?Hay alguien ah¨ª?
MARTE
Hielo en el lejano polo norte
Hoy es un d¨ªa de verano. La temperatura esta ma?ana roza los 50 grados cent¨ªgrados bajo cero, sopla un ligero viento y la tenue atm¨®sfera est¨¢ despejada, con s¨®lo algunos cirros en la lejan¨ªa. El cielo tiene algo de polvo en suspensi¨®n y el Sol ilumina el des¨¦rtico, solitario y fr¨ªo paisaje rocoso. En lontananza, unas suaves colinas rompen la mon¨®tona l¨ªnea del horizonte. Un extra?o veh¨ªcu?lo, posado sobre sus tres patas, despliega una especie de brazo excavando en el rojizo y oxidado terreno. Mientras, unas c¨¢maras se orientan desde lo alto del artefacto para dirigir la operaci¨®n.
Esta escena, lejos de tener lugar en alg¨²n remoto desierto terrestre, se reprodujo durante las ¨²ltimas semanas en las planicies de Vastitas Borealis, en el polo ¨¢rtico marciano. El veh¨ªculo, la nave Phoenix, aterriz¨® en el planeta rojo el 25 de mayo, despu¨¦s de recorrer casi 700 millones de kil¨®metros. Era la primera vez en la historia de la exploraci¨®n espacial que un emisario robot del ser humano llegaba con ¨¦xito a las regiones polares del mundo m¨¢s parecido a la Tierra de todo el sistema solar.
Las im¨¢genes retransmitidas desde Marte por la sonda espacial de la NASA han cautivado la imaginaci¨®n de millones de personas, y revivido el inter¨¦s popular por el misterioso planeta vecino. ?Por qu¨¦ Marte despierta tanta fascinaci¨®n? Probablemente se debe a que se parece mucho a nuestro propio mundo: su d¨ªa es aproximadamente de 24 horas, muestra estaciones como las de la Tierra, ambos polos se encuentran cubiertos de casquetes helados, tiene blancas nubes de hielo y tormentas de polvo recorren sus des¨¦rticos parajes. Vemos descomunales volcanes extintos, profundos ca?ones tan largos como EE UU de costa a costa y muestras de procesos erosivos debidos al viento y al agua, en paisajes que, de no ser por la exigua atm¨®sfera (mil veces menos densa que la terrestre) y el color salm¨®n de su cielo, creer¨ªamos encontrarnos en alg¨²n desierto pedregoso de la Tierra.
En Marte vemos por muchas partes la antigua huella del agua: lechos secos de r¨ªos, torrenteras, meandros, llanuras aluviales, incluso puede que antiguas l¨ªneas de costa de lagos o mares. Estas marcas parecen indicarnos que en el pasado Marte tuvo una atm¨®sfera densa, que permiti¨® la existencia de agua l¨ªquida en su superficie. Y por nuestra experiencia, agua y vida van unidas. Alberto Gonz¨¢lez Fair¨¦n es bi¨®logo, y actualmente se encuentra realizando una estancia posdoctoral en la Divisi¨®n de Ciencia Espacial y Astrobiolog¨ªa del Ames Research Center de la NASA. Experto en Marte, Fair¨¦n explica: "Phoenix va a estar tres meses analizando el suelo y el hielo (y su mezcla, denominada permafrost) de una regi¨®n cercana al polo norte de Marte. Es en esta zona donde Marte conserva una gran cantidad de hielo en la superficie, y el hielo ha podido preservar trazas de compuestos org¨¢nicos. Se calcula que el hielo debe aparecer a s¨®lo 15 cent¨ªmetros de profundidad, y ser¨¢ de esa capa de donde se extraigan las muestras para ser analizadas". Debemos recordar, dice Fair¨¦n, que Phoenix no busca vida en Marte, sino trazas de compuestos org¨¢nicos complejos, que puedan indicar si las condiciones para la vida son o han sido las adecuadas en alg¨²n momento de su historia. Futuras iniciativas, como la sonda de la ESA -la Agencia Espacial Europea-, ExoMars, que prev¨¦ aterrizar en el planeta rojo dentro de un lustro, pretenden responder con la mayor fiabilidad posible a la pregunta de si ha existido o a¨²n existe vida en Marte.
