El barrio donde todo empez¨®
El suburbio de Chicago donde Obama inici¨® su carrera profesional vive entre la droga, los tiros y la desesperanza
A pesar de su nombre, en Altgeld Gardens no hay jardines ni flores. S¨®lo casas de ladrillo rojo y marr¨®n de dos plantas entre hierba deste?ida. En algunos tramos del barrio se siente el olor f¨¦tido de una depuradora cercana. Un s¨¢bado por la ma?ana, nadie pasea. Hay algunos adolescentes jugando al baloncesto en una canasta medio ca¨ªda y vecinos caminando r¨¢pido a la lavander¨ªa o al peque?o y ¨²nico supermercado. Ese corto camino, ya a algunos les parece una temeridad. "Yo voy siempre en coche", dice Lisa Scott, de raza negra y 41 a?os. Su casa est¨¢ a escasos 100 metros de la lavander¨ªa y a unos 300 del supermercado. "?Ves? Ha habido otro tiroteo", dice al ver pasar a toda velocidad una patrulla de polic¨ªa. "Aqu¨ª s¨®lo hay bandas, tiros y droga. Cada semana muere alguien", asegura mientras barre deprisa la entrada de su edificio.
Altgeld Gardens tiene el mayor ¨ªndice de contaminaci¨®n de Estados Unidos
Fue aqu¨ª, en este deprimido barrio del sur de Chicago, donde Barack Obama comenz¨® su andadura profesional, en 1985. Acababa de graduarse en Ciencia Pol¨ªtica en la prestigiosa universidad de Columbia y decidi¨® hacerse trabajador social. ?l asegura que la experiencia le marc¨® de por vida y que fue en este entorno donde cobr¨® fuerza su posterior proyecto pol¨ªtico. "Ten¨ªa una motivaci¨®n incre¨ªble y lleg¨® a Chicago muy joven, con 24 a?os, en una fase fundamental de la vida", explica por tel¨¦fono Gerald Kellman, la persona que lo contrat¨® y con quien trabaj¨® durante tres a?os.
"En esos barrios recib¨ª la mejor educaci¨®n", dijo el candidato cuando anunci¨®, hace 20 meses, que se postulaba a la presidencia. "All¨ª aprend¨ª a escuchar a la gente y a no intentar resolver los problemas con una agenda predeterminada". Es un mensaje que ha repetido de forma constante y que repite tambi¨¦n su mujer, Michelle, en cada uno de sus m¨ªtines. "Barack ha visto de cerca los problemas de la gente, los conoce, los entiende", suele decir la aspirante a Primera Dama.
Michelle Obama est¨¢ haciendo campa?a, pero no cabe duda de que tres a?os en Altgeld Gardens son un ba?o de realidad para cualquiera. Incluso un solo d¨ªa es una bofetada para el que acaba de dejar el pulcro centro de Chicago y los elegantes edificios de Frank Lloyd Wright y Mies van der Rohe. Los vecinos de los Gardens, como llaman ellos al barrio, tienen problemas de verdad, graves y acuciantes.
El complejo fue uno de los primeros housing projects de Estados Unidos, inmensos barrios de protecci¨®n oficial construidos por el Gobierno para alojar a familias desfavorecidas. ?ste se levant¨® en 1945 para dar cobijo a los soldados tras la Segunda Guerra Mundial, a veteranos de raza negra. Seg¨²n el ¨²ltimo censo, del a?o 2000, el 97% de sus ocupantes son afroamericanos. Los residentes pagan la renta en funci¨®n de sus ingresos: no m¨¢s de un tercio de su sueldo y no menos de 50 d¨®lares.
Parece una peque?a ciudad. Tiene 1.500 casas, m¨¢s de 5.000 residentes, una cl¨ªnica y colegios para los ni?os. El paisaje lo conforman, aparte de la depuradora, f¨¢bricas y acer¨ªas cerradas. Es el lugar con un mayor ¨ªndice de contaminaci¨®n de todo el pa¨ªs. Hay ni?os con extra?as formas de c¨¢ncer y una tasa excesiva de asma. Hace unos a?os los vecinos y sus asociaciones consiguieron que se eliminara de sus edificios el asbesto, una sustancia t¨®xica y peligrosa. Fue una dura batalla que ganaron y en la que hab¨ªa colaborado a?os antes Barack Obama.
Algunos vecinos son esc¨¦pticos sobre ver mejorar el barrio, incluso aunque el senador de Illinois ganara las elecciones. "Voy a votarle, claro, pero ?qu¨¦ puede hacer por nosotros?", se pregunta Darlene Liggett. Tiene 54 a?os y lleg¨® a la zona con su madre cuando era apenas un beb¨¦. Est¨¢ desempleada y vive con menos de 100 d¨®lares al mes. Le gustar¨ªa salir del barrio, pero est¨¢ convencida de que no podr¨¢. "Cuando yo era peque?a era un buen sitio. Pod¨ªas dejar la puerta de casa abierta y no pasaba nada. Pero con las bandas callejeras, que vienen de otros sitios para vender aqu¨ª la droga, esto es un infierno. Roban hasta los cheques de los subsidios y las pensiones".
Obama lleg¨® aqu¨ª a la conclusi¨®n de que para poder cambiar las cosas de verdad ten¨ªa que salir de este barrio. Dej¨® el empleo, ingres¨® en la Facultad de Derecho de Harvard y comenz¨® despu¨¦s su mete¨®rica carrera legal y pol¨ªtica. Altgeld Gardens quiere ahora verlo en la Casa Blanca. "El 99,9% de nosotros vamos a votarle sin duda ninguna", dice Guy Smith, de 54 a?os, que vive en una calle cercana al complejo. Sin embargo, no se ven apenas carteles de apoyo en las casas. "Aqu¨ª no hace falta propaganda", explica Smith. "No hay otro candidato posible".
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