?Una cita inc¨®moda?
"Con su tradici¨®n singular de coexistencia cultural y religiosa, Madrid es un cruce entre la cultura isl¨¢mica y el mundo occidental". Con estas palabras, Abdul¨¢ al Turki, secretario general de la Liga Musulmana Mundial, justific¨® la elecci¨®n de la capital para la celebraci¨®n de la conferencia interreligiosa patrocinada, organizada y costeada por el rey Abdal¨¢. Espa?a s¨®lo prest¨® el palacio de El Pardo para la inauguraci¨®n.
La evocaci¨®n de Al Andalus, cuya capital fue C¨®rdoba y no Madrid, puede explicar, en parte, la decisi¨®n real, pero hay otros factores, algo relegados, que aclaran la opci¨®n madrile?a.
El primero es que tal conferencia no se puede desarrollar en suelo saud¨ª. En el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe en el que el culto de las religiones no musulmanas est¨¢ prohibido, dif¨ªcilmente se pod¨ªa acoger a rabinos y obispos -y no digamos a representantes de religiones que no son del Libro- para debatir.
Madrid es adem¨¢s la ciudad de Europa continental que sufri¨® el peor atentado perpetrado por radicales musulmanes. De ah¨ª que sea un marco id¨®neo para intentar mostrar otra cara del islam. Madrid es, por ¨²ltimo, la capital que lanz¨® en 2006 la Alianza de Civilizaciones, una iniciativa de acercamiento al islam que agrada a los pa¨ªses musulmanes. El ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, resalt¨® ayer, junto con su colega saud¨ª, el pr¨ªncipe Saud al Faisal, la similitud entre el proyecto espa?ol y el puesto en marcha ahora por el rey Abdal¨¢.
El papel de Zapatero
Pese a esta semejanza, el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no se implic¨® demasiado en el acto inaugural del evento. En contra de lo anunciado en el programa oficial, elaborado por los saud¨ªes, no tom¨® la palabra aunque s¨ª estuvo sentado en la mesa presidencial junto al rey Abdal¨¢. ?ste mantiene con don Juan Carlos una relaci¨®n muy estrecha.
Uno de los prop¨®sitos de la cita madrile?a es, seg¨²n el comunicado de la reuni¨®n de junio de La Meca en la que se anunci¨® este di¨¢logo, "enfrentarse a los desaf¨ªos y ofrecer soluciones a los problemas que padece la humanidad a consecuencia de su abandono de la religi¨®n y del distanciamiento de sus principios y valores". Son objetivos alejados de los de un Gobierno, como el de Zapatero, que busca introducir mayores dosis de laicismo en la sociedad.
La oferta de di¨¢logo saud¨ª ha sido, no obstante, acogida por la comunidad internacional como "un gran acto de valent¨ªa", seg¨²n el cardenal Jean-Louis Tauran, que representa en Madrid al papa Benedicto XVI. No en balde, los islamistas radicales arremeten contra el anfitri¨®n de la reuni¨®n so pretexto de que acepta, de hecho, dialogar con jud¨ªos sionistas.
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