Cine, cine, cine y m¨¢s cine
?ltimamente sufro de una patolog¨ªa incalificable, y es que me dan miedo los peri¨®dicos. Empiezo a leerlos por detr¨¢s, ojeo las p¨¢ginas de cultura, espect¨¢culos, televisi¨®n y? poco m¨¢s. Ni acercarme a las de econom¨ªa. Dan mucho yu-yu. Y, aunque tengas los mismos problemas de siempre para pagar todos los gastos que te caen del cielo, me produce mucha ansiedad. Pero es imposible mantenerse al margen. El d¨ªa pasado pongo la radio y ah¨ª estaba la noticia, esperando a que encendiera, para escupirme desde las ondas el monotema: la crisis. Uno dice que la econom¨ªa va fatal. Otro que peor. Un experto de expertos hablaba del fin del sistema econ¨®mico en el que vivimos, la burbuja reventada, la hecatombe. Han conseguido hasta que me den pena los bancos. ?Qu¨¦ infelices, no tienen liquidez! Y te sale el acto reflejo de sacar la cartera para darles algo. Y en esa d¨¦cima de segundo te das cuenta: ?Pero si tienen ellos todo mi dinero! Qu¨¦ morro.
Lo mejor, pasar del tema y a otra cosa, por ejemplo, al Zinemaldi. ?Qu¨¦ suerte la nuestra! Te olvidas de todas las preocupaciones que no tengan que ver con entradas, butacas y proyecciones. Puedes ver cine, mucho cine y muy bueno, en versi¨®n original y a todas horas. Es un lujo poder sumergirte a las nueve en problemas de adolescentes y luego saltar a una comedia social, y de ah¨ª a las complicadas relaciones familiares de unos japoneses, pasando por magn¨ªficos estrenos del pa¨ªs. Pero, adem¨¢s, gracias al Zinemaldi se recupera el cine como acto social, como planazo: quedas con gente, ves la peli, vas a tomar algo? y todo lo dem¨¢s. Y en este apartado entra desde el espect¨¢culo de ver j¨®venes gritando porque creen ver a? no se sabe muy bien qui¨¦n. Tambi¨¦n lo de conocer a gente en el colegueo de las colas. O lo de los debates despu¨¦s de una peli. O lo de intentar adivinar qui¨¦n va en uno de esos coches oficiales. Y oyes cosas como: "Creo que era Meryl Streep", y le contestan que no, que todav¨ªa no ha llegado. Y ella erre que erre: "Ah, pues me ha parecido". Es que con el cine so?ar es posible. Gracias al Zinemaldi, pel¨ªcula a pel¨ªcula uno consigue olvidarse de la maldita chapuza de la macroeconom¨ªa. Aunque, seguro que dentro de un a?o habr¨¢ peli sobre la gran crisis econ¨®mica. Y alg¨²n actor parecid¨ªsimo a Bush, pondr¨¢ como ¨¦l, en momentos de querer pedir algo a la naci¨®n (que somos todos), esa cara de cordero camino al matadero. O igual la hacen sobre los chorizos con label financiero y pol¨ªticamente benditos, que con esas manitas de cerdo tienen la clara intenci¨®n de desplumarnos.
Y encima, sacaremos la cartera y pagaremos para tener que ver esa peli. Tiene bemoles.
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