'Piratas' a la vista, desalojen el cine
Hollywood intensifica los blindajes para impedir las copias ilegales de pel¨ªculas
Un total de 240 millones. ?se es el n¨²mero de pel¨ªculas que se descargaron en Espa?a entre mayo de 2007 y el mismo mes de 2008. El pasado mes de abril, la revista Variety -el instrumento b¨¢sico para hacer negocios en Hollywood- anunciaba que Espa?a hab¨ªa sido a?adida a la lista negra de la United States Trades Representative (USTR), un organismo gubernamental dedicado a la protecci¨®n de los derechos intelectuales estadounidenses en el mundo. ?El motivo? "La falta de voluntad de la Administraci¨®n en la aplicaci¨®n de las leyes", entre otras minucias. En la lista est¨¢n otros pa¨ªses como Uzbekist¨¢n, Vietnam, Filipinas, Kuwait, la Rep¨²blica Dominicana o Malaisia.
Segunda parte. Sitges, domingo 4 de octubre, 10.30. El festival presenta la pel¨ªcula Repo! The genetic opera, una producci¨®n de la compa?¨ªa Lionsgate que amenaza con convertirse en pel¨ªcula de culto y que a¨²n no ha sido estrenada comercialmente en ning¨²n lugar del mundo. Y el pase en Sitges era importante porque era el primero de cierta entidad. ?ngel Sala, director del certamen, aparece de improviso en la sala, toma el atril y pide a los asistentes que salgan del cine. Podr¨¢n volver a entrar en 45 minutos. Tres cuartos de hora despu¨¦s se anuncia oficialmente que el pase ha sido suspendido por "falta de medidas de seguridad".
En Sitges se anul¨® el pase de un filme por la falta de medidas de control
Warner extrem¨® la vigilancia con Harry Potter. Retras¨® el pirateo cuatro d¨ªas
En los preestrenos se utilizan arcos de seguridad y gafas de infrarrojos
Probablemente, es la primera vez en la historia de los festivales de cine que alguien se atreve a anular una proyecci¨®n por miedo a la pirater¨ªa. "A las multinacionales les ha entrado la psicosis", se comenta en los corrillos con evidente cabreo.
"Esto no es ninguna psicosis, es una cosa muy seria. En Internet se hac¨ªan apuestas para saber cu¨¢nto tardar¨ªa alguien en colgar la pel¨ªcula en la Red", cuenta ?lvaro Curiel, director de marketing de Walt Disney Studios Motion Pictures Spain (WDSMPS), que distribuye Repo! en Espa?a. Para aseverar sus palabras exhibe un documento. En la parte superior de una hoja se puede leer: "N¨²mero de descargas de Encantada", una pel¨ªcula que se estren¨® el a?o pasado con enorme ¨¦xito. Debajo, un n¨²mero: 3.723.504. Las veces que se ha descargado la pel¨ªcula en todo el mundo. En el centro de la hoja, un quesito con los porcentajes de descargas, divididos por colores y pa¨ªses. Espa?a encabeza la clasificaci¨®n por varias cabezas, un 24%. S¨®lo Francia parece seguirnos.
La pirater¨ªa se nos ha colado en la fiesta y no hay quien pueda con ella: las campa?as "c¨ªvico-educativas" no dan resultado, la ley es de las m¨¢s permisivas de Occidente y a los descargadores les importa un pito que el n¨²mero de espectadores haya bajado en m¨¢s de 30 millones desde 2004 (analizar sus motivos y los de los cin¨¦filos en fuga ser¨ªa un tema aparte). El pen¨²ltimo recurso es pisar a fondo el pedal de la seguridad, pero ?a qu¨¦ precio?
"Gafas de infrarrojos, arcos de seguridad, detectores de metales... Hoy en d¨ªa eso es lo normal en un pase de prensa o un preestreno, porque ah¨ª es cuando la pel¨ªcula est¨¢ m¨¢s expuesta. Cuando todav¨ªa no est¨¢ en la calle", explica Javier Vasallo, presidente-director general de WDSMPS. Los periodistas (y en ocasiones los invitados a los preestrenos) son registrados, obligados a dejar el m¨®vil en la entrada y controlados -ya en el interior de la sala- por personal de seguridad que les observa provistos de aparatos de visi¨®n nocturna. "En todas partes cuecen habas", afirman Curiel y Vasallo. "Sabemos que la gran mayor¨ªa son gente honrada, pero est¨¢n surgiendo demasiados medios nuevos y es imposible poner la mano en el fuego por todo el mundo".
