Paulson contra el p¨¢nico
El plan anticrisis incluye 500.000 millones de euros en la compra de activos basura para salvar la banca, la mayor intervenci¨®n financiera de la historia
La Constituci¨®n estadounidense es un texto min¨²sculo, cinco folios manuscritos con un pu?ado de principios generales. Ese esfuerzo de s¨ªntesis -y el buen ojo de sus impulsores- explica su vigencia 220 a?os despu¨¦s. El primer plan de rescate de Wall Street presentado por el secretario del Tesoro, Hank Paulson, buscaba un efecto parecido: era tambi¨¦n escueto, aunque sus cr¨ªticos prefieren calificarlo como "sospechosamente vago y escandalosamente arrogante", seg¨²n el semanario The New Yorker. Apenas tres folios otorgaban a Paulson poderes plenipotenciarios y medio bill¨®n de euros para salvar de la quema a Wall Street.
El paso por la colina del Capitolio ha engordado el texto hasta convertirlo en un tomo de 451 p¨¢ginas, en parte por los c¨¢lculos electorales y tambi¨¦n por el agravamiento del hurac¨¢n financiero y la amenaza de recesi¨®n. La idea de los legisladores de EE UU es que el bote salvavidas no s¨®lo sea para los tiburones de Wall Street, sino tambi¨¦n para la clase media, que sufre por la salud de sus ahorros y por los problemas para pagar la hipoteca. Y que vota.
LAS GRANDES L?NEAS Un inmenso caj¨®n de sastre
El plan se resume en tres grandes l¨ªneas: la m¨¢s importante es la compra de activos t¨®xicos, que incluye cambios en la regulaci¨®n, l¨ªmites en los sueldos de los ejecutivos e incluso reformas en las normas contables para facilitar al sector financiero la traves¨ªa del desierto. Adem¨¢s, hay recortes de impuestos y una ampliaci¨®n de la cobertura a los ahorradores para evitar una espiral de desconfianza en los bancos.
Al final, el plan es un inmenso caj¨®n de sastre que corrige y sobre todo ampl¨ªa el texto inicial, impreciso y ambiguo pero mucho m¨¢s focalizado en los males de Wall Street. Combina medidas pragm¨¢ticas con otras m¨¢s populistas o incluso rocambolescas (un ejemplo: las mejoras fiscales para los fabricantes de flechas). Y constata que una vez enterrado -al menos por un tiempo- el fundamentalismo de mercado de los ¨²ltimos a?os, es la mayor intervenci¨®n financiera de la historia, pero tambi¨¦n el mayor golpe de mano de un Gobierno en la econom¨ªa desde los tiempos del new deal. Quiz¨¢ porque, como dice Warren Buffet, "el paciente que est¨¢ en el suelo con un ataque al coraz¨®n no es Wall Street, sino la econom¨ªa norteamericana".
700.00 MILLONES A LA BANCA Dinero por basura
La medida estrella pone en manos de Paulson 700.000 millones de d¨®lares, medio bill¨®n de euros (la mitad ahora y el resto sujeto a la aprobaci¨®n del Congreso) para comprar los activos t¨®xicos que han desatado el caos: quiebras, rescates multimillonarios y la sequ¨ªa del mercado interbancario. Pero quedan inc¨®gnitas por despejar. La b¨¢sica es c¨®mo valorar esos activos. Muchos de ellos est¨¢n tan contaminados que los mercados ni siquiera les ponen precio; por eso no hay forma de venderlos. La valoraci¨®n que imponga el Tesoro permitir¨¢ empezar a restablecer la normalidad y cifrar el tama?o del agujero en el sector financiero, a¨²n desconocida. Pero ese ejercicio no es f¨¢cil, y depender¨¢ de si la Administraci¨®n quiere pagar m¨¢s de la cuenta para dar aire a Wall Street. Para el Nobel Joseph Stiglitz se trata de un trabajo casi imposible. Paulson sostiene que una parte de ese dinero volver¨¢ a las arcas del Tesoro cuando el mercado se tranquilice. Como alternativa a vender activos contaminados, se ofrece a los bancos la posibilidad de asegurar esos cr¨¦ditos.
CONDICIONES Limitar los sueldos y m¨¢s garant¨ªas para los ahorros
A cambio de esa inyecci¨®n -que los senadores republicanos y varios economistas han calificado gr¨¢ficamente como "dinero por basura"-, el Congreso impone sus condiciones: una participaci¨®n sin derecho a voto del Estado en el accionariado de los bancos que se acojan a la medida, y l¨ªmites para los sueldos de los ejecutivos. Mayor control sobre Paulson del que el secretario del Tesoro quer¨ªa inicialmente. Y mejoras para el peque?o ahorrador: la extensi¨®n de la garant¨ªa a dep¨®sitos y fondos de dinero hasta los 250.000 d¨®lares por cabeza, desde los 100.000 d¨®lares actuales. La ¨²ltima vez que se elev¨® ese l¨ªmite fue en 1980, en plena crisis del petr¨®leo. El plan abre tambi¨¦n la puerta a la posibilidad de que el Estado renegocie las hipotecas de quienes est¨¦n a punto de perder sus casas, aunque los expertos desconf¨ªan de la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de esta medida.
CAMBIOS CONTABLES ?Adi¨®s al valor de mercado?
