Faena de 'n¨²mero uno'
Nadal se impone al serbio Djokovic con dos golpes inveros¨ªmiles y luchar¨¢ por su primer oro contra el chileno Gonz¨¢lez
Novak Djokovic amenaz¨® con dar un pelotazo al juez de silla. Antes, blandiendo su raqueta como una guada?a, empez¨® a golpearse la cabeza. Mir¨® el serbio al cielo y sus ojos se llenaron de reproches. Doli¨® verle. Fue un partido para est¨®magos fuertes, primitivo y con peloteos como bombardeos. Lo gan¨® Nadal (6-4, 1-6 y 6-4) y con eso sigui¨® subiendo escalones en el Olimpo de lo eterno. Ma?ana ser¨¢ medallista ol¨ªmpico. Antes, ayer, sufri¨® sabiendo que hab¨ªa algo m¨¢s que una medalla en juego. El reino de Roger Federer se acaba. Este lunes comienza el de Nadal, que por segundo d¨ªa acab¨® su partido de madrugada. Y hasta que se consolide se prev¨¦n varias peleas barriobajeras: la siguiente, ma?ana (10.00, TVE-1), con la medalla de oro en juego y un rival en entredicho. El chileno Fernando Gonz¨¢lez, vencedor del estadounidense James Blake (4-6, 7-5 y 11-9), fue acusado de falta de deportividad y de atentar contra el juego limpio.
El espa?ol levant¨® de forma incre¨ªble dos mates y oblig¨® a su rival a fallar el tercero
El d¨ªa que Nadal lleg¨® a Pek¨ªn, par¨® su entrenamiento, se?al¨® una valla que med¨ªa dos metros largos de altura, y se lament¨®.
- ?Qu¨¦ bolas me tiraba el t¨ªo! ?C¨®mo botaban! Me iban a la cabeza. Con el bote del segundo servicio habr¨ªa alcanzado la valla...
Djokovic, el susodicho t¨ªo, vivi¨® en Pek¨ªn agarrado a ese bote alto que tanto perjudic¨® al espa?ol en su derrota de Cincinnati. El serbio lleg¨® al partido mediado el primer set, mientras sonaban los acordes del Bamboleo de Julio Iglesias y el p¨²blico se retorc¨ªa haciendo la ola. Fue un tenista alterado y rugiente, una presa desbordada que s¨®lo encontr¨® dique en tres nadaladas. El nombre tiene su origen en el vestuario. Responde a un vac¨ªo del diccionario. Nadie, hasta que apareci¨® el t¨¦rmino, supo etiquetar bolas como las dos que ayer decidieron el encuentro: Nadal levant¨® dos mates en posiciones inveros¨ªmiles y oblig¨® a Djokovic a fallar el tercero. Una demostraci¨®n de una verdad por todos los tenistas aceptada: si el partido entra en las trincheras, Nadal lleva la delantera.
La derrota del serbio, que amag¨® con un pelotazo al juez cuando ¨¦ste le amonest¨® por perder tiempo, deja al espa?ol frente a otro tipo pendenciero. El chileno, Mano de Piedra Gonz¨¢lez, bronce individual y oro en dobles en Atenas 2004, no llega al partido en el mejor de los momentos. Nada m¨¢s ganar a Blake, busc¨® su banquillo, un modesto andamiaje de madera, y pas¨® unos interminables segundos con cara de alucinado. Baj¨® a buscarle Sergio Valdivia, su fisioterapeuta, y los dos se abrazaron como protegi¨¦ndose del mundo. Fue un gesto necesario. Blake cuestion¨® la caballerosidad y el juego limpio del chileno. Primero, se consider¨® atacado a prop¨®sito por una pelota que le golpe¨® de lleno. Y luego pens¨® que Gonz¨¢lez debi¨® corregir al ¨¢rbitro admitiendo que hab¨ªa tocado una bola que se le hab¨ªa ido fuera.
"Estando en unos Juegos y en un deporte que se supone es de caballeros", dijo Blake; "era el momento de que admitiera haberla tocado. Me mir¨® directamente a los ojos y no dijo nada", se quej¨®. "Quiz¨¢s no deber¨ªa esperar que se comportara caballerosamente, pero los Juegos promueven el fair play y la amistad entre los pueblos. Intento jugar con integridad, para que mis padres est¨¦n orgullosos. Si yo hubiera sido ¨¦l, nunca habr¨ªa terminado el partido: mi padre me habr¨ªa echado fuera. He perdido la fe en mi oponente. Hace todo lo que est¨¢ en su mano para ganar. Normalmente, dentro de las normas. A veces, en la frontera. En caliente, cre¨ª que me golpe¨® aposta"
"No sent¨ªa nada", se justific¨® Gonz¨¢lez. "Vi la bola viniendo hacia mi cuerpo. Intent¨¦ moverme y no sent¨ª nada", cerr¨® tras ser preguntado repetidamente por el tema.
?Y Federer? Montado en el tranv¨ªa que lleva del mundo de las pesadillas a la tierra de las promesas. Hoy, junto a Wawrinka, jugar¨¢ la final del dobles frente a los suecos Aspelin y Johansson, una pareja de r¨¦cord: tardaron cuatro horas y 46 minutos en vencer a los franceses Clement y Llodra (7-6 (6), 4-6 y ?19-17!). A Nadal le da igual. Lo gritaron los espa?oles en la grada, desde los que ten¨ªan entrada de a pie a los chicarrones de la selecci¨®n de baloncesto: "Nadal, number one!"
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