Triple ¨¦xito: mediterr¨¢neo, espa?ol y barcelon¨¦s
Triple ¨¦xito. Lo es para la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo. Tener sede es tener casa, lugar de acci¨®n y proyecci¨®n, nombre, identidad concreta. El proyecto euromediterr¨¢neo adolec¨ªa, entre otros, de un doble agujero: la falta de visibilidad y de una estructura permanente que lo hiciera autosostenible. Otorgarle domicilio equivale a cubrir ese d¨¦ficit.
Eso no lo resuelve todo. Pero le da una preciosa palanca para resolver el resto de sus numerosas insuficiencias cr¨®nicas: el ego¨ªsmo proteccionista agr¨ªcola del Norte, las sangrantes cesuras del Sur (Palestina/Israel, pero tambi¨¦n Argelia/Marruecos), la falta de complementariedad entre las econom¨ªas norteafricanas llamadas a colaborar entre s¨ª; la explosi¨®n demogr¨¢fica que redunda en explosi¨®n de nuevas necesidades, el exceso de ret¨®rica...
?xito tambi¨¦n para las pol¨ªticas europea y exterior de Espa?a. Lograr el consenso de 43 capitales en un asunto tan apetitoso a las voracidades nacional-estatalistas, como lo es la elecci¨®n de la capital de un proyecto (m¨¢s a¨²n si algunas est¨¢n literalmente enfrentadas a muerte, como ocurre en Oriente Pr¨®ximo), constituye un logro may¨²sculo.
Es el logro m¨¢s destacado, hasta ahora, del ministro Curro Moratinos, que ve as¨ª compensada su empecinada especialidad en la regi¨®n. Moratinos estuvo ya de protagonista en el dif¨ªcil parto de 1995, manejando el f¨®rceps que le encarg¨® Javier Solana: sin la experiencia de estos a?os ante las canciller¨ªas m¨¢s renuentes, no se explicar¨ªa la decisi¨®n tomada ayer en Marsella.
Y del presidente Zapatero, que ha influido notablemente en la reconducci¨®n de los adanistas ¨ªmpetus iniciales de Nicholas Sarkozy sobre el Proceso de Barcelona, hacia su replanteamiento reactivador en un sentido plenamente europeo y realista. De sabios es cambiar de opini¨®n, y el presidente franc¨¦s ha sabido hacerlo. Encaje de bolillos, este proceso resulta ser, aunque precaria, la primera realidad tangible avant la lettre de la todav¨ªa et¨¦rea Alianza de Civilizaciones.
Y ¨¦xito para la mejor Barcelona: la que cultiva la acogida, las diferencias, los flujos internacionales, las identidades compartidas. La que no se ensimisma en endogamias. La capital catalana pluriling¨¹e, pluricultural, abierta. Exist¨ªa. Existe.
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