Los l¨ªmites de la ley de reproducci¨®n asistida
Un libro recoge casos en los que la realidad supera a la imaginaci¨®n de los legisladores
?Puede una mujer inseminarse con esperma de su amante sin dec¨ªrselo a su marido? ?Y qu¨¦ pasa si al servicio de fecundaci¨®n asistida no acude una pareja, sino un tr¨ªo? No son casos te¨®ricos; son algunas de las situaciones reales que se han presentado, y que los expertos Fernando Abell¨¢n y Javier S¨¢nchez-Caro analizan en el libro Bio¨¦tica y ley en reproducci¨®n humana asistida (Fundaci¨®n Salud 2000).
Aunque la ley espa?ola -cuya ¨²ltima modificaci¨®n es de 2006- est¨¢ considerada una de las m¨¢s avanzadas del mundo, su aplicaci¨®n chocan continuamente con casos que escapan a la imaginaci¨®n de los legisladores. En los dos usados como ejemplo, el consejo es que cuando haya amantes de por medio, se arregle legalmente la situaci¨®n (una pareja de hecho s¨ª tiene derecho a solicitar la inseminaci¨®n). En el caso del tr¨ªo (una mujer y dos hombres) tampoco hay cobertura legal para su petici¨®n.
Pero hay m¨¢s casos: el de un hombre que tras inseminar a su mujer, pide que se use el semen sobrante para fecundar a otra (se trataba de una relaci¨®n pol¨ªgama); o las diferentes posibilidades en las que se pide una donaci¨®n dirigida (s¨®lo para usar en una receptora concreta); las diversas opciones sobre qu¨¦ hacer con los embriones sobrantes de un proceso de fecundaci¨®n asistida, la procreaci¨®n post-mortem o la objeci¨®n m¨¦dica cuando una pareja con enfermedades previas pide acceso a t¨¦cnicas de reproducci¨®n.
Tambi¨¦n se trata uno de los casos que ¨²ltimamente m¨¢s ha dado que hablar es el de los ni?os concebidos mediante gestaci¨®n subrogada (los padres pagan a una mujer para que lleve a t¨¦rmino el embarazo pero luego les ceda todos los derechos sobre el beb¨¦). Aunque en Espa?a es una situaci¨®n ilegal, no lo es en algunas partes de EE UU o en India, por ejemplo, lo que ha creado algunas situaciones en las que parejas que han tenido as¨ª a sus hijos no pueden inscribirlos como propios. Ya ha habido un caso en el que la Direcci¨®n General de Registros y Notariados ha tenido que admitir que los ni?os as¨ª concebidos fueran inscritos como hijos de sus padres, un matrimonio formado por dos hombres. Pero la resoluci¨®n no ha sentado jurisprudencia y cada pareja debe seguir todo un galimat¨ªas burocr¨¢tico, o dejar a sus hijos en un orfanato mientras les arreglan los papeles.
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