Gorilas entre naranjos

Fossey y Dorle son alemanas; Mambie, el macho, franc¨¦s. Pero no tendr¨¢n problemas para comunicarse: su vocabulario incluye al menos 17 tipos de vocalizaciones diferentes en sus conversaciones, por no hablar de un rico lenguaje gestual que va desde los arrumacos hasta los golpes en el pecho cuando se enfadan.

Fossey, Dorle y Mambie son tres gorilas de costa (una especie originaria de las llanuras de Angola, Camer¨²n, Gab¨®n, Guinea Ecuatorial y la Rep¨²blica Centroafricana), y desde el pasado 10 de julio, los nuevos inquilinos del Bioparc de Valencia, el zoo inaugurado en febrero en el antiguo cauce del r¨ªo Turia, junto al parque de Cabecera.

Un claro en el bosque

Como la mayor¨ªa de los gorilas que viven en Europa, nacieron en cautividad: desde hace a?os existe un acuerdo internacional para no introducir en zool¨®gicos animales nacidos en la selva. Su hogar valenciano, integrado en las dos hect¨¢reas dedicadas al ?frica Ecuatorial, reproduce el ecosistema del bai: un claro pantanoso en medio del bosque tropical. Antes de convertirse en las nuevas estrellas del recinto, los gorilas han debido pasar por un periodo de aclimataci¨®n de cuatro meses, al igual que sus vecinos, los chimpanc¨¦s Chispi, Mirinda, Kate, M y Napo. Ambas son especies amenazadas. El virus del ?bola, la deforestaci¨®n y la caza furtiva son los mayores peligros para estos primates.

La cueva de los elefantes

En la misma zona se prepara la apertura al p¨²blico de una r¨¦plica de la cueva de Kitum, en el parque nacional del Monte Elgon, en Kenia: un volc¨¢n extinto de 4.321 metros de altitud, en los l¨ªmites de la falla del Rift. La gruta, que se adentra m¨¢s de 200 metros en el coraz¨®n de la monta?a, es frecuentada por los elefantes, que acuden all¨ª en busca de la sal que impregna sus paredes. Sus dimensiones son tales que puede alojar a reba?os enteros de estos paquidermos. En su versi¨®n valenciana tendr¨¢ una longitud de 40 metros y ocho metros de altura. Los visitantes, rodeados de murci¨¦lagos, podr¨¢n observar desde su interior a la manada de elefantes que pasta en una pradera cercana a trav¨¦s de las grietas de la gruta.

Un zoo diferente

Bioparc responde al concepto de zoo de inmersi¨®n, en el que los humanos pueden pasear entre los animales, separados mediante fosos ocultos a la vista, riachuelos o cristales, en un entorno que juega con la perspectiva, la vegetaci¨®n y el paisaje para recrear de forma fiel los ecosistemas africanos, de la sabana a las selvas ecuatoriales o los bosques lluviosos y de ribera de la isla de Madagascar. El parque ocupa una superficie total de 100.000 metros cuadrados, y en ¨¦l conviven cerca de 4.000 animales de 250 especies. Entrada: 20 euros; ni?os, 15 euros; bono anual, 40 euros.

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