La 'dolce vita' de M¨ªster Vaticano
Un gal¨¢n italiano acusado de robar 1,7 millones a ricos de Nueva York
Para escalar en las altas esferas econ¨®micas neoyorquinas hay que tener dinero, o en su defecto, talento para aparentarlo. Si adem¨¢s se consigue enamorar a una actriz glamourosa como Anne Hathaway, que abre puertas con su mera sonrisa, el ascenso est¨¢ asegurado. Pero ni el glamour ni el talento evitan la dureza de la ca¨ªda. S¨®lo el dinero. Y Raffaello Follieri nunca lo tuvo. El pasado jueves este astuto gal¨¢n italiano de 30 a?os se declar¨® culpable en Nueva York de 14 cargos de fraude, conspiraci¨®n y blanqueo de dinero. Tendr¨¢ que devolver 2,4 millones de d¨®lares (1,7 millones de euros), con los que financi¨® su particular 'dolce vita'. El dinero pertenec¨ªa al multimillonario Ron Burkle, ¨ªntimo amigo de Bill Clinton y socio de Follieri hasta el pasado a?o.
Fue novio de la actriz Anne Hathaway y dec¨ªa tener contactos con la Iglesia
El impostor se enfrenta a penas de c¨¢rcel de hasta cinco a?os
Crecido en Foggia, en el sur de Italia, irrumpi¨® entre los inversores estadounidenses en 2003 con la ambici¨®n y energ¨ªa de sus 25 a?os, su denso acento italiano, su irresistible encanto, sus supuestos contactos con el Vaticano y los bolsillos vac¨ªos. Se present¨® en sociedad como el hombre que ten¨ªa la llave para abrir las puertas de la iglesia cat¨®lica estadounidense y conseguir sus favores para adquirir sus propiedades inmobiliarias a precio de saldo. Con cientos de di¨®cesis hambrientas de liquidez para alcanzar acuerdos extrajudiciales con las v¨ªctimas de los esc¨¢ndalos por abusos sexuales, Follieri dijo ser el eslab¨®n imprescindible para cerrar alianzas entre iglesia y promotores avispados. En realidad ten¨ªa un solo contacto: era amigo de Andrea Sodano, sobrino del cardenal Angelo Sodano, secretario de estado de la Santa Sede hasta su jubilaci¨®n el pasado a?o. Pero para Follieri, fue suficiente.
Con dinero prestado de un abogado al que consigui¨® impresionar, puso en marcha su empresa de 'consulting' inmobiliario, Follieri Group, cuya p¨¢gina web a¨²n sobrevive y en la que entre otras cosas se promociona una tarjeta de cr¨¦dito Visa que ofrece donaciones a la iglesia cat¨®lica por d¨®lar gastado. Follieri consigui¨® audiencia hasta con el poderoso cardenal Egan de Nueva York. Sin embargo, seg¨²n una carta firmada por el cardenal Sodano en 2006 y requisada por el FBI en el apartamento de Follieri, nunca cont¨® con el benepl¨¢cito del Vaticano. En la carta Sodano le ped¨ªa que abandonara el juego en el que se hab¨ªa embarcado.
Seg¨²n le dijo a varios de sus amigos en m¨¢s de una ocasi¨®n, su modelo a emular era Arist¨®teles Onassis, un maestro en el arte de utilizar el dinero de otros que consigui¨® su primer mill¨®n a los 25 a?os. El truco seg¨²n Follieri, consist¨ªa en gastarse parte del dinero de sus inversores en ¨¦l mismo. Cu¨¢nto m¨¢s rico pareciera, m¨¢s dinero la gente estar¨ªa dispuesta a darle para sus negocios.
Varios incautos cayeron en sus redes, mientras ¨¦l se lanzaba a una vida de lujos desmedidos que le ayud¨® a capturar la atenci¨®n de Anne Hathaway, una estrella en ascenso que hab¨ªa convertido en oro las taquillas con su pel¨ªcula Princess Diaries.
