?Qui¨¦nes son mis padres?
Los hijos nacidos de 'vientres de alquiler' quedan sin registrar
Jos¨¦ y Juan -nombres supuestos- est¨¢n a punto de ser padres. Casados hace tres a?os, ambos esperan en California el nacimiento de su hijo. Los dos aportaron su esperma para la inseminaci¨®n, y consideran que el ni?o ser¨¢ tan hijo suyo como si lo hubieran parido. Para lograrlo -naturaleza obliga- han contratado a una mujer para que se quede embarazada. Es lo que se denomina "gestaci¨®n por subrogaci¨®n" o, coloquialmente, "madre de alquiler". Han pagado 15.000 d¨®lares (casi 12.000 euros), sin contar los viajes a California, para donar el esperma y para estar ah¨ª cuando su hijo nazca.
El problema es que la t¨¦cnica es ilegal en Espa?a -aunque no en EE UU-, y que el consulado en Los ?ngeles les ha dicho que no registrar¨¢ al ni?o como hijo suyo. "Este consulado deneg¨® la inscripci¨®n porque tiene instrucciones de no realizar las de nacimientos que procedan de madres de alquiler. La ley 14/2006 de 26 de mayo dice taxativamente: 'Ser¨¢ nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestaci¨®n, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiaci¨®n materna a favor de un contratante o de un tercero", afirma el c¨®nsul de Espa?a en Los ?ngeles, Inocencio Arias. "El hecho de que los interesados sean homosexuales no tiene la menor relaci¨®n con la decisi¨®n. Afirmarlo es un disparate", a?ade Arias.
La pr¨¢ctica est¨¢ autorizada en parte de Estados Unidos, pero no en Espa?a
Jos¨¦ no se resigna. "Si en Espa?a es legal la adopci¨®n conjunta, no entiendo por qu¨¦ no podemos figurar los dos como padres del ni?o", insiste. "Las parejas heterosexuales lo tienen m¨¢s f¨¢cil, porque hay una posible madre -lo sea realmente o no- que ayuda a solucionar la papeleta". Adem¨¢s, la pr¨¢ctica deja en un limbo legal al futuro hijo. Y no entiende lo de la ilegalidad. "Es como si me multaran al llegar a Espa?a por ir a 180 en Alemania, donde es legal".
La directora general de Registros y el Notariado, Pilar Blanco Morales, insiste: "Lo que estas parejas han hecho es un fraude de ley internacional. Ya sab¨ªan que en Espa?a esa pr¨¢ctica es ilegal. Ese hijo tiene una madre biol¨®gica, y eso no se puede obviar", se?ala. La soluci¨®n que Blanco da es que inscriban al ni?o a nombre de uno de ellos y de la madre, y que luego, en Espa?a, inicien el proceso para que el marido del padre adopte al peque?o, aunque reconoce que es complicado.
Esta soluci¨®n no convence a los hombres. Supondr¨ªa seguir atados a la mujer que, en cualquier momento, podr¨ªa interferir en las decisiones que se tomen con el ni?o. Adem¨¢s, durante el tiempo que duren los tr¨¢mites, el c¨®nyuge que no figure en los papeles carecer¨¢ de v¨ªnculo legal con el ni?o.
El caso de Jos¨¦ y Juan no es ¨²nico. Desde la aprobaci¨®n del matrimonio entre personas del mismo sexo en Espa?a, hace tres a?os, algunos pa¨ªses han endurecido las condiciones para dar hijos en adopci¨®n. Muchos gays y lesbianas adoptan como solteros, y retrasan su boda hasta que tienen el hijo. "Pero eso no nos parec¨ªa justo ni hacia el ni?o ni hacia nosotros", afirma Pedro, quien, junto a Luis (tambi¨¦n nombres supuestos) ha iniciado el camino que est¨¢n a punto de terminar Jos¨¦ y Juan. "Llevamos 10 a?os juntos, y estamos muy emocionados. Y no somos los ¨²nicos. Conocemos al menos a otras seis o siete parejas que est¨¢n igual", dicen. Ellos no han ido a California, sino a Illinois. Van a intentar aprovechar una posibilidad que ofrece la legislaci¨®n del Estado, que permite modificar el registro civil para que ellos figuren como padres.
Seg¨²n explican en un art¨ªculo los profesores de Derecho Javier Carrascosa (Universidad de Murcia), Alfonso Luis Calvo y Esperanza Castellanos (Universidad Carlos III, Madrid), la clave del conflicto est¨¢ en que hay pa¨ªses en los que se puede atribuir la maternidad a la donante de los ¨®vulos, mientras que en Espa?a la filiaci¨®n queda determinada al dar a luz. La coexistencia de ambos modelos crea un absurdo legal: que un ni?o cambie de padres al cruzar una frontera. En EE UU, ser¨ªan los que pagaron a la mujer por tener el hijo; en Espa?a, ¨¦sta ser¨ªa siempre la madre. Justo lo que los hombres no quieren.
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