Al fin y al cabo mereci¨® la pena
Era una tarde marcada a fuego por la ausencia de Jos¨¦ Tom¨¢s, cuya aura sobrevol¨® Illumbe, destac¨® el buen comportamiento de la vacada de Joaqu¨ªn N¨²?ez del Cuvillo, seleccionada expresamente para ser lidiada por el de Galapagar.
Esta ganader¨ªa, que esta temporada va a lidiar la friolera de 23 corridas de toros, haciendo pleno en las tres capitales vascas, donde ondear¨¢n los colores de la ikurri?a, coincidentes con los de su divisa, abandon¨® la Uni¨®n de Criadores en 1995, defraudado su gestor por la poca defensa que le prest¨® cuando se le acus¨® de manipulaci¨®n de las astas en la Maestranza de Sevilla.
Enrique Ponce afront¨® de forma decidida, aunque con desigual fortuna, el peso que supon¨ªa tratar de sustituir a Tom¨¢s. En el primero, al que recibi¨® con suaves lances de capa y quit¨® por delantales, plante¨® una faena en los medios, dise?ada sobre la base de plenitud de torer¨ªa y temple.
N¨²?ez del Cuvillo / Ponce, Finito y Bautista
Seis Toros de N¨²?ez del Cuvillo, el segundo lidiado como sobrero. De buena presentaci¨®n y ofensiva. Noble y manejable en su conjunto. Los tres primeros y el sexto aplaudidos en el arrastre. Se dejaron hacer en varas.
Enrique Ponce (de berenjena y oro) que sustitu¨ªa a Jos¨¦ Tomas: estocada trasera (oreja); y pinchazo hondo (silencio).
Finito de Cordoba (de tabaco y oro): dos pinchazos y descabello (saludos tras un aviso); y estocada desprendida y ca¨ªda (pitos).
Juan Bautista (de marfil y oro): estocada ca¨ªda de efecto fulminante (oreja); y pinchazo y estocada casi entera (ovaci¨®n).
Plaza de toros de Illumbe. Casi lleno.
Ponce afront¨® con desigual fortuna el peso de sustituir a Jos¨¦ Tom¨¢s
La temperatura de los tendidos se incremento en el toreo al natural, donde destacaron la hondura de los muletazos y el empaque de los mismos. A diferencia de lo que ocurri¨® en su comparecencia del mi¨¦rcoles, cerr¨® con estocada certera que hizo rodar al toro, lo que le vali¨® la obtenci¨®n de un trofeo.
Sus grandes dotes de lidiador fueron demostradas ante su segundo rival, incierto, ¨¢spero y con genio. Faena de m¨¦rito para el aficionado, pero sin eco en los tendidos, que silenciaron su actuaci¨®n.
En el bando de los beneficiados por el nuevo cartel se encontraba el franc¨¦s Juan Bautista, que muy probablemente hubiese quedado oscurecido en su dise?o originario y que ayer, en cambio, se revel¨® como gran triunfador al cortar dos orejas, una por oponente.
Destac¨® la lidia del tercero, el toro m¨¢s noble y enclasado de la corrida, al que recibi¨® con ver¨®nicas de rodillas. Ya con la franela, y tras un vibrante pase cambiado, cuaj¨®, dando distancia al animal, muletazos hondos y ligados por ambos pitones. Faena con ritmo, con bernardinas finales de adorno, en la que destac¨® su autoridad y solvencia, que debe servir a Bautista para enderezar su irregular temporada.
Tras un fallido metisaca en los medios y con la peculiaridad de que fue ejecutado en la suerte de recibir, acert¨® con la tizona, apiolando a la res de gran estocada.
En el toro que cerr¨® la corrida ray¨® a menor altura, con el pecado de dejarse virgen el pit¨®n izquierdo de un nobil¨ªsimo animal. No obstante, cuaj¨® muletazos hondos, que llegaron a los tendidos, que para ese momento se hab¨ªan decantado por apoyar al franc¨¦s, lo que les hab¨ªa permitido olvidar, al menos por un momento, al ausente.
Finito de C¨®rdoba era el gran desubicado de la corrida, ya que su ¨²nico m¨¦rito para comparecer en San Sebasti¨¢n era ser uno de los pocos toreros en activo con mayor antig¨¹edad en el escalaf¨®n que Tom¨¢s, lo que en el dise?o primitivo del cartel le permit¨ªa abrir el mismo. Con la sustituci¨®n, su presencia carec¨ªa de alicientes, ya que ni est¨¢ para comparecer en plazas de responsabilidad ni cabe justificar la misma en faenas cuajadas en Illumbe en otras calendas ya prescritas.
En honor a la verdad, debe reconocerse que pech¨® con el lote m¨¢s desigual de un noble, manejable e interesante encierro, y que, incluso se aplic¨® en muletazos sueltos con el animal prob¨®n que hac¨ªa segundo y en notables ver¨®nicas al quinto.
Sin embargo, al final siempre termina saliendo su pertenencia a la "fraternidad de toreros medi¨¢ticos ya consagrados" lo que hace que se alivie de una forma tan descarada para ejecutar las estocadas como ayer o provoque que su piquero le pegue los linternazos que acabaron con las fuerzas del quinto.
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