La ecolog¨ªa sucumbe a la econom¨ªa

Hace un a?o, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, repet¨ªa que en unos meses convocar¨ªa una conferencia de presidentes auton¨®micos para abordar el problema del cambio clim¨¢tico. ?Se acuerdan de esa reuni¨®n? No, no se acuerdan. Nunca se celebr¨®.

La Junta de Andaluc¨ªa tiene previsto reformar hasta siete leyes ambientales para "agilizar el desarrollo de actividades econ¨®micas". Se trata de facilitar la actividad econ¨®mica en algunos parques naturales y autorizar con mayor rapidez campos de golf "de inter¨¦s tur¨ªstico".

Hay m¨¢s ejemplos. Y en todo el mundo. En diciembre del a?o pasado en la Cumbre Mundial del Clima de Bali el ministro alem¨¢n de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, ped¨ªa al mundo valent¨ªa para "reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 50%". Ahora Alemania insiste en que para sus empresas ser¨ªa muy complicado cumplir el objetivo de reducir las emisiones un 20% que pact¨® la Uni¨®n Europea para 2020 y que limitar por ley las emisiones de los coches hundir¨¢ la industria del autom¨®vil.

La recesi¨®n reduce la emisi¨®n de CO2 y puede "enmascarar la realidad"

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Si Europa no lidera un acuerdo ser¨¢ muy dif¨ªcil pactar un Kioto II

Muchos pa¨ªses piden anteponer la recesi¨®n al calentamiento global

Una decena de pa¨ªses de la Uni¨®n considera que no es el momento de aprobar el ambicioso plan de reducci¨®n de emisiones y fomento de energ¨ªas renovables pese a que en s¨®lo un a?o la ONU debe aprobar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto y que, sin el empuje de la UE, el acuerdo est¨¢ pr¨¢cticamente abocado al fracaso. El secretario de Estado para la UE, Diego L¨®pez Garrido, afirm¨® ayer que Espa?a apoya la propuesta de la Comisi¨®n para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: "No s¨®lo es compatible la lucha contra la crisis financiera y la del cambio clim¨¢tico sino que no reducir las emisiones agravar¨ªa la primera".

La tormenta econ¨®mica perfecta (crisis financiera, explosi¨®n de la burbuja inmobiliaria, aumento del paro e inflaci¨®n) ha hecho que el cambio clim¨¢tico y el medio ambiente queden, si no aparcados, s¨ª lejos de las prioridades de los gobiernos. La paradoja es que los efectos de esta relajaci¨®n normativa no se ver¨¢n a corto plazo -la crisis puede llegar a ser buena para el medio ambiente- sino en unos a?os.

Hay muchos factores por los que un ecologista se podr¨ªa alegrar de la crisis. El consumo de gasolinas en Espa?a en los primeros ocho meses del a?o baj¨® un 6% respecto al mismo periodo del a?o anterior, seg¨²n datos del Ministerio de Industria. Red El¨¦ctrica de Espa?a asegura que el consumo de electricidad entre enero y octubre ha subido s¨®lo un 2% (durante a?os el ritmo de crecimiento ha sido muy superior). Las emisiones de CO2 del sector el¨¦ctrico en agosto fueron un 21% inferiores a las del mismo mes de 2007 (datos de WWF/Adena).

Esto, unido al hundimiento en el consumo de cemento (un 18,6% menos hasta agosto), la bajada en la producci¨®n del ladrillo, cer¨¢mica y dem¨¢s industria auxiliar de la construcci¨®n, gran consumidora de energ¨ªa, hace presagiar un buen a?o de emisiones de gases de efecto invernadero. Adem¨¢s, el aumento del precio de la tonelada de CO2 emitida hace que no sea tan atractivo quemar carb¨®n. Todo sopla a favor de la reducci¨®n de emisiones despu¨¦s de a?os de mala nota (Espa?a emite un 50% m¨¢s que en 1990 y es el pa¨ªs desarrollado que m¨¢s se aleja de Kioto).

Por otra parte, el fin de la burbuja inmobiliaria ha salvado valiosos enclaves del ladrillo. El Gobierno de Murcia, del PP, desprotegi¨® por ley un parque natural en la costa para construir una ciudad de vacaciones s¨®lo comparable a Marina d'Or. Se llamaba Marina de Cope y, aunque oficialmente sigue adelante, nadie cree que las constructoras y cajas de ahorros que lo impulsan tengan capacidad en este momento para construir las 11.000 viviendas, 22.000 plazas hoteleras, cinco campos de golf y una marina interior artificial con 2.000 amarres, que est¨¢n previstas en el plan.

El grupo estadounidense Harrah's ha renunciado a construir el Reino de Don Quijote (casinos, hoteles como en Las Vegas...) en Ciudad Real y la suspensi¨®n de pagos de la inmobiliaria Martinsa-Fadesa evit¨® la construcci¨®n de una estaci¨®n de esqu¨ª con miles de casas en el Pirineo de Lleida.

Los planes de miles de viviendas en zonas de costa v¨ªrgenes o en la monta?a s¨®lo existen (de momento) en la imaginaci¨®n de sus promotores y alcaldes.Es decir, la crisis ha dado un respiro a los ecologistas y a la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente. En el tema del cambio clim¨¢tico, la reducci¨®n del consumo -unido a las pol¨ªticas de fomento de renovables de los ¨²ltimos a?os y que ya son m¨¢s que evidentes- hace que, por primera vez en muchos a?os, en 2008 Espa?a pueda presentar resultados alentadores de reducci¨®n de emisiones de CO2. Estos gases se acumulan en la atm¨®sfera, retienen parte del calor y calientan el planeta.

