Mal apodo hist¨®rico

En los cen¨¢culos de la alta pol¨ªtica socialista no hay d¨ªa en que alguno de sus ilustres miembros no maldiga el sobrenombre ¨¦pico con el que fue bautizado uno de los preceptos del Estatuto de Autonom¨ªa de 1981. En lenguaje llano, ¨¦ste ven¨ªa a decir que cuando el Estado traspas¨® las competencias a Andaluc¨ªa, al comienzo de la autonom¨ªa, le dio dinero de menos, y eso hab¨ªa que compensarlo. Su nombre oficial era Disposici¨®n Adicional Segunda, pero Izquierda Unida lo apod¨® "deuda hist¨®rica" por razones pr¨¢cticas -?c¨®mo vend¨ªa si no un enunciado tan anodino?-, adem¨¢s de por la evidente carga reivindicativa del nuevo concepto.

Fue en la legislatura conocida como de la pinza (otro apodo), entre 1994 y 1996, en la que IU y PP sumaban mayor¨ªa en el Parlamento. El Gobierno de entonces, que ya presid¨ªa Manuel Chaves (Arenas estaba en la oposici¨®n), puso el grito en el cielo, pero los medios de comunicaci¨®n compraron enseguida la ingeniosa denominaci¨®n que, como se sabe, hizo fortuna. En plena angustia por esquivar un anticipo de las elecciones -que al final se consum¨®-, Chaves acept¨® consignar una partida para la deuda hist¨®rica y forz¨® que el Estado pagara (en la legislatura siguiente) 120 millones de euros. El cambio de signo pol¨ªtico operado en la Moncloa en 1996 (de Gonz¨¢lez a Aznar) trajo tras de s¨ª una radical mutaci¨®n del discurso del PSOE de Andaluc¨ªa y de la propia Junta, quienes cogieron la bandera de la deuda con enorme entusiasmo para desgastar al Ejecutivo popular.

Transcurrieron otros ocho a?os de reivindicaci¨®n machacona, y cuando el PSOE volvi¨® al Gobierno central la deuda hist¨®rica a¨²n segu¨ªa all¨ª. Archiconocida por su apodo y totalmente asentada. Porque como, se lamentan los mencionados dirigentes socialistas, el mote de la Disposici¨®n Adicional Segunda ha sido un verdadero lastre a la hora de convencer a sus compa?eros de Madrid. ?Qu¨¦ territorio no tiene una deuda hist¨®rica? ?A qui¨¦n no se le debe algo? A¨²n as¨ª, al aprobar el nuevo Estatuto, el PSOE andaluz consigui¨® convencer al equipo del ministro Pedro Solbes de que no iba de eso, hubo incluso un anticipo de 300 millones, y el texto recogi¨® un plazo para acordar la cifra: ma?ana. No se ha cumplido.

Otra vez el alias (deuda hist¨®rica) cae como una maldici¨®n justo cuando el Gobierno negocia un modelo nuevo de financiaci¨®n y en medio de duros recortes presupuestarios.