Enfrentamiento sin reglas
La legislatura empez¨® con algunas se?ales de que el clima pol¨ªtico pod¨ªa ser distinto que el de la anterior. Parec¨ªa que el PP hab¨ªa decidido hacer otro tipo de oposici¨®n, en la que no se buscara la confrontaci¨®n permanente en todo, sino que parec¨ªa que estaba abierto a llegar a acuerdos con el Gobierno, especialmente en asuntos de los que se suelen llamar de Estado. Hab¨ªa tantas ganas de que fuera as¨ª que, incluso cuando se ha seguido un procedimiento manifiestamente perverso para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, se le ha dado una suerte de voto de confianza al nuevo Consejo, esperando que no se parezca al anterior.
Me temo que la mejor¨ªa del clima pol¨ªtico ha sido un espejismo. Se ha cerrado la negociaci¨®n para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial porque no hab¨ªa la posibilidad de no cerrarla. La situaci¨®n del ¨®rgano era tan imposible de mantener que hab¨ªa que llegar a alg¨²n acuerdo fuera como fuera. De ah¨ª que lo que ha salido y la forma en que ha salido haya sido la que ha sido. Mejor no pod¨ªa salir.
El fraude de ley hecho por el PP deja la renovaci¨®n del Constitucional en un callej¨®n sin salida
Pero desde que se cerr¨® el acuerdo para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, las condiciones meteorol¨®gicas no han hecho m¨¢s que empeorar. Y de una manera general. La petici¨®n de Mar¨ªa Dolores de Cospedal de la retirada por el Gobierno del Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado, en medio de una crisis como la que estamos viviendo, es una exigencia tan absurda y de tan imposible cumplimiento que ¨²nicamente pueden entenderse como una declaraci¨®n de guerra sin cuartel. Hasta una persona que ha visto ya tantas cosas como el ex gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo, respond¨ªa a pregunta de I?aki Gabilondo sobre la posibilidad de un comunicado conjunto del presidente del Gobierno y Mariano Rajoy para dar confianza a los ciudadanos, que ¨¦l no cre¨ªa en utop¨ªas. Si, ante una crisis de la naturaleza y de la intensidad de la que estamos viviendo, no es posible que los dos partidos de gobierno de Espa?a sean capaces de ponerse de acuerdo para aprobar un plan a fin de hacerle frente, ?en qu¨¦ otra cosa van a ser capaces de ponerse de acuerdo?
Nos vamos deslizando hacia una legislatura parecida a la anterior, en la que la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional parece que va a ocupar el lugar que ocup¨® la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial en la legislatura pasada. El fraude de ley cometido por la direcci¨®n nacional del PP, que han secundado los Parlamentos aut¨®nomos en los que los parlamentarios populares estaban en condiciones de hacerlo, reiterando todos la propuesta de dos candidatos que se han inhabilitado manifiestamente con su conducta en los ¨²ltimos siete a?os para poder ser magistrados del Tribunal Constitucional, sit¨²a la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional en un callej¨®n sin salida.
Pues tan callej¨®n sin salida es ceder al chantaje del PP como no ceder al mismo. Si no se cede, porque el PP dispone de minor¨ªa de bloqueo en el Senado y, en consecuencia, ning¨²n candidato podr¨¢ alcanzar la mayor¨ªa de tres quintos exigida. Y si se cede, porque habr¨¢n accedido al Tribunal Constitucional dos personas indignas, que van a provocar en el ¨®rgano al que acceden los mismos destrozos que han provocado en el ¨®rgano del que proceden. La situaci¨®n de deterioro en que se encuentra ya el Tribunal Constitucional hace imposible que pueda funcionar con dos magistrados como Francisco Hernando y Enrique L¨®pez.
Lo ocurrido en la pasada legislatura en la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial no nos permite ser optimistas. Es m¨¢s que probable que asistamos a una muy prolongada ausencia de negociaci¨®n, independientemente de que se produzcan muchas reuniones, entre quienes tienen que constituir la mayor¨ªa de tres quintos exigidas. Es decir, es m¨¢s que probable que se llegue a una situaci¨®n l¨ªmite, en la que se acabe produciendo una mayor deslegitimaci¨®n todav¨ªa del Tribunal Constitucional. Al final habr¨¢ que acabar encontrando una salida, que no podr¨¢ ser mejor que la que se ha encontrado para la renovaci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces.
En el sistema pol¨ªtico espa?ol que se construy¨® trabajosamente a partir de la Transici¨®n se produjo una quiebra en 1993, que est¨¢ dificultando sobremanera el funcionamiento del mismo. El acuerdo sobre determinados principios que no pueden siquiera ser sometidos a discusi¨®n, que es en lo que consiste ante todo, la democracia, dej¨® de operar tras la derrota electoral del PP en 1993. No se ha vuelto a recuperar. Sin ese acuerdo, la pol¨ªtica se convierte en un enfrentamiento sin reglas.
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