EUROPA
Un oc¨¦ano gigantesco
?Y m¨¢s all¨¢ de Marte? Los grandes mundos gaseosos del sistema solar exterior se caracterizan por tener a su alrededor docenas de sat¨¦lites. Estas regiones alejadas del Sol son fr¨ªas, por lo que el elemento m¨¢s com¨²n en todas estas lunas es el hielo. Una de estas lunas heladas es Europa, el menor de los cuatro mayores sat¨¦lites de J¨²piter. Las sondas espaciales que han visitado Europa -las Voyager y la Galileo, de la NASA- ya demostraron una de las peculiaridades de esta luna: la existencia de un gigantesco oc¨¦ano de agua l¨ªquida salada de algunas decenas de kil¨®metros de profundidad bajo la corteza de hielo del sat¨¦lite. Este oc¨¦ano, con m¨¢s agua que en todos los mares de la Tierra, se mantiene en esta condici¨®n debido al calor generado por las fuerzas de marea gravitatorias inducidas por el enorme J¨²piter. Este hecho tan singular convierte Europa en uno de los pocos lugares del sistema solar adem¨¢s de la Tierra en poseer agua l¨ªquida en cantidades importantes. (Hay evidencias de que Gan¨ªmedes y Calisto, otros dos de los sat¨¦lites mayores de J¨²piter, tambi¨¦n poseen oc¨¦anos subterr¨¢neos, aunque a mayor profundidad que en Europa).
Si Europa est¨¢ 'calentada' por las fuerzas de marea, adem¨¢s de hacer que su agua interior est¨¦ l¨ªquida, ?podr¨ªa existir alg¨²n tipo de vulcanismo o actividad termal? La consecuencia ser¨ªa hacer que Europa pueda ser, junto con Marte, otro de los candidatos a la existencia de vida en sus formas m¨¢s simples. Baste recordar los organismos que habitan en algunos fondos abisales terrestres, que viven y prosperan alrededor de las chimeneas termales de los suelos oce¨¢nicos, sin depender en absoluto de la energ¨ªa del Sol. Parece muy sugerente establecer un paralelismo con los igualmente oscuros fondos marinos de Europa. Protegida de la radiaci¨®n exterior por una gruesa capa de hielo, quiz¨¢ la vida haya tenido una oportunidad en esta luna de J¨²piter? En octubre del a?o pasado, la ESA seleccion¨® dentro de su programa de misiones candidatas la propuesta Laplace, que consistir¨ªa en tres sondas de las que una de ellas ser¨ªa un orbitador a Europa que se lanzar¨ªa sobre 2016-2017 llegando a J¨²piter entre cinco y siete a?os despu¨¦s. El objetivo primordial de esta misi¨®n es definir si Europa tiene o no condiciones para la existencia de vida.
ENC?LADO
La prometedora luna de Saturno
Alej¨¢ndonos todav¨ªa m¨¢s del calor del Sol, este verano se cumplir¨¢n cuatro a?os desde que la nave espacial Cassini lleg¨® a la ¨®rbita del planeta Saturno y sus sat¨¦lites. Desde entonces, las observaciones cercanas realizadas por este veh¨ªculo de la NASA han obligado a reescribir cap¨ªtulos enteros de la astronom¨ªa planetaria. Los investigadores de la misi¨®n coinciden en que unos de los descubrimientos m¨¢s asombrosos son los realizados en Enc¨¦lado, la octava por orden de descubrimiento de las hasta ahora 60 lunas conocidas de Saturno.