Follieri quiso darle la vida de una princesa. Alquil¨® aviones privados para asistir a fiestas en la Republica Dominicana en casa de Oscar de la Renta, la llev¨® a Paris, Roma y Londres con parada en los mejores hoteles y se pase¨® con ella por las mejores fiestas. Mientras se dej¨® fotografiar a su vera y adquiri¨® importancia medi¨¢tica. Incluso cre¨® una fundaci¨®n, la Follieri Foundation, de la que la actriz fue una de sus mayores vocales, a pesar de que su ¨²nico programa, -vacunaci¨®n de ni?os en Nicaragua-, se interrumpi¨® por falta de fondos.
En su mete¨®rico ascenso lleg¨® a tocar a la puerta de Carlos Slim, que le recibi¨® pero no compr¨® su 'pel¨ªcula'. Alquil¨® un yate en el que el candidato a presidente John McCain celebr¨® su cumplea?os y al que le prometi¨® votos cat¨®licos. Comparti¨® escenario con el mism¨ªsimo Bill Clinton, que le agradeci¨® p¨²blicamente una donaci¨®n de 50 millones de d¨®lares a la Fundaci¨®n Clinton que nunca hizo. Pero su golpe de gracia lo dio en 2005, cuando a trav¨¦s de Doug Band, asesor del expresidente, consigui¨® que el millonario Ron Burkle, propietario de empresa de inversi¨®n Yucaipa Companies, se asociara con ¨¦l y se comprometiera a invertir 100 millones de d¨®lares.
Follieri lleg¨® a adquirir para ¨¦l propiedades por valor de 50 pero por el camino se le fue la mano. Burkle lo demand¨® el a?o pasado por gastarse en "financiar su tren de vida" 1.3 millones de d¨®lares de Follieri/Yucaipa Investments LLC. Entre las acusaciones, pagos a una agencia de ¨¦lite para cuidar de su perro, alquiler de yates y jets privados y hasta 150.000 d¨®lares en gastos m¨¦dicos.
Burkle y Follieri llegaron a un acuerdo extrajudicial y este invierno Follieri pag¨® sus deudas. Todas esas acusaciones han vuelto a emerger ahora en la acusaci¨®n criminal presentada por el fiscal federal Reed Brodsky, que evita nombrar a Burkle. Pero a ellas se a?aden las dos acusaciones por las que Follieri ir¨¢ a la c¨¢rcel: haber transferido fondos "de origen fraudulento" a cuentas en Monaco y haber utilizado sus conexiones con el Vaticano para defraudar a sus clientes. Al autoinculparse, no podr¨¢ recibir una pena mayor de cinco a?os y evita un juicio que le podr¨ªa imponer hasta diez. Su sentencia definitiva se conocer¨¢ en octubre.
Follieri, acostumbrado a vestir corbatas Marinella como las que usaba Kennedy, zapatos de Roberto Cavalli y trajes de Ralph Lauren, fue arrestado el 24 de junio, diez d¨ªas despu¨¦s de que su c¨¦lebre novia, protagonista -iron¨ªas de la vida- de un filme titulado 'El diablo viste de Prada', rompiera con ¨¦l. Ambos hab¨ªan dejado ese mes el flamante d¨²plex de 37.000 d¨®lares mensuales que compart¨ªan en Manhattan y por el que pagaba Burkle sin saberlo. Follieri lloraba su desamor en la nada despreciable Trump Tower. La fianza de 21 millones de d¨®lares que impuso Brodsky por temor a que se fugara a Italia, le catapult¨® desde las alturas del barrio de Midtown a las mazmorras del Metropolitan Correctional Center al sur de Manhattan.
No deja de sorprender que Follieri haya sido perseguido directamente por Reed Brodsky, el ayudante del fiscal general estadounidense que tambi¨¦n trabaj¨® en el caso Enron, donde la entidad econ¨®mica del fraude y defraudados superaba en cientos de millones la de Follieri.
Sin embargo, al ser el novio de una actriz tan c¨¦lebre como Hathaway, su caso ha sido seguido muy de cerca por la prensa, convirtiendo a Brodsky en un nuevo cruzado contra el crimen. En realidad, el fiscal se ha limitado a hacer su trabajo pero por el camino se ha llevado un mont¨®n de publicidad gratuita. Si Follieri no hubiera sido novio de Hathaway quiz¨¢s su caso nunca habr¨ªa llegado a los peri¨®dicos.
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