Junto al bazuca multimillonario, Paulson -un ex tit¨¢n de Wall Street que hasta hace s¨®lo dos a?os presid¨ªa Goldman Sachs- persigue poner en pie una revoluci¨®n m¨¢s silenciosa en las finanzas. El plan pone en manos del supervisor burs¨¢til la posibilidad de suspender la regla contable que obliga a los gigantes de Wall Street a actualizar peri¨®dicamente a valor razonable la mayor¨ªa de sus balances. El denominado mark-to-market obliga a valorar a precios de mercado, lo que supone enormes p¨¦rdidas en un momento de desplome de precios como el actual. Wall Street se queja de que esta regla, introducida en 2007, fuerza a valorar la deuda vinculada a las hipotecas basura a precio de saldo. Los bancos europeos quieren lo mismo. El cambio podr¨ªa animar al sistema financiero a liberarse con m¨¢s facilidad de los activos contaminados, y a la postre a relajar la actual contracci¨®n del cr¨¦dito.
Los analistas creen que ese cambio, junto a la compra de activos contaminados, ser¨¢ la varita m¨¢gica que indique el camino del final de la crisis. Tras a?os del llamado "capitalismo de casino", es curioso que algunos expertos sigan creyendo que la magia puede ser suficiente para arreglar el l¨ªo.
Tijeretazo fiscal
El paso del plan Paulson por la C¨¢mara de Representantes no pod¨ªa pasar desapercibido a poco m¨¢s de un mes para las elecciones. Dem¨®cratas y republicanos, presionados por los lobbies de Washington, han endulzado el salvavidas de Wall Street con medidas pensadas para la clase media, los ahorradores y los propietarios de peque?os negocios.
La medida que atrae m¨¢s atenci¨®n es la que beneficiar¨¢ a los fabricantes de flechas de madera, aunque el T¨ªo Sam recauda apenas unos 200.000 d¨®lares anuales a trav¨¦s del impuesto sobre las empresas que producen esas flechas. Lo mismo pasa con las rebajas de impuestos a las licorer¨ªas de ron en Puerto Rico, para los productores de televisi¨®n, para los propietarios de circuitos de coches de carreras y hasta en una docena de casos por el estilo. Nada que ver con el hurac¨¢n que mantiene en vilo a Wall Street, pero esos son claros ejemplos de c¨®mo trabaja Washington, que est¨¢ cosechando duras cr¨ªticas por la incapacidad de los legisladores para centrarse en las cosas importantes y alejarse de las triviales por unos cuantos votos.
Las medidas son mucho m¨¢s amplias: rebajas de impuestos por un importe de entre 100.000 y 150.000 millones de d¨®lares, con incentivos fiscales que el Capitolio llevaba a?os intentando introducir. Las m¨¢s importantes son las que recibir¨¢n los hogares, las empresas y las administraciones locales que usen energ¨ªas renovables, o las iniciativas para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero. Adem¨¢s de la extensi¨®n de los cr¨¦ditos fiscales a la innovaci¨®n y a los fondos destinados a investigaci¨®n y desarrollo (I+D).
Esas medidas encarecen enormemente la factura del plan inicial de Paulson. Para tratar de equilibrar la balanza -ante el galopante d¨¦ficit de la Administraci¨®n de Bush-, se introduce un cambio cosm¨¦tico, que empeora el tratamiento fiscal de las compensaciones que se pagan a trav¨¦s de cuentas en para¨ªsos fiscales. Hay tambi¨¦n otros recortes de gastos que algunos analistas cifran en torno a unos 40.000 millones de d¨®lares.
GRANDES PLANES DE RESCATE
Crisis de cr¨¦dito
- Lugar. El Congreso de EE UU aprob¨® ayer el plan anticrisis.
- Objetivo. El plan consiste en comprar deudas contaminadas de los bancos y las firmas de intermediaci¨®n afectados, con la convicci¨®n de que eliminar el lastre ayudar¨¢ a las entidades a volver a tener capacidad para prestar y atraer capitales.
- Duraci¨®n del plan. Dos a?os para la compra de activos.
- Coste inicial. Unos 700.000 millones de d¨®lares (casi medio bill¨®n de euros).
Gran depresi¨®n
- Lugar. EE UU, 1932-1953.
- Objetivo. Dar pr¨¦stamos a los bancos, las compa?¨ªas de seguros y, finalmente, a la industria para salir de la crisis. La Corporaci¨®n de Reconstrucci¨®n Financiera recapitaliz¨® los bancos, permiti¨¦ndoles depreciar los activos problem¨¢ticos.
- Duraci¨®n de la operaci¨®n. 21 a?os.
- Coste. No hay datos.
Crisis de ahorro
- Lugar. EE UU, 1989-1995.
- Objetivo. Una agencia independiente gestion¨® cr¨¦ditos fallidos, ejecut¨® hipotecas y activos depositados en instrumentos
de ahorro. El Gobierno se hizo con los activos y los vendi¨®. El presidente de la Reserva Federal era Alan Greenspan.
- Duraci¨®n del plan. <7b>Seis a?os.
- Coste. Inicialmente fue calculado en 50.000 millones de d¨®lares (36.000 millones de euros, al cambio actual), pero acab¨® elev¨¢ndose a 300.000 millones de d¨®lares (210.000 millones de euros).
Burbuja en Suecia
- Lugar. Suecia, 1992-1996.
- Objetivo. Hacer frente al estallido de la burbuja inmobiliaria. El Gobierno garantiz¨® los dep¨®sitos y los pr¨¦stamos, inyect¨® capital en algunos bancos y tom¨® el control de otros.
- Coste. La Autoridad de Apoyo Bancario pag¨® alrededor de 65.000 millones de coronas suecas (unos 6.700 millones de euros). La mayor parte del dinero fue recuperado.
Burbuja en Jap¨®n
- Lugar. Jap¨®n, 1996.
- Objetivo. Gestionar activos de bancos quebrados y comprar pr¨¦stamos impagados por la crisis inmobiliaria
- Duraci¨®n del plan. Sigue en vigor.
- Coste. Fue calculado en 440.000 millones de d¨®lares (320.000 millones de euros). En 2007, un 70% del presupuesto ya hab¨ªa sido recuperado.
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