Enc¨¦lado fue hallado por el astr¨®nomo ingl¨¦s William Herschel, el descubridor de Urano, en 1789. Con un tama?o de 512 ¡Á 494 ¡Á 489 kil¨®metros (ni siquiera llega a ser perfectamente esf¨¦rica debido a sus reducidas dimensiones), Enc¨¦lado orbita a menos de 238.000 kil¨®metros de distancia de Saturno en unas 33 horas. Y ya desde su primera observaci¨®n a finales del siglo XVIII destacaba claramente por su elevado brillo en comparaci¨®n con su tama?o: el porcentaje de luz solar reflejada por su superficie es casi del 100%, el m¨¢s alto del sistema solar, lo que lo hace tan luminoso como la nieve reci¨¦n ca¨ªda. Los estudios espectrosc¨®picos realizados con telescopios desde tierra mostraban con claridad la huella del agua congelada. Otro diminuto mundo de hielo sin importancia. ?O no?
Las primeras im¨¢genes de las sondas espaciales mostraron Enc¨¦lado como una bola de hielo con bastantes cr¨¢teres de impacto y, eso s¨ª, lo que parec¨ªan unas curiosas fracturas en parte de su brillante y lisa superficie. Parec¨ªa evidente que este sat¨¦lite de Saturno era m¨¢s interesante de lo que se pensaba, pues su superficie, aparte de tener pocos cr¨¢teres de impacto bastante erosionados, mostraba claros signos de actividad de tipo tect¨®nico reciente, algo sorprendente para un cuerpo de su reducido tama?o. El hecho de que Cassini se encuentre en ¨®rbita de Saturno posibilit¨® varios sobrevuelos cercanos a la mayor parte de los sat¨¦lites grandes del planeta, incluyendo Enc¨¦lado. Enc¨¦lado ha ganado un enorme inter¨¦s; el que se supon¨ªa un peque?o mundo helado e inerte ha pasado a ser un lugar din¨¢mico, con evidencias de criovulcanismo -volcanes de hielo- actual y una remodelaci¨®n activa de su superficie.
Los instrumentos de la 'Cassini' desvelaron la existencia de una tenue y extensa atm¨®sfera de vapor de agua. Con instrumentos como el espectr¨®metro de iones y masa neutra y el espectr¨®grafo ultravioleta, se hall¨® que esta atm¨®sfera estaba compuesta en un 65% de vapor de agua y en un 20% de hidr¨®geno molecular, con el resto de di¨®xido de carbono y una combinaci¨®n de nitr¨®geno molecular y mon¨®xido de carbono. El hecho de que exista una atm¨®sfera, por tenue que sea, en un mundo tan peque?o como Enc¨¦lado, sin gravedad suficiente para retenerla, s¨®lo puede significar que hay alg¨²n proceso geol¨®gico activo que est¨¢ continuamente rellenando esa atm¨®sfera.
Las im¨¢genes cercanas muestran que el polo sur de Enc¨¦lado tiene mucha mayor cantidad y densidad de fracturas de apariencia reciente que el resto del sat¨¦lite. Las m¨¢s pr¨®ximas, tomadas a apenas unos centenares de kil¨®metros de altura, revelan que hay enormes bloques de hielo del tama?o de edificios dispersos por la zona de las fracturas, a las que, debido a su peculiar apariencia de trazos paralelos con un color diferente al resto de la superficie, han bautizado como "bandas de tigre". Adem¨¢s, se encuentran bastante m¨¢s calientes, a unos 150¡ã grados bajo cero, de lo que se deber¨ªa esperar, alrededor de los 200¡ã bajo cero.
?C¨®mo explicar estas anormales temperaturas? Obviamente, la fuente de calor debe proceder del interior del sat¨¦lite, y la sublimaci¨®n de este hielo relativamente caliente puede ser la explicaci¨®n de las nubes de vapor de agua detectadas con los instrumentos de la Cassini en algunas zonas de Enc¨¦lado, y, por tanto, el origen de su atm¨®sfera. Las espectaculares fotograf¨ªas de la sonda que muestran brillantes g¨¦iseres de vapor de agua saliendo expulsados de estas "bandas de tigre" son uno de los mayores hitos cient¨ªficos de la misi¨®n. C¨®mo una luna de 500 kil¨®metros de di¨¢metro puede ser capaz de generar esta energ¨ªa es toda una inc¨®gnita. La explicaci¨®n m¨¢s probable es que sea generada por calentamiento de marea, al estilo de lo que ocurre en la luna de J¨²piter Europa. Algunos investigadores ya comienzan a trabajar con la hip¨®tesis de que pueda existir agua l¨ªquida bajo la corteza helada de Enc¨¦lado. Por eso la ESA, en su selecci¨®n de propuestas de futuras misiones planetarias, ha puesto el ojo en Enc¨¦lado y Tit¨¢n, el mayor de los sat¨¦lites de Saturno. Tandem, que no llegar¨ªa a estos remotos mundos helados al menos hasta 2025-2030, tiene como meta estudiar en detalle estas fascinantes lunas, en especial sus condiciones de habitabilidad.
