Las reglas del juego de la banca
Nos enfrentamos a la peor crisis de liquidez que hemos vivido cualquiera de nosotros en nuestra vida profesional. Se trata de una crisis que tiene mucho que ver con las malas pr¨¢cticas de algunos bancos en los ¨²ltimos cinco a?os.
Una parte del crecimiento del sector en los ¨²ltimos a?os no era sano y, tarde o temprano, ten¨ªa que llegar un ajuste. Cu¨¢ndo llegar¨ªa, y c¨®mo, era complicado saberlo. Y cuando ha llegado, ha sido m¨¢s brusco y m¨¢s extremo de lo que podr¨ªamos haber esperado. Hemos entrado en una crisis financiera y se han secado completamente los mercados de capitales.
Ahora, el principal riesgo es que la crisis financiera contagie a la "econom¨ªa real", porque los bancos no puedan financiar a las familias y a las empresas. En una crisis financiera, es imprescindible dar respuestas claras y contundentes. En esta crisis, hay que tratar dos temas. En primer lugar, el problema de la liquidez y que los bancos puedan volver a financiarse en el mercado. En segundo lugar, el problema de la solvencia de algunos bancos, es decir, asegurarse de que todos los bancos tienen el capital suficiente.
La intervenci¨®n p¨²blica no debe transferir valor de los contribuyentes a los accionistas de los bancos Las reglas de liquidez deben ser iguales para cada banco y similares en toda Europa
A la hora de buscar soluciones, hay que tener muy claros dos principios: en primer lugar, que los bancos que han cometido errores en el pasado tienen que pagar por ellos. Los rescates de los Gobiernos en ning¨²n caso tienen que estar dise?ados para salvar a los accionistas de los bancos que han cometido errores. En segundo lugar, los planes de los Gobiernos tienen que asegurar que los bancos que no han cometido errores pueden seguir financi¨¢ndose normalmente en el mercado. El problema de esta crisis es que, a ra¨ªz de los errores de unos cuantos, el mercado se hab¨ªa cerrado para todos.
Restablecer la confianza en el mercado de la liquidez debe ser una tarea de las autoridades en coordinaci¨®n con la banca y por tanto los bancos sanos no deber¨ªan sufrir durante el periodo del mal funcionamiento del mercado.
Las medidas acordadas por el Eurogrupo el fin de semana anterior son una respuesta a los problemas planteados, y dan una se?al de liderazgo y coordinaci¨®n que eran necesaria hace ya alg¨²n tiempo. Esto va a permitir a cada Estado adoptar las medidas necesarias a su propio mercado.
El plan del Gobierno espa?ol es muy positivo y coherente con estas medidas adoptadas por el Eurogrupo. El Gobierno asegura el acceso a liquidez a largo plazo al sistema a trav¨¦s de dos instrumentos: en primer lugar, adquiriendo activos de muy alta calidad; en segundo lugar, garantizando emisiones de entidades financieras en los mercados de capitales en plazos medio y largo.
En este sentido, el plan del Gobierno espa?ol es positivo, porque se centra en recuperar la liquidez del sistema y dar confianza, restaurando la certidumbre en el mercado de financiaci¨®n, y no en subsidiar a entidades con problemas.
El objetivo de esta medida es asegurar que el sistema financiero siga prestando a familias y empresas, y esto permita a la econom¨ªa seguir funcionando.
En cualquier caso, los planes de mejora de liquidez que est¨¢n promoviendo los Gobiernos deben tener las siguientes limitaciones: no deben implicar una transferencia de riesgo de los bancos al Estado, es decir, no pueden generar subsidios. Cada banco tiene que seguir siendo responsable de los cr¨¦ditos que ha concedido.
Tampoco deben crear un mercado bancario asim¨¦trico, en el que unos bancos tengan ventajas competitivas sobre otros. Es decir, las reglas de la liquidez deben ser iguales para cada banco en cada mercado y deben ser similares en Europa. Si no es as¨ª, un banco con programas de liquidez m¨¢s generosos por parte de su Gobierno puede ganar negocio de forma injusta, especialmente en el negocio mayorista, donde los mercados europeos est¨¢n integrados.
La discusi¨®n sobre la capitalizaci¨®n y la solvencia del sistema es ligeramente diferente. Los problemas de liquidez estaban empezando a afectar a todos los bancos -los fuertes y los menos fuertes-. Los bancos m¨¢s disciplinados estaban empezando a pagar por los pecados de los bancos que hab¨ªan cometido excesos en el ¨²ltimo ciclo.
