El Atl¨¦tico se lo cree
Ag¨¹ero, Maniche y Sinama Pongolle tumban al Recreativo tras 90 minutos de virtuosismo
Hubo un tiempo en que diseccionar las dudas existenciales del Atl¨¦tico era como una mala digesti¨®n. El equipo se tumbaba en el div¨¢n a la espera de una explicaci¨®n a sus gatillazos y dem¨¢s problemas de concentraci¨®n. A la hora de la verdad jam¨¢s cumpl¨ªa. Los defectos de la ¨²ltima l¨ªnea carcom¨ªan la moral de la escuadra con tanto ¨ªmpetu que, pese a atesorar una de las mejores pegadas del planeta f¨²tbol, la incompetencia de los centrales hipotecaba sus planes de futuro. Cuando un delantero de verdad les exig¨ªa, Pablo, Eller y Z¨¦ Castro, maleables con la grada encima, se fajaban con la blandura de una gominola. Aunque anoche faltase Heitinga, con una rodilla inflamada, el Atl¨¦tico ha perdido su cara bondadosa. Ujfalusi, al que le bast¨® con un par de miradas para coaccionar a Rub¨¦n y Colunga, le ha imprimido un car¨¢cter que antes no exist¨ªa. El capit¨¢n checo contagia tanto entusiasmo que hace que Perea parezca Beckenbauer. Desde la llegada del centroeuropeo y de su colega holand¨¦s, los lapsus son cosa del pasado. Un mal recuerdo del horror que aterroriz¨® el Calder¨®n durante un lustro, que se amedrentaba ante visitantes menores como el Recreativo.
ATL?TICO 4 - RECREATIVO 0
Atl¨¦tico: Coupet; Seitaridis, Perea, Ujfalusi, Antonio L¨®pez; Maxi, Ra¨²l Garc¨ªa, Maniche (Banega, m. 69), Sim?o (Luis Garc¨ªa, m. 57); Ag¨¹ero (Miguel de las Cuevas, m. 61) y Sinama Pongolle. No utilizados: Leo Franco; Pablo, Pern¨ªa y Assun??o.
Recreativo: Riesgo; Oliveira, Morris, Arzo, Poli; Camu?as (Javi Guerrero, m. 72), Jes¨²s V¨¢zquez, Javi Fuego (Sisi, m. 59), Aitor (Akale, m. 72); Rub¨¦n y Colunga. No utilizados: Roberto; Lamas, Casado y Barber.
Goles: 1-0. M. 7. Ag¨¹ero cabecea un env¨ªo de Sim?o. 2-0. M. 52. Maniche, de fuerte disparo desde fuera del ¨¢rea. 3-0. M. 77. Sinama Pongolle, tras una asistencia de Miguel de las Cuevas. 4-0. M. 88. Sinama Pongolle recorta a Arzo y cruza el bal¨®n delante de Riesgo.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Camu?as.
50.000 espectadores en el Calder¨®n.
El medio portugu¨¦s ha pasado de apestado a hijo pr¨®digo del Manzanares
El que no entiende de miedos es Ag¨¹ero. El Kun vive todos los encuentros como un duelo tribal. Lo mismo le da que sean de Champions, Liga, Copa del Rey o un triangular. ?l va a lo suyo. Su hambre es tan infinita que sus 172 cent¨ªmetros de envergadura no le impiden ser uno de los cabeceadores m¨¢s letales del momento. Ayer, favorecido por la empanada de Arzo y Morris, mand¨® a la red una falta botada a la perfecci¨®n por Sim?o. Con todos los focos pendientes de la menuda estrella argentina, el extremo portugu¨¦s ha arrancado la temporada con un estado de forma magn¨ªfico. Ya recuperado de los problemas musculares que le atenazaron la temporada pasada, la sociedad de Simanzinho con Ag¨¹ero promete tardes de pan y circo.
Tambi¨¦n es verdad que el yern¨ªsimo hace bueno a cualquiera. El Atl¨¦tico no llor¨® en exceso la ausencia de Diego Forl¨¢n, que estar¨¢ al menos un mes en la enfermer¨ªa. Su recambio, Sinama Pongolle, se dio un ba?o de autoestima. M¨¢s all¨¢ de cerrar el marcador con dos goles antol¨®gicos, aprovechando un pase atr¨¢s de Miguelito de las Cuevas primero y luego anudando la cintura de Arzo, el franc¨¦s abri¨® la lata que ide¨® Manolo Zambrano, que a falta de solistas cuida el trabajo t¨¢ctico al detalle. Con rigor, orden y mucho esp¨ªritu solidario afronta la tarea tit¨¢nica de mantenerse en Primera. Dif¨ªcil lo tendr¨¢, aunque Camu?as y Colunga aportan sus cositas. Eso s¨ª, insuficientes para un Atl¨¦tico que si se lo cree podr¨ªa aspirar a algo m¨¢s que ser un comparsa de lujo en la Liga.
En parte porque ha recuperado para la causa a Maniche. El centrocampista es el hijo pr¨®digo del Manzanares. Su cesi¨®n en el Inter tras medir fuerzas con el preparador mexicano, y las reticencias del mercado, avisado de sus malas pulgas, le han obligado a redimirse con la casaca rojiblanca. Al Atl¨¦tico se le ha aparecido un ¨¢ngel en el momento m¨¢s insospechado que gestiona el bal¨®n con soltura, al ritmo de la Premier. Y que encima derrocha p¨®lvora, como volvi¨® a demostrar tras su diana en Eindhoven. La moraleja es evidente: si ¨¦l, hasta hace unos d¨ªas un apestado, ha cambiado, el Atl¨¦tico tambi¨¦n puede so?ar con lo m¨¢s alto. De momento ha recuperado su alma.
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