La lluvia doblega de nuevo al este
30 familias fueron desalojadas de madrugada en Coslada y Rivas - Cayeron hasta 46 litros por metro cuadrado - Barrios enteros quedaron anegados por el fango
Las marcas de humedad a¨²n no se hab¨ªan marchado de las paredes cuando otras vinieron a ocupar su sitio. Tras 20 madrugadas mirando al cielo, los vecinos volvieron a verlo romperse. Impresa en la memoria estaba a¨²n la imagen del desastre que dejaron a su paso las fuertes lluvias del pasado 22 de septiembre. Anteanoche regres¨® el aguacero nocturno para arrasar el sureste de la regi¨®n. Caus¨® estragos en los municipios de Coslada, San Fernando de Henares y Rivas-Vaciamadrid y dej¨® a las chabolas del asentamiento El Gallinero nadando en un mar de lodo.
"Ahora tendremos que volver al piso de una vecina", sollozaba una mujer
"Mi hijo, de 11 a?os, no par¨® de llorar desde que cayeron las primeras gotas", cuenta Francisco Javier, vecino del barrio Coslada 70. Unos llantos que arrancaron poco antes de las dos de la ma?ana del domingo, cuando empezaron las trombas torrenciales, cortas, pero devastadoras que convirtieron las calles en r¨ªos cargados de barro. A partir de entonces, el tel¨¦fono de Emergencias 112 recibi¨® m¨¢s de tres mil llamadas hasta las seis de la ma?ana.
A Vicenta y a sus padres los sacaron de la cama los bomberos a las cinco de la ma?ana. Tem¨ªan que la rotura de los muros de las casas superiores pudiese originar una riada de hasta un metro de alto. "No nos dio tiempo ni a vestirnos", recuerda la vecina, "a m¨ª me pillaron en ropa interior y s¨®lo pude echarme el abrigo encima". Una historia m¨¢s entre las de casi 30 familias de Rivas y Coslada que fueron sacadas de sus casas de madrugada. Muchos, hicieron noche en dependencias municipales. Otros, se refugiaron en casa de familiares.
El agua acab¨® con la pared que separa la casa de Luis, en la calle de Bernardo Atxaga de Rivas, de su garaje. La riada corri¨® entre los veh¨ªculos superando los dos metros de altura. "He encontrado mi coche encima de un sill¨®n", explicaba ayer, at¨®nita, una vecina de la misma calle.
En esta ocasi¨®n, cada metro cuadrado de la regi¨®n recibi¨® 46 litros de agua, frente a los 52 que se registraron durante la tormenta del d¨ªa 22."Han pasado 20 d¨ªas desde que mi madre muri¨® ahogada y nadie ha movido un dedo". Con esa contundencia se expresa Jes¨²s, hijo de la mujer que falleci¨® en Coslada el 22 de septiembre arrastrada por la riada. Esta vez, ¨¦l no estaba en casa. "Volv¨ªa de madrugada y no pod¨ªa pasar. Me qued¨¦ en la M-45, viendo salir el agua a chorros por debajo de la carretera, directa hacia las viviendas", cuenta. "Pusieron unas vallitas en el agujero, no m¨¢s. Imag¨ªnate t¨² d¨®nde han acabado las vallitas". De nuevo su patio es un lodazal. Hab¨ªan recuperado la nevera, la lavadora y la rutina. Las marcas del nivel del agua, en las habitaciones, superaban el metro y medio de altura. Un palmo por debajo del nivel de la inundaci¨®n que sufrieron hace 20 d¨ªas.
El rostro de la madre de Jes¨²s, Francisca Zamora, pod¨ªa verse ayer en cada esquina de la avenida de Vic¨¢lvaro, donde viv¨ªa. Decenas de peque?os carteles la recordaban en el barrio. Tampoco faltaban los bandos que anunciaban ayudas por los desastres causados por la tormenta anterior.
La calle amaneci¨® cubierta por una gruesa capa de barro. Los vecinos se afanaban en limpiar una vez m¨¢s sus viviendas. "Nosotros pagamos nuestros impuestos, pero los pol¨ªticos no han hecho nada. No han arreglado nada", se quejaba a voz en grito el vecino del n¨²mero 23 de la avenida de Vic¨¢lvaro. Acababa de cambiar el suelo. Para nada. Tendr¨¢ que volver a hacerlo despu¨¦s de que su casa volviese a inundarse ayer.
Jos¨¦ Luis, caminaba de arriba abajo armado con su c¨¢mara de fotos. Estaba repleta de v¨ªdeos y fotograf¨ªas. En ellas pod¨ªa verse c¨®mo una gigantesca lengua de lodo recorr¨ªa las calles con furia, mientras los vecinos de los pisos m¨¢s altos se asomaban a sus ventanas. Otros, los de las casas bajas, s¨®lo pod¨ªan mirar con desesperaci¨®n c¨®mo el agua entraba a borbotones en sus habitaciones.
"Despu¨¦s de la ¨²ltima riada estuvimos durmiendo en el piso de la vecina. Ahora tendremos que volver a hacerlo", sollozaba la septuagenaria Trinidad L¨®pez, que buscaba con la mirada el calor de su marido, Juli¨¢n Pi?a. A su sobrina la tuvieron que sacar de su casa los bomberos.
A primera hora de la ma?ana apareci¨® por all¨ª el consejero de Justicia e Interior, Francisco Granados. Iba acompa?ado por el alcalde, ?ngel Viveros.
Los vecinos de la calle de Bernardo Atxaga, en Rivas, se afanaban ayer por sacar sus pertenencias del barro. Durante la noche, la parte trasera de sus viviendas se convirti¨® en una piscina. Durante la tromba de agua la vaguada se llen¨®, mientras los muros de la urbanizaci¨®n hac¨ªan de dique. Hasta que el agua embalsada empez¨® a colarse en el trastero de una de las viviendas. El l¨ªquido se acumul¨® hasta romper la pared lindante con una habitaci¨®n, se llev¨® por delante otra sala hasta acabar en el garaje. El r¨ªo de lodo fluy¨® hacia los coches. "Yo he encontrado el m¨ªo aplastado contra la columna, todo el lateral destrozado", explicaba Jes¨²s, de paseo de observaci¨®n por el garaje. La mitad de las viviendas se hab¨ªan quedado sin luz. Tambi¨¦n result¨® muy afectada la zona de la ronda de Oviedo.
Jos¨¦ Masa, alcalde de Rivas, pidi¨® al Ministerio de Fomento que ponga en marcha los trabajos de conexi¨®n de Rivas con la M-50 para evitar que la ciudad se colapse ante este tipo de emergencias, ya que s¨®lo tiene salida hacia la A-3.
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