Colegios mayores a tres por uno
Una habitaci¨®n en un centro barcelon¨¦s puede triplicar el precio de uno sevillano de iguales caracter¨ªsticas - Hay menos alumnos pero igual demanda
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Los seis colegios mayores gestionados directamente por la Universidad Complutense de Madrid, que pueden acoger a 1.000 alumnos, est¨¢n desbordados. "Centenares" de solicitantes se han quedado este a?o fuera. No les afecta que el n¨²mero de estudiantes est¨¦ descendiendo -16.000 menos en toda Espa?a respecto al curso anterior-, ni que se hayan abierto muchas facultades en otras provincias. Y encima, a la demanda de plazas se suman cada a?o parte de los 26.000 beneficiarios del programa Erasmus. Por algo Espa?a es la m¨¢xima receptora de becados de toda Europa.
La renta per c¨¢pita de un madrile?o es 14.000 euros mayor que la de un extreme?o. Y aunque es cierto que en la capital la vida es m¨¢s cara -se gasta 4.000 euros m¨¢s al a?o- tambi¨¦n se dispone de m¨¢s. En este contexto para una familia extreme?a enviar a su hijo a estudiar a una facultad madrile?a supone un gran desembolso si el chico no es beneficiario de una beca. Un informe de la Fundaci¨®n Eroski -que ha analizado 86 colegios mayores y residencias universitarias p¨²blicas y privadas de 18 ciudades- concluye que el precio puede ser hasta siete veces superior, dependiendo de la localidad y el modelo de alojamiento. De esta forma, una residencia barcelonesa con habitaci¨®n individual y pensi¨®n completa puede llegar a costar unos 1.400 euros, 1.033 m¨¢s que una de iguales caracter¨ªsticas en Alicante. Entre las que ofrecen s¨®lo acomodo persisten las diferencias: 561 euros en Madrid, 331 m¨¢s de lo que cuesta en Sevilla.
El desembolso medio por residir va de los 574 a los 1.135 euros
Cada vez m¨¢s estudiantes, tras tres a?os de estancia, se marchan a un piso
Proliferan las residencias privadas en suelo p¨²blico a costo accesible
Las becas de movilidad est¨¢n entre los 2.700 y los 5.400 euros
La ministra de Ciencia, Tecnolog¨ªa y Universidades, Cristina Garmendia, se ha comprometido a aumentar en un 30% el n¨²mero de becarios universitarios en esta legislatura (el curso pasado eran 194.600) y un 10% este a?o en ayudas de movilidad. Para quienes estudian en la misma comunidad que su hogar las becas de este ministerio oscilan entre los 2.700 euros para residencia y material, a los 5.400 cuando se suma el transporte y la compensatoria a los bajos ingresos familiares. En el supuesto de cursar estudios en otra comunidad, las becas van de los 3.200 a los 5.200 euros para los casos especiales.
El desembolso medio por un colegio mayor o residencia es de entre los 574 y los 1.135 euros, dependiendo del tipo de alojamiento. Los m¨¢s exclusivos en las grandes urbes -Madrid, Barcelona o Valencia- y los m¨¢s asequibles de los analizados por Eroski en Sevilla y Santiago de Compostela. Al montante se le suma una fianza previa que tambi¨¦n oscila entre los 30 y los 1.500 euros. "Lo que hay que tener en cuenta son los servicios. Muchas residencias privadas que cuestan mucho m¨¢s, por ejemplo, no tienen comedor los fines de semana", explica Anne Marie Reboul, directora del colegio Teresa de Jes¨²s y delegada del rector para los seis colegios mayores dependientes de la Universidad Complutense.
Nicanor G¨®mez Villegas, director del colegio mayor Isabel de Espa?a, tampoco ha observado una menor demanda. Ofertaban 60 nuevas plazas este a?o y presentaron la solicitud 500 j¨®venes que fueron entrevistados. Su batalla ahora es conseguir que tras el tercer curso los residentes no se vayan a un piso. "En los setenta terminaban sus estudios en el colegio, incluso opositaban estando aqu¨ª. Creo que ahora hay un empobrecimiento. Creen que han terminado una etapa cuando llevan tres a?os y no se dan cuenta de que esto es un microcosmos con todo tipo de oportunidades. Y, adem¨¢s, para el tejido del colegio es importante que al menos 40 universitarios con experiencia se queden". Reboul y G¨®mez inciden en la necesidad de que los j¨®venes aprendan a acotar los l¨ªmites y a convivir en un grupo, un aprendizaje que tiene su mejor escuela en sus centros.