En cambio, en el capital, la discusi¨®n es diferente: los bancos que tomaron riesgo excesivo en los ¨²ltimos a?os son los que est¨¢n teniendo problemas y los que tienen que levantar capital para limpiar su balance. El primer paso es ir al mercado a pedir a sus accionistas nuevo capital. Es decir, los accionistas tienen que absorber el coste de los errores de los gestores del banco en el pasado.
S¨®lo si este primer paso falla, podemos pasar a la segunda opci¨®n: que los Gobiernos recapitalicen a los bancos. La intervenci¨®n de los Gobiernos s¨®lo est¨¢ justificada cuando un banco no puede levantar capital en el mercado porque no es solvente, por lo tanto, como medida de ¨²ltimo recurso.
Hemos visto esto en muchos pa¨ªses, como B¨¦lgica, Holanda o el Reino Unido. Creo que estas medidas se han aplicado de forma razonable: estabilizan a bancos con cuotas de mercado muy importantes en su propio mercado y evitan un fuerte aumento del riesgo sist¨¦mico.
Sin embargo, existen riesgos claros en la intervenci¨®n de los Gobiernos. ?stos son los dos riesgos que hay que evitar: primero, es importante que este tipo de operaciones no se convierta en una transferencia de valor de los contribuyentes a los accionistas de estos bancos. Esto violar¨ªa las reglas del juego. En las operaciones que hemos visto hasta ahora, las instituciones que han necesitado este tipo de inyecciones de capital han visto c¨®mo sus accionistas sufr¨ªan una diluci¨®n muy importante. Creo que ¨¦ste es un resultado justo. Y, segundo, las reglas del juego tienen que seguir siendo las mismas para todos (es decir, tiene que existir un level playing field). Por lo tanto, estos bancos controlados por los Gobiernos no pueden tener ninguna ventaja sobre el resto de los bancos. Sin embargo, yo quiero a?adir que no estoy muy preocupado por este tema. En Europa, hemos tenido muchos ejemplos de bancos controlados por el sector p¨²blico y los Gobiernos europeos comprenden perfectamente la necesidad de respetar las reglas del juego y mantener una competencia equilibrada.
La mayor integraci¨®n del sistema bancario europeo puede contribuir a evitar crisis como la actual. Esta integraci¨®n tiene una doble vertiente. La primera vertiente es una mayor coordinaci¨®n de regulaci¨®n y supervisi¨®n en el ¨¢mbito europeo.
En la respuesta a la crisis, en Europa tenemos una desventaja clara con respecto a Estados Unidos, aunque tenemos un banco central ¨²nico (en la zona euro), tenemos m¨²ltiples reguladores, m¨²ltiples Gobiernos, m¨²ltiples supervisores, m¨²ltiples mecanismos de pagos, garant¨ªas de dep¨®sitos diferentes, etc¨¦tera.
Por lo tanto, el dise?o de respuestas conjuntas a la crisis es m¨¢s complicado que en un mercado ¨²nico como Estados Unidos. Y dado que la realidad pol¨ªtica europea es la que es, la mejora de la respuesta a la crisis s¨®lo se puede conseguir si se mantiene un grado alto de coordinaci¨®n y cooperaci¨®n entre las instituciones de los diferentes pa¨ªses.
Una supervisi¨®n coordinada asegura un level playing field, esto es, que las reglas sean las mismas para todos. Y adem¨¢s asegura una respuesta m¨¢s coordinada ante problemas de estabilidad financiera. Puedo poner varios ejemplos (...): mejorar el pilar de estabilidad financiera del Banco Central Europeo, coordinaci¨®n entre los Tesoros de los diferentes pa¨ªses (de forma que se evite que bancos en algunos pa¨ªses reciban ventajas relativas, como mayor garant¨ªa de emisiones) o coordinaci¨®n en fondos de garant¨ªa de dep¨®sitos (...).
La segunda vertiente es la integraci¨®n de los sistemas bancarios (banca comercial), que (...) tiene un impacto muy positivo en la estabilidad del sistema, al formarse grupos m¨¢s diversificados, capaces de absorber shocks o ciclos malos en un mercado concreto; mejora el desarrollo financiero (...) de calidad; genera econom¨ªas de escala en el ¨¢mbito europeo y, por tanto, mejoras de eficiencia y, por ¨²ltimo, aumenta la competencia del mercado generando precios m¨¢s atractivos para el consumidor, como muestra nuestro ejemplo de Abbey en Reino Unido (...).
Alfredo S¨¢enz es consejero delegado del Banco Santander. Este art¨ªculo es un extracto del discurso que pronunci¨® el pasado jueves en la clausura de la Conferencia Internacional de Banca organizada por el Banco Santander en Madrid.
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