebas cient¨ªficas". Considera que "el libro es un relato de los hechos del proceso y no emite juicios de valor. Son hechos, que pueden ser valorados de una u otra forma, pero hechos".
?Qu¨¦ revela el libro? "Cosas sujetas a la investigaci¨®n, por lo que no son de dominio p¨²blico. Cuando se levante el secreto del sumario [en las pr¨®ximas semanas] saldr¨¢n a la luz muchos m¨¢s detalles". Como era de esperar, el libro defiende la tesis de que Madeleine est¨¢ muerta, y se?ala a los padres como principales sospechosos de la ocultaci¨®n del cad¨¢ver y simulaci¨®n de rapto. Acusaciones graves que Amaral no ha podido probar. El comisario responde que la polic¨ªa portuguesa y la brit¨¢nica tienen indicios m¨¢s que suficientes. ?Indicios o pruebas? "Hay m¨¢s que indicios", asegura. La respuesta es un juego de palabras: "Como dec¨ªa S¨®crates, el fil¨®sofo: un indicio es un indicio, dos indicios son dos indicios, tres indicios son una prueba. Estamos ya en los tres indicios". Y agrega: "La principal prueba en Portugal es la final. En este caso, ser¨ªa el hallazgo del cad¨¢ver".
Temeroso ante el periodista, inc¨®modo frente a la c¨¢mara, Gon?alo Amaral reivindica su trabajo al frente de un equipo "en el que hab¨ªa inspectores, inspectores-jefe, un coordinador y directores de la polic¨ªa, con el respaldo del Ministerio P¨²blico y de la polic¨ªa brit¨¢nica". No debe de ser f¨¢cil para un sabueso cuando pasan los meses y la investigaci¨®n no consigue presentar una prueba s¨®lida, al tiempo que se acumulan las pistas falsas y las llamadas an¨®nimas que aseguran haber visto a Madeleine en sitios tan distintos y distantes como Suiza y R¨ªo de Janeiro.
A pesar de que los resultados brillan por su ausencia, Amaral rechaza la palabra fracaso. Hay que creer en la justicia y en la Polic¨ªa Judicial, insiste. "Que no se haya encontrado el cad¨¢ver no es ning¨²n fracaso. Muchos no se encuentran. Cuando cae un autocar de un puente, puede haber cuerpos que nunca aparecen porque se los lleva el r¨ªo". Est¨¢ convencido de no haber fracasado porque su equipo lleg¨® "a algunas conclusiones". Pero no est¨¢ en condiciones de responder sobre qui¨¦n mat¨® a Madeleine, ni c¨®mo, ni por qu¨¦. "Est¨¢bamos trabajando para dar respuesta a estas preguntas cuando fuimos apartados del caso".
No hay duda de que tiene una espina clavada que se llama Madeleine. Afirma que es el ¨²nico caso no resuelto de todos los que ha investigado en 26 a?os. "Aunque acabe archiv¨¢ndose, nunca podr¨¢ declararse resuelto. Esta investigaci¨®n no terminar¨¢". Es probable que cuando La verdad de la mentira est¨¦ en las librer¨ªas, el caso haya sido cerrado por falta de pruebas. Pero nadie descarta, ni la polic¨ªa ni el fiscal Magalhaes e Menezes, que se reabra si sale a la luz un nuevo indicio. ?Estar¨¢ en el libro de Gon?alo Amaral? "Mi objetivo principal es explicar lo que pas¨® en este caso, el trabajo de todo un equipo de profesionales, y contribuir a encontrar la verdad. Aqu¨ª se habla de todo, y quien menos sale en los papeles es la peque?a Maddie". -
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