La alta demanda ha posibilitado que proliferen residencias en suelo p¨²blico pero en manos de empresas privadas que firman un acuerdo de gesti¨®n con las universidades por un plazo que suele ser de 25 a?os. El grupo franc¨¦s Resa, pionero y l¨ªder, se implant¨® en Espa?a en 1992 y en 2009 llegar¨¢ a las 6.500 plazas en 18 residencias. "Casi todas est¨¢n al 100%. El Salamanca es el ¨²nico sitio en el que la oferta supera la demanda", cuenta Olga Ar¨¦valo, de Resa. A diferencia de los colegios mayores, las habitaciones no s¨®lo tienen ba?o, sino tambi¨¦n cocina. "Nos dimos cuenta de que hab¨ªa que adaptarse a las necesidades del alumno y sus horarios muchas veces no son los del centro", contin¨²a. Les diferencia tambi¨¦n que los residentes no est¨¢n obligados a participar en actividades colectivas. "Algunos se animan por eso. Pero, donde lo solicitan, s¨ª que vamos a empezar a ofrecer actividades. Por ejemplo, en una residencia de Barcelona hay cursos de cocina y talleres de idiomas y baile".
La intenci¨®n del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n es crear unos campus de excelencia en los que est¨¦n presentes una o varias universidades (fusionadas), institutos de investigaci¨®n, centros tecnol¨®gicos y otros organismos de investigaci¨®n de las comunidades (como hospitales). Quiz¨¢ entonces habr¨¢ plaza para todos los estudiantes que no quieren compartir piso.
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Mucha actividad, pero en la sombra
Unos 25.000 estudiantes se distribuyen en Espa?a entre los 140 colegios mayores. A diferencia de las residencias universitarias, la Ley Org¨¢nica de Universidades exige que ¨¦stos promuevan "la formaci¨®n cultural y cient¨ªfica de los residentes, su actividad al servicio de la comunidad universitaria". Anne Marie Reboul, directora del colegio femenino Teresa de Jes¨²s de Madrid, asegura que la participaci¨®n es la misma que la de los estudiantes de los sesenta y setenta que convirtieron estos centros en cuna de la revuelta estudiantil. "Lo que critico a mis colegiales es que no hagan nada para que sus actividades sean conocidas en el exterior", se lamenta.
En los seis colegios mayores de los que ella es delegada tan s¨®lo hay un director que ejerza la labor pedag¨®gica, a diferencia de las residencias privadas. "Hay una autogesti¨®n. Una alumna es subdirectora y las decanas tambi¨¦n lo son. Las clases empezaron hace dos semanas y ya las chicas se han organizado en comisiones", se alegra. "Este a?o la crisis obliga a un recorte en los gastos en actividades culturales", pero ella no se desanima. "Hay que buscarle la parte positiva. En una sociedad en la que se gasta tanto, van a tener que desarrollar su originalidad".
En el colegio Isabel de Espa?a no hay tijera pues el presupuesto es privado. "Invertimos mucho en el soporte intelectual y los colegiales tienen que poner mucho de su parte. Si no se implican no se les renueva la plaza al a?o siguiente", explica Nicanor G¨®mez Villegas, su director.
"Es evidente que el compromiso no es tan grande como en el de los a?os sesenta y setenta, cuando se estaba produciendo un cambio social, pero se hacen cosas. Nosotros tenemos un grupo de teatro, un festival de flamenco, cine f¨®rum, seminarios de humanidades...", prosigue G¨®mez Villegas, quien reconoce que se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos. "Ya no ten¨ªa sentido un aula para escuchar m¨²sica cuando se la bajan de Internet, as¨ª que animamos a los colegiales que tocan instrumentos a que den peque?os conciertos o que ense?en a otros".
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