Hospitales de EE UU repatrian a 'sin papeles' que carecen de seguro m¨¦dico
La sanidad privada financia vuelos de repatriaci¨®n para eludir tratamientos largos
Los hospitales estadounidenses est¨¢n repatriando por su cuenta a inmigrantes ilegales sin seguro m¨¦dico que no pueden pagar el tratamiento que necesitan. La m¨ªnima cobertura del sistema de salud financiado por el Estado ha provocado que centros que deben pagar de sus propios fondos la asistencia a estos pacientes sin recursos hayan empezado a financiar vuelos para devolver a sus pa¨ªses de origen a los inmigrantes, seg¨²n un extenso reportaje publicado ayer por el diario The New York Times.
El sistema de salud estatal s¨®lo se hace cargo de una parte de la factura
El caso del guatemalteco Luis Alberto Jim¨¦nez es el primero que acaba con un fallo, a su favor, en un tribunal de apelaciones, se?alando que los hospitales no tienen ninguna facultad en pol¨ªtica migratoria. En 2000, Jim¨¦nez, de 35 a?os, que trabajaba ilegalmente en el pa¨ªs, tuvo un grave accidente de coche provocado por un norteamericano borracho y fue trasladado a un hospital de Florida.
Los hospitales no pueden negar asistencia de urgencias a los inmigrantes ilegales, seg¨²n la normativa federal. Est¨¢n obligados a tratarlos. Tampoco pueden dejarlos en la calle cuando a¨²n necesitan atenci¨®n sin asegurarse de que van a ser recibidos en alg¨²n centro post-hospitalario adecuado. El problema es qui¨¦n paga eso. El sistema estatal de salud se hace cargo tan s¨®lo de una parte, porque la mayor¨ªa de los Estados no financian los tratamientos a largo plazo. As¨ª que son los hospitales los que deben asumir el gasto de cantidades que no les van a ser reembolsadas.
Luis Jim¨¦nez pas¨® m¨¢s de un a?o en coma en el Martin Memorial de Florida. Despu¨¦s, despert¨®. El da?o cerebral era muy grave. El hospital consigui¨® un centro post-hospitalario que se ocupara de ¨¦l, pero volvi¨® al cabo de pocos meses con una grave infecci¨®n que deb¨ªa ser tratada de inmediato. Despu¨¦s, ya no encontraron ning¨²n centro ni residencia que lo aceptara. El hospital, que asegura que el tratamiento que ha recibido Jim¨¦nez asciende a un mill¨®n y medio de d¨®lares, decidi¨® que lo mejor era mandarlo de vuelta a Guatemala y que el Gobierno de su pa¨ªs y su sistema de salud se hicieran cargo de ¨¦l.
Su primo pol¨ªtico y tutor despu¨¦s del accidente present¨® una demanda para impedir la repatriaci¨®n. Un juez de Florida dijo en junio de 2003 que estaba "navegando por mares que estaban fuera de los mapas" y dio la raz¨®n al hospital. Orden¨® a Jim¨¦nez que dejara de frustrar el plan para llevarlo de vuelta a Guatemala. Su abogado, Michael Banks, anunci¨® la apelaci¨®n, pero cuatro horas despu¨¦s un coche ya estaba llevando al paciente al aeropuerto. Cuando la corte de apelaciones de Florida emiti¨® un fallo, en 2004, Jim¨¦nez ya estaba en Guatemala, pero dio la raz¨®n al paciente. El tribunal estableci¨® que el hospital no ten¨ªa capacidad jur¨ªdica para deportar a nadie -lo que s¨®lo puede hacer el Gobierno federal- y se?al¨® que, adem¨¢s, el centro no hab¨ªa aportado pruebas suficientes de que Jim¨¦nez iba a recibir una atenci¨®n suficiente en el pa¨ªs.
No era la primera vez que un hospital tomaba una decisi¨®n de este tipo. Al parecer se trata de una pr¨¢ctica extendida desde hace ya varios a?os. Ante tratamientos m¨¦dicos de larga duraci¨®n que nadie paga los centros devuelven a los inmigrantes a sus pa¨ªses de origen pagando el traslado de su propio bolsillo. Incluso sin el consentimiento de los familiares. La versi¨®n de los centros m¨¦dicos es que no hacen las repatriaciones hasta que los pacientes est¨¢n estables y hasta que les encuentran tratamiento m¨¦dico adecuado en su pa¨ªs de origen. Pero como esta pr¨¢ctica no est¨¢ regulada, de hecho nadie supervisa la actuaci¨®n de los hospitales. En muchas ocasiones, por la falta de medios en el pa¨ªs de origen, el tratamiento es inexistente.
No hay estad¨ªsticas, pero The New York Times cita el caso de un hospital de Phoenix que, en un solo a?o, repatri¨® a 96 pacientes. Al parecer algunos centros lo hacen por sistema mientras otros estudian cada caso y se aseguran de que el paciente recibir¨¢ atenci¨®n adecuada en su pa¨ªs.
Jim¨¦nez est¨¢ ahora en su peque?o pueblo de Guatemala atendido tan solo por su madre de 72 a?os. No es previsible que vuelva a EE UU, pero la decisi¨®n de la corte de apelaciones de Florida ha sentado un importante precedente. Hace m¨¢s dif¨ªcil a los hospitales seguir con su pol¨ªtica de repatriaciones alegales. Podr¨ªan encontrarse, incluso, con una demanda del afectado pidiendo una indemnizaci¨®n.
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