La Cabrera y los chuletones

"El secreto est¨¢ en La Cabrera", afirma convencido Jes¨²s Gonzalo mientras se?ala la monta?a, de 1.300 metros, que se ve desde la plaza de la Constituci¨®n de El Barraco, en ?vila. Y Jes¨²s, "un colaborador m¨¢s" de la Fundaci¨®n Provincial Deportiva V¨ªctor Sastre, sabe de lo que habla. La Fundaci¨®n, que naci¨® en 1982 como pe?a de apoyo a Jes¨²s Arroyo, ha formado a corredores como el Chava Jim¨¦nez, Pablo Lastras o Paco Mancebo. Ayer coron¨® al hijo de su fundador como ganador del Tour. Carlos Sastre, nacido en Legan¨¦s "pero criado en El Barraco", seg¨²n alardean sus vecinos, ha conseguido que, en un verano dominado por la Eurocopa de Espa?a o los triunfos de Nadal, los ni?os de este peque?o pueblo de ?vila sue?en con sufrir subiendo un puerto encima de la bici.

"?Campe¨®n!, ?campe¨®n!", explot¨® la plaza cuando el ganador subi¨® al podio

Esos chavales disfrutaron ayer, junto con los mayores del pueblo, del triunfo de Sastre. La plaza de la Constituci¨®n se llen¨® de pancartas, maillots y camisetas de apoyo y felicitaci¨®n a su paisano, que levantaba los aplausos y gritos de ¨¢nimo cada vez que aparec¨ªa en la pantalla gigante que presid¨ªa la plaza. Los momentos m¨¢s emocionantes fueron la entrada a meta, con cohetes de celebraci¨®n incluidos, y la subida de Sastre acompa?ado de sus dos hijos al podio de los Campos El¨ªseos. La plaza explot¨® entonces de emoci¨®n, entre c¨¢nticos de "?campe¨®n!, ?campe¨®n!".

"Los nervios se pasaron el s¨¢bado", cuenta Jos¨¦ Mar¨ªa Manso, el alcalde. "Pero ten¨ªamos confianza porque sal¨ªa m¨¢s tarde que sus competidores". Aunque en el pueblo sab¨ªan, por las referencias que daba su padre, que ayer se encontraba en Par¨ªs con gran parte de la familia, que este a?o Carlos Sastre se encontraba muy fuerte, algunos no pudieron evitar las dudas en la crono decisiva. "Pasamos muchos nervios", confiesa la t¨ªa del ciclista, Petri Candil, "aunque a ¨¦l se le ve¨ªa muy tranquilo". Tan tranquilo que, el viernes, la v¨ªspera de la contrarreloj en la que se jugaba el Tour, Sastre llam¨® para saludar y preguntar por su abuela, la que m¨¢s llor¨® en la etapa de Alpe d'Huez que visti¨® a su nieto de amarillo. "Es un chico sencillo, muy bueno y educado", cuenta su t¨ªa. Tanto ella como el alcalde del pueblo, de unos 2.000 habitantes, coinciden en que Carlos, "un chico muy normal, que saluda a todo el mundo", se merece este triunfo porque "siempre se ha sacrificado por la bicicleta". Tambi¨¦n los dos est¨¢n de acuerdo en que Sastre fue de las personas a las que m¨¢s afect¨® la muerte de su cu?ado, el Chava Jim¨¦nez, con el que empez¨® a montar en bicicleta.

Hace m¨¢s de veinte a?os, V¨ªctor Sastre, el padre del corredor, fund¨® la Escuela de Ciclismo ?ngel Arroyo. La idea era, seg¨²n rememora Jes¨²s Gonzalo, "mantener a los chavales j¨®venes apartados de la droga". Uno de los primeros en entrenar all¨ª fue Carlos, al principio como un simple juego. Pero pronto se vio que destacaba. "Siempre ha sido un buen escalador", cuenta su t¨ªa, "porque estamos rodeados de monta?as". Carlos Sastre es un amante de la naturaleza y "cuando no est¨¢ con la bici de carrera se va con sus perros a la monta?a", explica. En la m¨¢s alta, La Cabrera, es donde la Fundaci¨®n sigue llevando a los j¨®venes ciclistas a prepararse. "Lo fundamental es que los chicos se diviertan, se mantengan en forma y alejen la cabeza de otras cosas", explica Jes¨²s Gonzalo. Cerca de 60 j¨®venes, desde los m¨¢s peque?os de seis a?os, corren ahora en la Fundaci¨®n Deportiva, con la que colaboran unas 20 personas. El momento de m¨¢s dudas es el del paso a profesionales, que algunos compaginan con los estudios. Sastre tambi¨¦n lo hizo durante alg¨²n tiempo, en el que estudi¨® electr¨®nica e inform¨¢tica. En El Barraco esperan ahora que su triunfo anime a m¨¢s j¨®venes corredores, y ayude a borrar la mala imagen que algunos ciclistas dan de este deporte. "Muchos padres tienen miedo de que sus chavales empiecen a correr por todo lo que se oye sobre el dopaje", confiesa Jes¨²s Gonzalo. Pero en este pueblo, cuna de grandes ciclistas, pueden estar tranquilos: "Como mucho se meter¨¢n chuletones", dice sonriendo Jes¨²s.