En positivo
Anteayer, aprovech¨¦ el traslado entre Zaragoza y Logro?o para escribir mi columna. Iba sentado en el autob¨²s tecleando el ordenador mientras mis compa?eros se entreten¨ªan viendo una pel¨ªcula. Flecha, sentado justo detr¨¢s de m¨ª, no pudo evitar echar un vistazo a lo que escrib¨ªa.
"A ver si te sale un art¨ªculo m¨¢s positivo", me dijo ayer durante la etapa, "que los ¨²ltimos d¨ªas s¨®lo hablas de miserias". "Es lo que hay", le dije; "?qu¨¦ es lo que voy a contar despu¨¦s de una jornada en la que lo ¨²nico que vives son penurias?". Claro, Flecha iba en la escapada ese d¨ªa y bastante ten¨ªa con lo suyo, pero no sabe la guerra que tuvimos por detr¨¢s. Te la pueden contar, es cierto, pero no hay nada como vivirla.
El caso es que le dije que era f¨¢cil ser m¨¢s positivo. "Hoy lo ser¨¦", le dije; "es tan sencillo como que ?scar gane la etapa". Y eso fue lo que pas¨®. As¨ª que hoy ni lloro ni me duele nada. Hemos ganado y, cuando ponga el ¨²ltimo punto a este art¨ªculo, bajar¨¦ a cenar y a celebrar la victoria con mis compa?eros.
Una victoria por la que trabajamos duro tambi¨¦n el d¨ªa anterior, pero no tuvimos la suerte de nuestro lado. A veces, pasa: trabajas y no obtienes ning¨²n resultado. Pero lo importante es no perder la confianza. Si un d¨ªa no sale, ya saldr¨¢ otro.
As¨ª que ayer salimos convencidos de nuevo a pesar de que ?scar no pudo ganar en Zaragoza. All¨ª tuvo fuerzas, pero no encontr¨® el hueco bueno. Ya durante la etapa, nos dijo que se encontraba muy bien, que se ve¨ªa m¨¢s recuperado que en los d¨ªas previos y que ten¨ªa buenas vibraciones. Nuestros compa?eros se pusieron a tirar para anular la escapada del d¨ªa y esta vez otros equipos, aparte el del l¨ªder, colaboraron con nosotros. Eso era bueno, pero tambi¨¦n significaba que muchos se iban a implicar en el sprint. Menos mal que la llegada era limpia y s¨®lo hab¨ªa una curva en los ¨²ltimos cinco kil¨®metros.
Una, pero menuda curva. Despu¨¦s de que Flecha gastase su bala, me qued¨¦ yo con ?scar peleando con Zabel la rueda de Boonen. Y, en cuanto vi a lo lejos la curva, me lanc¨¦ a por ella por el exterior en una temeraria maniobra en la que estuve a punto de caerme. Corr¨ª el riesgo de resbalar, pero evit¨¦ que nos qued¨¢semos encerrados, que era de lo que se trataba. Y de ah¨ª en adelante, como dije ayer, que sea ?scar el que lo cuente. ?l lo sabe, que ¨¦l fue el que gan¨®, pero no fue el ¨²nico que levant¨® los brazos. Mis compa?eros y yo tambi¨¦n lo hicimos.
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