"Cuando entr¨¦, cre¨ªa que los Latin Kings eran un club social"
El fiscal pide hasta 38 a?os de c¨¢rcel para seis miembros de la banda latina por matar a un ?eta y dejar malherido a otro en septiembre de 2005
Luis Alcides, rey coronado de los Latin Kings y m¨¢s conocido como F¨¦nix, bosteza apoyado en un lateral de la secci¨®n cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid. Ya declar¨® el lunes. No hizo nada, insiste. Quien apu?al¨® el 15 de septiembre de 2005 en la plaza El¨ªptica a Wilson Fern¨¢ndez R¨ªos hasta matarlo y dej¨® malherido a John Peter Cort¨¦s, supuestos miembros de la banda rival ?etas, fue Carlos Eduardo Y., alias Carloco. Pero ¨¦ste asegura que ¨¦l ese d¨ªa estaba con una chica. Que ayud¨® a su hermana comprando en el Hiper Usera. No sabe nada. No se acuerda. El fiscal pide para ellos dos y para los otros cuatro acusados (Juan Carlos M. B., Cata; Antonio V. D., Flaco; Jos¨¦ Leonel L. V., King J. L., y Romel Vinicio P. R., King Jordan) penas que alcanzan los 38 a?os por los delitos de asociaci¨®n il¨ªcita, asesinato y tentativa de asesinato.
La madre del joven asesinado fue expulsada por hacer fotos a los acusados
El homicidio se produjo como venganza de otro asesinato ocurrido el d¨ªa anterior. Un grupo de ?etas acuchill¨® con navajas y destornilladores a dos latin a la salida del metro de Sainz de Baranda. Los Latin Kings, seg¨²n la reconstrucci¨®n policial, se reunieron en la calle de Guadalete de Madrid para preparar "la ca¨ªda". O sea, para matar a Wilson. Se juntaron en la plaza El¨ªptica y persiguieron y acorralaron con cuchillos a sus rivales. Tres menores que ya han sido juzgados tambi¨¦n fueron detenidos.
El juicio es una sucesi¨®n de negativas y de apodos. Por ah¨ª circulan el Teco, el Polaco, el Cachorro, el Brian, el Gale... Todos reyes. Algunos comunes, otros aplatados, alguno juramentado. Pero reyes. Y nadie los conoce. Han o¨ªdo sus nombres, les suenan de las discotecas, de los parques, de amigos comunes. Pero nada m¨¢s. No les ponen cara. Ellos, como repite Jos¨¦ Leonel L. V. -recaudador a nivel nacional de la banda, inca del cap¨ªtulo azteca (l¨ªder de una de las fracciones madrile?as de la organizaci¨®n) y cuarto sagrado de la tribu (un alto grado jer¨¢rquico)-, s¨®lo juegan al baloncesto y cosas as¨ª. De hecho, ¨¦l pensaba que los Latin Kings eran "una especie de club social", seg¨²n declar¨® ayer. Luego, fue viendo que ¨¦sa no era la definici¨®n que mejor encajaba con la banda. "No hab¨ªa respeto" y quiso dejarlo. Pero es dif¨ªcil. "Siempre hay alguien que tiene tu tel¨¦fono". Eso cuenta y a su tesis tambi¨¦n se adhiere Carloco (presunto autor del apu?alamiento a John Peter Cort¨¦s, el chico que result¨® herido), que le ha precedido ante el juez Juan Jos¨¦ L¨®pez.
Todos los letrados de la defensa argumentan o sugieren que sus defendidos han querido salirse de la banda y la banda es rencorosa con los desertores. De ese modo, apuntan: "?No es cierto que los latin suelen cargar los marrones a quienes no asisten ya a sus reuniones?". Y sus defendidos, enroscados en su postura silenciosa, ni siquiera entran a ese trapo: "No s¨¦, puede ser".
El m¨¢s concreto de los letrados, Marino Perela, consigui¨® arrancar a su defendido, Carloco, que a quienes se les atribuye el asesinato en su c¨ªrculo de amistades es a "F¨¦nix, Cachina, Brian y Cachorro". Estos tres ¨²ltimos eran menores de edad entonces. Hasta ah¨ª. No los reconoce f¨ªsicamente. No sabe qui¨¦nes son. "Ha pasado mucho tiempo".
La madre del chico asesinado (ten¨ªa 17 a?os) fue expulsada el lunes de la sala por fotografiar a su supuesto asesino, seg¨²n su abogado. Ayer no estaba. Entre el p¨²blico, s¨®lo cinco personas. Eran los padres de los acusados.
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