El modelo Sarkozy

Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, el pa¨ªs que preside la Uni¨®n Europea durante este semestre, pronunci¨® ayer en Estrasburgo una vigorosa arenga ante el Parlamento Europeo en favor de la intervenci¨®n p¨²blica para resolver la crisis de la econom¨ªa real, una vez que la crisis financiera se ha encarrilado con la bater¨ªa de planes de rescate bancario decididas por cada uno de los Estados. El argumento principal de Sarkozy se resume en un temor agudo: "No quiero que los ciudadanos europeos se despierten dentro de unos meses y vean a las compa?¨ªas europeas en manos extranjeras, compradas a precio de saldo". Con el fin de evitarlo, propuso a los Veintisiete unidad contra la crisis y ofreci¨® la idea de que los pa¨ªses creen fondos soberanos para intervenir en las empresas en dificultades.

Si lo que pretende el presidente franc¨¦s es "refundar el capitalismo", deber¨ªa atenuar el entusiasmo por el modelo econ¨®mico franc¨¦s, bien patente en el discurso de ayer. La crisis financiera requiere una respuesta unida porque es de naturaleza global, inmediata y responde a operaciones que no tienen fronteras ni barreras tecnol¨®gicas; y ¨¦se no es, todav¨ªa, el caso de las empresas industriales. La idea de los fondos soberanos es espectacular, pero de aplicaci¨®n muy problem¨¢tica. Este tipo de fondos, habituales en los pa¨ªses productores de petr¨®leo o aquellos que, como China, obtienen descomunales beneficios de su intervenci¨®n en el mercado de divisas, se constituyen con los excedentes monetarios producidos por el dominio en el mercado mundial de materias primas. Resulta dif¨ªcil imaginar con qu¨¦ excedentes podr¨ªan dotar un fondo soberano pa¨ªses como Alemania, Italia, Espa?a o la propia Francia.

El discurso ante los parlamentarios europeos es otro ejemplo de la peculiar visi¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de Sarkozy, que coincide con el modelo intervencionista tradicional en Francia. En cada una de las piezas del mensaje se aprecia su irresistible querencia a liderar Europa con iniciativas que hasta ahora han fracasado y, al mismo tiempo, afianzar el modelo franc¨¦s de intervenci¨®n en las empresas. Los fondos soberanos defensivos de Sarkozy no son la respuesta a la crisis econ¨®mica; s¨®lo un ejemplo de sarkocapitalismo. Es m¨¢s interesante la propuesta de Par¨ªs y Berl¨ªn de estrechar un poco m¨¢s el cerco a los llamados para¨ªsos fiscales; pero en este campo, los resultados van para largo.