La polic¨ªa se declara impotente contra los timos bancarios 'online'
Un informe oficial sit¨²a a los estafadores en los pa¨ªses del Este
Yolanda V. A., gallega de 33 a?os, abri¨® Internet para ojear su cuenta bancaria y se llev¨® un disgusto terrible. Alguien le hab¨ªa sacado 3.252 euros y los hab¨ªa transferido a la cuenta de un desconocido en Madrid. Nerviosa, mir¨® tambi¨¦n la cuenta de sus padres, en la que ella tiene firma autorizada, y faltaban otros 18.000 euros. La polic¨ªa identific¨® r¨¢pido al receptor de las transferencias, pero ya era tarde: el dinero estaba en Ucrania. En los bolsillos de una de las sofisticadas mafias que infectan con virus malignos virus miles de ordenadores y se apoderan de dinero de las cuentas on line.
Un informe de Delincuencia Econ¨®mica de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, al que ha tenido acceso EL PA?S, avisa de la eclosi¨®n de este tipo de saqueos. Y admite la impotencia policial para detener "a los autores intelectuales". Primero, por los sofisticados m¨¦todos que emplean y, segundo, por la dificultad de perseguirlos, ya que act¨²an desde pa¨ªses del Este, Asia y Sudam¨¦rica. No todas las v¨ªctimas tienen la suerte de Yolanda. Su banco, el Pastor, le repuso el dinero. "Vieron que yo nunca hab¨ªa realizado transferencias desde Internet y me lo devolvieron", se?ala Yolanda. Pero el banco no tendr¨¢ f¨¢cil recuperarlo.
Los 'cebos' sacan el dinero l¨ªquido y lo transfieren con rapidez al extranjero
La polic¨ªa sigui¨® el rastro del dinero y comprob¨® que a Yolanda le hab¨ªan robado desde unos servidores de Internet, en Ucrania. Y que, fraccionado en siete transferencias, los cacos lo hab¨ªan remitido a una cuenta de una sucursal del Banco Pastor en Madrid a nombre del ingeniero inform¨¢tico Jos¨¦ Antonio C. Ch. Y que ¨¦ste, a su vez, lo hab¨ªa transferido inmediatamente a Ucrania a trav¨¦s de la Western Uni¨®n y MoneyGram. Jos¨¦ Antonio C. Ch. fue detenido. Pero los agentes, no sin recelo, tuvieron que dejarle libre con cargos. Asegur¨® que no cre¨ªa estar haciendo nada ilegal. La polic¨ªa asegura que no todos los intermediarios "son impolutos". Cuando se ven sorprendidos, simulan ser v¨ªctimas ellos tambi¨¦n.
-?No le pareci¨® extra?o que, a pesar de lo reglamentado que est¨¢ el mercado bancario, le ofreciesen un trabajo consistente en tramitar transferencias de dinero mediante comisi¨®n?
-No sospech¨¦ nada. Cre¨ª que era un trabajo normal.
Yolanda s¨®lo es una de las m¨²ltiples v¨ªctimas de lo que en la jerga policial se llama la estafa del scam, un fraude cuya ejecuci¨®n requiere varias fases. La primera consiste en captar a intermediarios dentro del pa¨ªs en el que la mafia va a actuar. En chat, foros y por correo electr¨®nico lanzan miles de mensajes ofreciendo un trabajo "f¨¢cil, c¨®modo y de suculentas ganancias". Exhiben fotos de personas, sonrientes, que cuenta c¨®mo se han enriquecido. La mafia estudia muy bien a los aspirantes antes de seleccionarlos: domicilio, profesi¨®n, hijos... Jam¨¢s hay encuentros personales. Mantienen los contactos a trav¨¦s de correos electr¨®nicos. Condici¨®n para obtener el trabajo: tener Internet las 24 horas, ser espa?ol y disponer de una cuenta bancaria legalizada. Le explican que su misi¨®n se ci?e a recibir dinero en su cuenta para que lo saque inmediatamente y lo remita sin demora a n¨²meros de cuentas extranjeras que ellos le indican. Le ofrecen un sueldo mensual o comisiones de hasta el 10% del dinero que transfiera. Antes, le aseguran que no se trata de blanqueo de capitales, sino de un negocio rentable y legal. Y que las transferencias van a ONG extranjeras y que la mayor¨ªa procede de subvenciones p¨²blicas y privadas. Los cacos se inventan una empresa, cuyo nombre van cambiando para dificultar las pesquisas policiales. La que estaf¨® a Yolanda se llamaba Maximus Consulting.
Captados los intermediarios, comienza la segunda fase de la estafa: obtener claves y contrase?as de usuarios de banca on line. Emplean varias modalidades: el phishing; es decir, el env¨ªo masivo de correos electr¨®nicos que informan de un problema de seguridad en las claves del banco. Y que dirigen a una web que simula ser la de una gran entidad bancaria espa?ola. En realidad es falsa, calcada de la aut¨¦ntica. Si coincide que el usuario que recibe el mensaje trabaja con ese banco y se cree el mensaje, est¨¢ perdido, ya que le piden que introduzca su clave para solucionar el problema. Cuando lo hace, los mafiosos se apoderan de ella. Otra modalidad es el pharming, que "infecta indiscriminadamente con virus malignos miles de ordenadores". Es especialmente maquiav¨¦lica. Cuando el usuario escribe en la barra de direcciones de Internet el nombre de su banco, el navegador le conecta autom¨¢ticamente con una web falsa que imita a la de su entidad bancaria. No logra realizar ninguna operaci¨®n, pero los estafadores le copian la contrase?a.
Ya con las claves en su poder, empieza la tercera fase: los estafadores, desde miles de kil¨®metros, le sacan enseguida el dinero y lo transfieren a cuentas de los intermediarios, que tienen orden de estar muy atentos para ir r¨¢pidamente a su banco, sacar el dinero en l¨ªquido y remitirlo al extranjero.
La polic¨ªa asegura en su informe que muy pocas veces se logra inmovilizar el dinero antes de que salga de Espa?a. Los intermediarios, conscientes o no de la ilegalidad, s¨ª quedan a merced de la polic¨ªa, pero "los autores intelectuales" salen impunes: act¨²an desde pa¨ªses "con un grado bajo de cooperaci¨®n judicial-policial internacional", se?ala el informe. Y a?ade que pocas veces los jueces espa?oles acceden a enviar comisiones rogatorias a esos pa¨ªses. Y cuando lo han hecho por tratarse de sumas de dinero muy elevadas y de organizaciones delictivas de alto nivel, "el resultado ha sido pr¨¢cticamente nulo". A ello se une que cada juzgado, a pesar de tratarse "de una estafa de ¨¢mbito nacional", suele llevar sus casos de forma individual y no hay constancia de que se inhiban "a la Audiencia Nacional".
Los agentes admiten que, agotada la b¨²squeda del dinero en Espa?a sin ¨¦xito, suelen "archivar" las investigaciones sin haber podido recuperarlo.
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