El peligro de la reforma circular
La creaci¨®n de los t¨ªtulos de grado, la gran reforma para adaptar el sistema espa?ol al Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES), que suele llamarse Proceso de Bolonia, ha hecho correr r¨ªos de tinta. Probablemente seguir¨¢ haci¨¦ndolo. La cosa se explica en parte por las continuas dificultades. Si un buen n¨²mero de universitarios se basta por s¨ª solo para oponer todo tipo de argumentos a la reforma, los pol¨ªticos han contribuido a reforzarlos.
Desde la llegada de los socialistas al Gobierno, en 2004, el ¨¢rea de universidades ha pasado por las manos de tres ministras. Puede decirse que entre la primera y la segunda la estrategia dio un giro casi completo: de la reducci¨®n del n¨²mero de carreras (eliminando preferiblemente aquellas que tuvieran poca demanda), a algo parecido a una barra libre; las facultades pueden dise?ar pr¨¢cticamente cualquier carrera siempre que acompa?en la petici¨®n de los informes requeridos. Otra cosa, como han comprobado los centros privados, es que el Gobierno se las conceda.
La Generalitat tampoco ha contribuido mucho al ¨¦xito del proceso. Ocupada como ha estado los ¨²ltimos a?os en elaborar leyes, apagar los fuegos de la financiaci¨®n, promover universidades virtuales semip¨²blicas, y defender carreras de centros privados, no le ha quedado demasiado tiempo para preocuparse del que es, seguramente, el mayor reto al que se enfrenta el sistema acad¨¦mico. Cuando se oye a los rectores lamentar una falta de liderazgo (coordinador) por parte de las Administraciones se est¨¢n refiriendo, entre otras cosas, a todo esto.
Duplicaci¨®n de t¨ªtulos
Hasta ah¨ª llegan las responsabilidades de los pol¨ªticos, y empiezan las de los universitarios. ?Un ejemplo? Si, a pesar de abrir el abanico de carreras que puede haber, la reforma sigue pretendiendo simplificar algunos rasgos del sistema, haciendo comunes partes de las carreras y facilitando as¨ª la movilidad dentro de una misma rama de conocimiento, hay responsables de carreras que han estado trabajando justamente para lo contrario: para separar todo lo posible titulaciones (por mucho que sean primas hermanas), independizarse y as¨ª ampliar su cuota de poder.
Sum¨¢ndole a eso la inercia interna y los procesos electorales universitarios (que suelen paralizar las reformas), cada vez es mayor el riesgo de que el camino termine en el punto de partida.
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