TIT?N
Como una Tierra primitiva
Con 5.150 kil¨®metros de di¨¢metro, Tit¨¢n es mayor que el planeta Mercurio. Adem¨¢s de su tama?o, su gran peculiaridad es la posesi¨®n de una espesa atm¨®sfera de nitr¨®geno, metano y arg¨®n un 60% m¨¢s densa que la terrestre. Esta atm¨®sfera ya fue descubierta por el astr¨®nomo catal¨¢n Josep Com¨¢s i Sola en 1907, aunque el cr¨¦dito de su hallazgo se le otorga injustamente al holand¨¦s-americano Gerard Kuiper en 1944. La atm¨®sfera de Tit¨¢n es casi completamente opaca a la luz visible, formando una homog¨¦nea capa de color naranja. Las misiones espaciales constataron que la temperatura en la superficie es de unos 180 grados cent¨ªgrados bajo cero, y que la qu¨ªmica atmosf¨¦rica dista mucho de ser aburrida. Con una apreciable cantidad de mol¨¦culas de hidrocarburos (etano, acetileno, etileno y propano, sobre todo), ¨¦stas y el metano reaccionan con la luz ultravioleta solar para formar la neblina que cubre por entero Tit¨¢n.
La mayor parte de los cient¨ªficos considera Tit¨¢n como una especie de espejo de lo que fue la Tierra primitiva hace 4.000 millones de a?os, con abundantes mol¨¦culas org¨¢nicas y una densa atm¨®sfera de nitr¨®geno; toda una sopa primordial con la que en nuestro planeta se constituyeron los ladrillos b¨¢sicos para la vida.
Quiz¨¢ el mayor hito cient¨ªfico y tecnol¨®gico de la misi¨®n Cassini ha sido el descenso en paraca¨ªdas en la atm¨®sfera de Tit¨¢n de la sonda europea Huygens. Transportada a lomos de la Cassini, aterriz¨® con ¨¦xito en la congelada superficie de Tit¨¢n el 14 de enero de 2005. Los datos de la Huygens y la Cassini nos revelan el mundo m¨¢s extra?o, complejo y fascinante de todo el sistema solar.
Seg¨²n Martin Tomasko, de la Universidad de Arizona (EE UU) e investigador principal de las c¨¢maras de Huygens, "Tit¨¢n muestra evidencias claras de procesos hidrol¨®gicos de precipitaci¨®n, erosi¨®n y abrasi¨®n extraordinariamente an¨¢logos a los de la Tierra". Cauces de r¨ªos secos con afluentes causados por la lluvia, l¨ªneas de costa con playas y extensas planicies oscuras que parecen lechos lacustres. Un paisaje similar al de desiertos terrestres en los que llueve ocasionalmente, pero el agua se filtra bajo el terreno. La clave parece estar en que el papel del agua en Tit¨¢n lo desempe?a el metano debido a sus baj¨ªsimas temperaturas, estableci¨¦ndose un ciclo de evaporaci¨®n, condensaci¨®n y precipitaci¨®n de este gas. De hecho, Tit¨¢n posee varios lagos y peque?os mares de hidrocarburos l¨ªquidos. El potencial astrobiol¨®gico de Tit¨¢n hoy d¨ªa parece mucho m¨¢s prometedor que antes de la misi¨®n Cassini-Huygens, y por eso la comunidad cient¨ªfica piensa que debemos volver de nuevo all¨ª.
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