Las prohibiciones estrangulan a los mariscadores de Huelva
Nuevo cierre de una zona de producci¨®n por toxinas
La vida del mariscador de Huelva no es nada f¨¢cil. Las capturas se proh¨ªben a menudo por la presencia de toxinas en los productos. La Delegaci¨®n de Pesca volvi¨® ayer a impedir la captura y comercializaci¨®n de todas las especies de moluscos que se producen en el n¨²cleo de Isla Canela (Ayamonte, Huelva) al haberse detectado altos niveles de D.S.P., una sustancia perjudicial para la salud humana.
El resto de las 12 zonas de producci¨®n de la costa onubense se encuentra abierto al marisqueo, excepto el ¨¢rea mencionada, el r¨ªo Carreras y la desembocadura del Piedras.
"Siempre vamos a la playa como quien juega a la loter¨ªa, un d¨ªa podemos llevarnos 30 euros en coquinas, otros 40, los menos 70. Pero ahora, con el cierre, no sacamos nada", se queja Emilio Jarr¨®n, un coquinero de 44 a?os que vive en Lepe. Las prohibiciones est¨¢n colmando la paciencia de un sector -compuesto por unos 300 mariscadores con licencia- muy castigado por los cierres y por la presencia de furtivos.
Hartos, una treintena de ellos, pertenecientes a las asociaciones de Ayamonte, Lepe e Isla Cristina, en Huelva, se concentraron la semana pasada a las puertas de la Delegaci¨®n de Pesca. Los trabajadores ped¨ªan ayudas "lo antes posible", seg¨²n el presidente de la asociaci¨®n de Mariscadores de Lepe, Antonio M¨¢rquez. "Las familias, tras tantos d¨ªas sin poder trabajar, est¨¢n empezando a sufrir problemas econ¨®micos", afirm¨®.
Ayudas para septiembre
La directora general de Pesca, Elvira ?lvarez, se?al¨® que la voluntad de la Junta es que los mariscadores puedan empezar a cobrar ayudas a finales de septiembre, como muy tarde. Los coquineros recuerdan que, en a?os anteriores, cuando han producido cierres semejantes, las ayudas se han retrasado hasta cuatro meses. "Yo tengo dos hijos que mantener y es muy duro, a mi edad, tener que pedir un cable mis suegros para salir adelante", se queja Emilio Jarr¨®n.
Por si fuera poco, la prohibici¨®n de mariscar se produce la mayor demanda de restaurantes. Es el caso de El Para¨ªso, en Punta Umbr¨ªa. Gonzalo Dom¨ªnguez, uno de sus responsables, explica que palian la falta de coquinas locales con productos portugueses. "No es exactamente igual, pero es la mejor manera de satisfacer la demanda", afirma.
El mariscador Emilio Jarros desconf¨ªa: "Hay algunos establecimientos que est¨¢n comprando a furtivos y le ponen la etiqueta de Portugal", denuncia. Y es que Emilio, como muchos colegas suyos, no cree que la presencia de la D. S. P. sea tan alarmante como afirman las autoridades de control. "Todos los d¨ªas se ven a los furtivos y a los turistas escarbando con el pie en la arena y llev¨¢ndose coquinas. Si estuviesen malas, los servicios de urgencias tendr¨ªan que estar llenos, ?no?", critica.
Tanto las algas D.S.P. como las bacterias E. Coli pueden causar problemas gastrointestinales. En cuanto a la captura de coquinas sin licencia, la normativa recoge sanciones cuya cuant¨ªa oscila entre los 301 y los 60.000 euros para las personas que capturen bivalvos sin autorizaci¨®n. Asimismo, de comprobarse que un restaurante est¨¢ sirviendo moluscos obtenido por el furtivismo, se enfrenta tambi¨¦n a fuertes sanciones.
"Siempre hay quien compra a ilegales, pero quien quiera que lo haga se juega el futuro, porque las inspecciones de Salud son regulares y las sanciones muy importantes. Yo, desde luego, creo que no compensa en absoluto", apunta Dom¨ªnguez, del restaurante El Para¨ªso.
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