Zapatero suma cien
Volvemos a la tendencia acusada de la democracia conmemorativa y por ah¨ª a la fiesta de los cien primeros d¨ªas de la segunda legislatura del presidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Vendr¨¢n partos, medos y elamitas a llenar el lugar de la concentraci¨®n y se oir¨¢n los discursos de ritual.
Se reconocer¨¢ la crisis de origen ex¨®geno, por supuesto, y resonar¨¢n las promesas de sostener las pol¨ªticas sociales para que el peso de la adversidad deje de concentrarse sobre los desfavorecidos, como se acostumbraba en tiempos de los decretazos y la congelaci¨®n de sueldos de los funcionarios cuando las glaciaciones del Partido Popular. Todo estar¨¢ lleno de significado. Los oradores, el orden de intervenci¨®n, la presencia de los miembros del Gabinete, de la Ejecutiva y de los Gobiernos aut¨®nomos, los gui?os, la distribuci¨®n de afectos, las menciones nominales y los aplausos.
Se han prodigado medidas en ¨¢mbitos distintos, pero falta un hilo conductor que les d¨¦ coherencia
Pero tampoco convendr¨ªa que se cargaran las tintas sobre los adversarios pol¨ªticos, menos a¨²n en v¨ªsperas del encuentro fijado para ma?ana en el palacio de la Moncloa, a donde acudir¨¢ Mariano II con la propuesta de cinco pactos de Estado bajo el brazo: el de la justicia, el del modelo territorial, el de la pol¨ªtica exterior, el de las pensiones y el de la lucha contra ETA.
Conviene atender a que los cien d¨ªas se han contado en todas direcciones, tambi¨¦n los han caminado los partidos fuera del Gobierno. Entonces, para apreciar la diferencia con los inicios de la primera legislatura de ZP bastar¨ªa repasar las p¨¢ginas del diario de sesiones del Congreso de los Diputados y examinar las preguntas formuladas en las sesiones de control del Ejecutivo. Hace cuatro a?os, desde el primer d¨ªa todas las preguntas eran sobre el terrorismo. Ahora, desde los bancos de la oposici¨®n, se interesan sobre todo por la situaci¨®n econ¨®mica que ha entrado en crisis.
La pasarela de la paridad, de la joven ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, del embarazo de la ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, parecer¨ªa caducada. Ahora la cuesti¨®n de g¨¦nero queda como un logro contagioso -obs¨¦rvense los nombramientos de Mariano II para conformar su equipo- pero los afectados por el incendio vuelven a preocuparse por la llegada a tiempo de los bomberos reclamados, antes de exigir que las dotaciones operativas tengan el mismo n¨²mero de mujeres que de varones. Los peri¨®dicos han dado cuenta estos d¨ªas de la actividad del Gobierno que se estrena. Han ofrecido su medida en n¨²mero de leyes enviadas al Congreso y de viajes al extranjero o de encuentros con l¨ªderes de otros pa¨ªses. Parece que la comparaci¨®n con 2004 resulta a esos efectos favorables pero la percepci¨®n est¨¢ muy desviada, aparece una disonancia cognitiva, y las encuestas preocupan porque muestran un abierto castigo a la imagen del presidente y de su equipo. Aceptemos que se ha cambiado al presidente del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas y al secretario de Estado de Comunicaci¨®n pero ni siquiera estas audaces decisiones se averiguan suficientes.
Como en otras ocasiones se han prodigado medidas en ¨¢mbitos muy diferentes, pero falta un hilo conductor que les preste coherencia y multiplique su impacto. Adem¨¢s, prima la idea de que aqu¨ª el poder se mide por la cercan¨ªa al presidente, que cuentan sobre todo las UCZ (Unidades de Cari?o Zapaterista) de que cada uno disponga, ya sea en el Gabinete, en la ejecutiva, en las autonom¨ªas, en los peri¨®dicos o en el empresariado. Bajo esa regla de oro algunos ven a Miguel Sebasti¨¢n por encima del vicepresidente Pedro Solbes y a Javier de Paz por delante de ambos. De aquellos pioneros de "Nueva V¨ªa", que ayudaron a ganar la Secretar¨ªa General en el Congreso del a?o 2000, ya no queda ni rastro y en el complejo de la Moncloa todav¨ªa es preciso un tiempo para saber el encaje y la funcionalidad que adquieran los nuevos nombramientos.
Est¨¢ claro que las elecciones de 2008 han dejado al PSOE m¨¢s cerca de la mayor¨ªa parlamentaria pero tambi¨¦n que la transformaci¨®n de Rajoy en Mariano II, el de los pactos, ha hecho m¨¢s dif¨ªciles y m¨¢s caros los acuerdos necesarios con quienes fueron aliados inquebrantables en la anterior legislatura. Interesa advertir la naturaleza del cambio. Porque el PP nunca acept¨® haber perdido las elecciones del 14 de marzo del 2004 y sostuvo cuatro a?os el empe?o de imponerse por los mismos modos que lo hab¨ªa hecho a partir de 1993 Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, bajo el lema de contra el Gobierno "vale todo". Ahora Mariano II se dir¨ªa que quiere seguir la senda del que llamaban Bambi, quien cuando le reclamaban que diera m¨¢s le?a, respond¨ªa que les dar¨ªa m¨¢s ejemplo y que cada ma?ana ven¨ªa con una nueva propuesta de pacto. Y as¨ª hasta llegar a La Moncloa. Otra cosa es que si en tiempos de ZP se produjera el relevo de Juan Jos¨¦ Ibarretxe por Patxi L¨®pez en la presidencia del Gobierno vasco se habr¨ªa oxigenado la situaci¨®n de manera muy notable. Veremos.
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