Gala ?vora, en ciernes

Tener 25 a?os no es mucho, pero parece una eternidad si los comparamos con los 17 que Gala ?vora ten¨ªa cuando cantaba Me pongo color¨¢ con Pap¨¢ Levante. No, la chica que anoche se asom¨® por la Galileo Galilei no era ninguna adolescente c¨¢ndida y vergonzosilla, sino una mujer con estatura y empaque. Por mucho que comenzara reconociendo sus nervios con ese "amo a ver qu¨¦ paza" en perfecto gaditano saleroso.

La sobrina de Manolo Sanl¨²car tiene una bonita voz melosa y agitanada, elegancia y un pelazo casta?o que llena cualquier escenario. Su primo Carlos Sanl¨²car le ha compuesto buena parte de Agua y luz, su estreno en primera persona, que se completa con alguna versi¨®n h¨¢bilmente seleccionada (Quique Gonz¨¢lez, Salif Keita, Lila Downs) y un regalo de Luis Pastor, Tengo un amor, arquet¨ªpico pero encantador.

L¨¢stima que, de tan seria y adulta que se quiere mostrar, Gala termine por defender un repertorio demasiado uniforme en ritmos, atm¨®sferas y contenidos. Las suyas son historias de amor, con la excepci¨®n de ese Me voy pa Cai que no deja de ser una proclama amorosa hacia su tierra.

?vora es una buena artista en ciernes, a falta a¨²n de un cancionero m¨¢s amplio (se ventil¨® el concierto en tres cuartos de hora) y de que acabe por asentarse en ese territorio del pop aflamencado.