El conflicto de Georgia
Hace unos meses asist¨ªamos -algunos, horrorizados- al reconocimiento por parte de la comunidad internacional de la independencia de Kosovo de Serbia, de forma precipitada y con la oposici¨®n de pa¨ªses tan relevantes como el nuestro o, lo que es m¨¢s significativo, de Rusia.
Ahora, los rusos, de forma interesada y ventajista, utilizan el caso kosovar en provecho propio para reconocer la independencia de dos Estados, Abjazia y Osetia del Sur, que forman parte de Georgia y acabar¨ªan siendo sat¨¦lites de Mosc¨², si es que no pasan directamente a integrarse dentro de sus fronteras. La reacci¨®n de la OTAN no se ha hecho esperar, y, adem¨¢s, tanto Washington como Bruselas ya han manifestado su malestar con el comportamiento del Gobierno de Medv¨¦dev, a la postre t¨ªtere de Putin.
Resulta curioso que los rusos arguyan en favor de la misma legislaci¨®n internacional que ellos violentaron en el caso kosovar. Georgia no puede verse cercenada por la fuerza, y los cambios territoriales, en caso de producirse, deben venir precedidos de un largo proceso de di¨¢logo y consenso.
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