Para los festivaleros, como Jos¨¦ Luis Rebordinos, del comit¨¦ de selecci¨®n de San Sebasti¨¢n y organizador de la Semana de Cine Fant¨¢stico y de Terror de esta ciudad, que se celebra a finales de este mes, "el problema existe y tenemos que lidiar con ¨¦l: creo que si todos procedemos con correcci¨®n, hacemos las cosas con tiempo y procuramos entendernos, no tendremos ning¨²n problema. En la edici¨®n de este a?o pasaremos Repo! y ya nos han advertido sobre las medidas de seguridad. Las cumpliremos procurando molestar lo menos posible al espectador". Otra multinacional estadounidense afincada en Espa?a, cuyo portavoz prefiere guardar el anonimato, afirma: "Nosotros incluso enviamos personas de paisano a los pases m¨¢s conflictivos y hemos empezado ya hace tiempo a se?alar las copias con marcas de agua, no s¨®lo en imagen sino tambi¨¦n en sonido. Eso nos permite determinar en qu¨¦ cine se ha grabado la copia con total exactitud".
Las medidas de seguridad, comparables a las de un aeropuerto, han empezado en los ¨²ltimos tiempos a soliviantar a buena parte de la cr¨ªtica. "Esta especie de psicosis de las distribuidoras a veces parece m¨¢s impostada que real. Todos colaboramos en una especie de teatrillo. A la incomodidad que provocan en los periodistas que van a ver los pases de prensa, cada vez m¨¢s exclusivos y cada d¨ªa m¨¢s cercanos a la fecha del estreno (algo que dificulta cada d¨ªa m¨¢s el trabajo de la prensa, y el de las revistas, que trabajan con m¨¢s tiempo, mucho m¨¢s), se le a?ade el hecho de que todo el mundo, distribuidores y periodistas, saben, sabemos a ciencia cierta que, pese a las medidas que se tomen, la pel¨ªcula aparecer¨¢ pirateada igualmente", cuenta Carlos Mara?¨®n, director de la revista Cineman¨ªa.
Otros, como Toni Ulled, que desempe?a el mismo cargo en la competencia, Fotogramas, se lo toma con m¨¢s filosof¨ªa: "Es l¨®gico y natural, (...) no es que haya psicosis, hay una situaci¨®n de extrema gravedad, en la que las productoras dejan de ingresar una serie de dinero que, entre otras cosas, servir¨ªa para financiar futuros filmes".
Jos¨¦ Manuel Tourn¨¦, director general de la Federaci¨®n para la Protecci¨®n de la Propiedad Intelectual (FAP) es rotundo. "La seguridad sirve", destaca. "Warner utiliz¨® por primera vez esas medidas a nivel mundial con el estreno de la ¨²ltima entrega de Harry Potter. En lugar de las habituales 24 horas, la pel¨ªcula tard¨® cuatro d¨ªas en llegar a la Red. Eso significa que funciona". Lo de psicosis le suena a chino. "El 92% de las grabaciones que llegan a Internet se hace en salas de cine. Es obvio que reforzar la seguridad es una buena medida pero en lo que se est¨¢ trabajando con m¨¢s fuerza es en fabricar copias que no puedan ser grabadas. Porque lo de controlar a todos los espectadores es absolutamente imposible".
Y en ese punto, el espectador, parecen coincidir todos: intentar aplicar las m¨¢ximas de control de seguridad que sufre la prensa al ciudadano de a pie perjudicar¨ªa a¨²n m¨¢s a un negocio en apuros. As¨ª pues el p¨²blico podr¨¢ seguir disfrutando en libertad de sus pel¨ªculas preferidas. Del futuro ya hablaremos.
Las cifras cantan
- Pel¨ªculas pirateadas. El porcentaje de cintas copiadas en salas comerciales se eleva al 92%.
- 240 millones. Es el n¨²mero de descargas entre mayo de 2007 y mayo de 2008 en Espa?a.
- Descargas. El aumento previsto de descargas para 2009 en Espa?a es del 25%, es decir, 300 millones de descargas.
- Lista negra. Los pa¨ªses incluidos en la Priority Watch List (lista elaborada por EE UU, que establece aquellos en los que la pirater¨ªa tiene m¨¢s impacto) son: China, Rusia, Argentina, Chile, India, Israel, Pakist¨¢n, Tailandia y Venezuela.
- Ingreso de Espa?a. Ha sido el ¨²ltimo pa¨ªs incorporado a la lista que registra la desprotecci¨®n de los derechos intelectuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.