El ex presidente del Congreso y profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, Manuel Mar¨ªn, afirma que "ser¨ªa un error ahora dejar de lado las pol¨ªticas de lucha contra el cambio clim¨¢tico". "Si disminuye el consumo de energ¨ªa y el transporte y la gente gasta menos se puede dar el equ¨ªvoco de que durante unos a?os d¨¦ la impresi¨®n de que vas en la buena l¨ªnea, pero eso significar¨ªa enmascarar la realidad". Mar¨ªn a?ade que esgrimir ahora los problemas de competitividad de la industria para frenar la inversi¨®n en renovables o las trabas a los sectores m¨¢s contaminantes "discriminar¨ªa a las empresas que s¨ª se han adaptado y han reducido sus emisiones".

"No deber¨ªamos apartarnos de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Si hay alg¨²n sector que tiene futuro y si queremos pasar del ladrillo y la construcci¨®n a sectores de innovaci¨®n y desarrollo las energ¨ªas renovables son la apuesta", afirma Ladislao Mart¨ªnez, responsable de energ¨ªa en Ecologistas en Acci¨®n: "Cuando Espa?a va a China no vende inform¨¢tica sino parques e¨®licos. Eso es gracias a la inversi¨®n de estos ¨²ltimos a?os. Hay que seguir esa l¨ªnea".

Pero las renovables son m¨¢s caras que la quema de carb¨®n, por ejemplo, elevan el precio de la luz y la inflaci¨®n. Y con medio mill¨®n m¨¢s de parados en el ¨²ltimo a?o en Espa?a y con la inflaci¨®n vinculada al precio de la energ¨ªa la tentaci¨®n de cualquier gobernante es esperar a momentos mejores.

Los presupuestos del nuevo ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino suben un 0,9% respecto a la suma de sus dos predecesores: Agricultura y Medio Ambiente, muy por debajo de la inflaci¨®n. El Gobierno acaba de reducir las primas a la energ¨ªa solar fotovoltaica, que viv¨ªa una explosi¨®n excesiva gracias al sobreprecio que todos los espa?oles pagaban en el precio de la luz. El recorte fue apoyado por todos salvo por los productores de paneles solares.

La situaci¨®n se repite en todo el mundo. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa redujo hace una semana sus previsiones de crecimiento de la demanda de energ¨ªa hasta el menor nivel desde 1993. El temor es generalizado. Hace dos semanas el ex primer ministro brit¨¢nico Tony Blair pidi¨® en Madrid que "el medio ambiente no sea una v¨ªctima colateral de la crisis financiera". La econom¨ªa va ligada al consumo de energ¨ªa y ¨¦ste a las emisiones de gases de efecto invernadero. El m¨¦rito no es reducir las emisiones en ¨¦pocas de recesi¨®n sino hacerlo en momentos de bonanza econ¨®mica. Y el riesgo es que los gobiernos se amparen en las buenas cifras y que cuando la econom¨ªa se recupere los coches sigan contaminando igual y las f¨¢bricas no hayan mejorado su eficiencia. Que no hayan cerrado las suficientes plantas contaminantes ni se haya invertido en tecnolog¨ªa.

Adem¨¢s, si baja el consumo de petr¨®leo baja el precio y las energ¨ªas renovables no son una inversi¨®n tan interesante. Por eso Nicholas Stern, autor del principal informe sobre el impacto econ¨®mico del cambio clim¨¢tico y del coste de no afrontarlo, ped¨ªa hace dos semanas que si el precio del petr¨®leo sigue bajando (est¨¢ en 74 d¨®lares y lleg¨® a los 150) los gobiernos deber¨ªan ponerle un impuesto para reducir su uso y estimular las energ¨ªas limpias.

Jordi Ortega, director de Expo CO2, una feria sobre los mercados de carbono, y coordinador de un programa de econom¨ªa y cambio clim¨¢tico en la Universidad de Barcelona, no cree que haya ya marcha atr¨¢s: "Los activos t¨®xicos hoy son los de la econom¨ªa alta en carbono. Invertir en una econom¨ªa m¨¢s limpia reduce la dependencia del petr¨®leo y eso interesa a todos los pa¨ªses ricos".

Los partidarios de mantener la lucha contra el calentamiento global a pesar del coste a corto plazo insisten en que la crisis financiera es coyuntural y la ambiental es estructural. "La crisis econ¨®mica est¨¢ aqu¨ª un d¨ªa y al siguiente ha desaparecido; la del cambio clim¨¢tico estar¨¢ siempre y hay que afrontarla", declaraba hace unos d¨ªas el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas. Aseguran tambi¨¦n que los costes de no hacer nada son mucho menos visibles pero comparables. Un estudio encargado por el Gobierno alem¨¢n y presentado el viernes pasado en el Congreso de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (IUCN) en Barcelona se?alaba que s¨®lo la deforestaci¨®n tiene un coste anual de "entre dos y cinco billones de d¨®lares, m¨¢s que lo que ha supuesto el colapso de Wall Street". Sostienen que no hay dilema entre medio ambiente y econom¨ªa. Pero muchos gobernantes no lo ven as¨ª.