La era del desendeudamiento
Una sola cifra basta para ilustrar la gravedad de la actual crisis financiera: durante los ¨²ltimos 20 a?os el balance conjunto de los bancos de negocios de los EE UU ha pasado de representar apenas el 3% de su producto interior bruto (PIB) a situarse en m¨¢s del 23%, lo que equivale a decir que el fuerte crecimiento econ¨®mico de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas se ha sustentado en un endeudamiento creciente tambi¨¦n. O, dicho de otra forma: para obtener una unidad de producto ha sido necesaria una deuda cada vez mayor (en el caso de Lehman Brothers, su deuda era el equivalente a 35 veces sus recursos propios).
Ahora ha llegado el momento en el que ese incremento perpetuo de la deuda se convertir¨¢ en su contrario. La era que acaba de comenzar ser¨¢ la del desendeudamiento. Ya se nota en los balances de los bancos que, desde el mes de marzo, han dejado de crecer. Y ello no augura nada bueno para la econom¨ªa mundial: si no crece la deuda no crecer¨¢ el cr¨¦dito al ritmo que se necesita para que las econom¨ªas generen empleo.
Con todo y con eso son exageradas las comparaciones de esta crisis con la de los a?os treinta. En el primer a?o posterior al crack del 29 (es decir, en 1930) el PIB de los EE UU cay¨® un 8,6%, y en los dos a?os siguientes cedi¨® el 6,4%, primero, y el 13% despu¨¦s. Nada comparable ni de lejos parece que vaya a ocurrir en estos momentos.
Sin embargo, durante los pr¨®ximos meses el sistema financiero y la econom¨ªa mundial, van a ir caminando por un campo de minas. A corto plazo, habr¨¢ que ver si alguna otra entidad financiera de gran tama?o entra en dificultades por motivos que le son propios. O inducida por no poder cobrarle a Lehman Brothers. Probablemente, los riesgos inducidos sacar¨¢n otra vez a la luz a los monolines, las compa?¨ªas de seguros que avalan emisiones de bonos y cuya crisis a primeros de a?o provoc¨® uno de los episodios m¨¢s agudos que hemos vivido durante los ¨²ltimos meses.
Y es que a los monolines los problemas les van a seguir llegando desde diversos frentes: desde la ingente cantidad de bonos que ten¨ªa emitida Lehman Brothers hasta, parad¨®jicamente, la ejecuci¨®n de los avales sobre las emisiones de bonos realizadas por las grandes agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac (parad¨®jica porque, a la vez que la intervenci¨®n gubernamental de ¨¦stas hace m¨¢s segura la deuda que han emitido, en los contratos de aval existe una cl¨¢usula que dice que si el Gobierno interviene, los avales se ejecutan).
Sali¨¦ndose del terreno estrictamente financiero las amenazas tampoco son peque?as. Nadie parece estarse fijando en que en China la Bolsa ha ca¨ªdo casi un 70% en los ¨²ltimos 11 meses; o en que su sector inmobiliario ha entrado en una crisis que podr¨ªa dejar peque?a en intensidad a las de Occidente; o en el da?o que la ca¨ªda del precio de las materias primas puede hacer a los pa¨ªses emergentes (Brasil ya est¨¢ acusando el impacto desde mayo) y su repercusi¨®n sobre el IBEX 35...
Sin embargo, hay que insistir: esta es una crisis grave sobre la que, a pesar de las apariencias, no se ha perdido el control. A¨²n falta tiempo para que supere su momento m¨¢s agudo que, como en otras crisis, probablemente coincidir¨¢ con alguna complicaci¨®n geopol¨ªtica. Pero, entre la niebla, se aprecia alg¨²n elemento esperanzador: la amenaza de inflaci¨®n se estaba sobredimensionando. Y los tipos de inter¨¦s est¨¢n llamados a bajar. Lo que aliviar¨¢ un tanto la situaci¨®n.
Juan Ignacio Crespo es director europeo en Thomson Reuters.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.