El Real tentar¨¢ a G¨¦rard Mortier

El Teatro Real de Madrid se ha convertido en un aut¨¦ntico objeto de deseo. Despu¨¦s de que la direcci¨®n y la comisi¨®n ejecutiva del centro comunicaran a Antonio Moral (director art¨ªstico) y Jes¨²s L¨®pez Cobos (musical) que no renovar¨ªan sus contratos en 2010 se ha abierto una aut¨¦ntica carrera por su sucesi¨®n al m¨¢s alto nivel internacional.

Las negociaciones est¨¢n abiertas con St¨¦phane Lissner, director de la Scala de Mil¨¢n, de quien actualmente se estudian sus condiciones. Pero un nuevo valor ha entrado en liza. Y no es cualquiera. Se trata de G¨¦rard Mortier, hoy director de la ?pera de Par¨ªs con contrato hasta el pr¨®ximo a?o y que ha quedado ahora libre tras su renuncia a la New York City Opera en 2009. Para los responsables del Real y del ministerio de Cultura es una nueva opci¨®n "muy ilusionante". Y, ahora s¨ª, empiezan a dar los pasos para conseguirlo.

Tres directores musicales se turnar¨ªan si el elegido es Mortier

Lissner apostar¨ªa por Gustavo Dudamel o Daniel Harding

Hasta esta semana, las negociaciones iban encaminadas a nombrar a Lissner en el lugar de Moral. Pero la disposici¨®n del belga Mortier ha abierto la puja: su renuncia a ir a Nueva York por un corte dr¨¢stico del presupuesto que le hab¨ªan prometido cambia el panorama -de 47 millones de euros pasaron a 28-. La crisis no perdona. El gestor cultural m¨¢s deseado del mundo queda libre... Y al Real, con sus 54 millones de presupuesto, le encantar¨ªa abrirle sus puertas.

All¨ª donde Mortier ha llevado a cabo sus proyectos se ha notado. Triunf¨® y sacudi¨®, en los a?os noventa, el Festival de Salzburgo en el que sucedi¨® a Herbert von Karajan. Despu¨¦s organiz¨® en Alemania la Trienal del Ruhr y de ah¨ª se fue a la ?pera de Par¨ªs. En Nueva York iba a recalar seis a?os, pero el anuncio de la reducci¨®n dr¨¢stica del dinero disponible le ha hecho declinar. No se pondr¨¢ en marcha nada de lo que Mortier hab¨ªa dise?ado durante tres a?os de trabajo. Proyectos ambiciosos que se pueden hacer realidad en otros teatros. Las ofertas no le van a faltar. Y s¨®lo elegir¨¢ una opci¨®n: nada de diversificar esfuerzos.

El anuncio de su abandono se hizo la pasada semana. Mortier apareci¨® por Madrid el s¨¢bado. Entonces no recibi¨® ninguna oferta, seg¨²n confirman fuentes responsables del Real y otras pr¨®ximas al gestor. Quiso ir al Prado a ver la exposici¨®n de Rembrandt y luego al concierto de Antonio Florio en la Semana Napolitana del Auditorio Nacional. Pero, por ahora, no se le ha tanteado pese a la urgencia de la situaci¨®n.

Los nuevos cargos deben estar designados antes del 15 de diciembre, fecha l¨ªmite que ha puesto C¨¦sar Antonio Molina, ministro de Cultura, para resolver el futuro del teatro. Todo est¨¢ abierto. "La prioridad es la direcci¨®n art¨ªstica", advierten en el Real. La musical quedar¨ªa sujeta a los deseos del elegido.

Si finalmente es Lissner, sus preferencias son el brit¨¢nico Daniel Harding y el venezolano, de 27 a?os, Gustavo Dudamel. Dos m¨²sicos j¨®venes y brillantes con quienes el programador franc¨¦s colabora habitualmente.

De ser Mortier quien acepte la oferta que piensan hacerle en breve plazo, la direcci¨®n musical quedar¨ªa sujeta a un m¨¦todo propio aplicado en algunos lugares por los que ha pasado. Tres m¨²sicos, colaboradores habituales del gran gestor cultural, se turnar¨ªan al frente de la orquesta. Son Semyon Bychkov, Sylvain Cambreling y otro joven valor con brillante futuro por delante: Pablo Heras, granadino de 30 a?os, en quien Mortier conf¨ªa absolutamente y que se encuentra estos d¨ªas en Madrid. De hecho, ambos han hablado en profundidad del Real.

La situaci¨®n es delicada. Una opci¨®n de la que hasta hace una semana no se hablaba por imposible se ha colado por sorpresa en mitad de una negociaci¨®n intensa y abierta con Lissner. ?ste, al parecer, quiere abandonar la Scala por tensiones con los sindicatos. Pero, para regresar a Madrid, necesita ciertas garant¨ªas de que la historia no se va a repetir. Su proyecto ya se frustr¨® en 1997. Cuando el Real iba a reabrir sus puertas, Lissner era director art¨ªstico. Pero no lleg¨® a verlo en funcionamiento. El cambio de gobierno produjo el relevo en la direcci¨®n y un golpe del que le ha costado recuperarse.

Hace falta diplomacia para encajar las piezas de un puzzle que debe estar a punto en 2010. Un nuevo tropiezo puede resultar grav¨ªsimo para la historia del teatro. El hecho de que gestores de prestigio mundial muestren inter¨¦s en desembarcar en ¨¦l prueba las posibilidades futuras que tiene el coliseo madrile?o. Alg¨²n encanto tendr¨¢ para que los pesos pesados quieran desembarcar aqu¨ª.