A la sombra de partido

Xabier de Irala, presidente de BBK, lleg¨® a Bilbao en 2003 con una ¨²nica misi¨®n: lograr la fusi¨®n de las tres cajas de ahorro vascas (BBK, Kutxa y Vital). La misi¨®n se convirti¨® en obsesi¨®n y De Irala quiso, con su perfil de gestor, fortalecido en Iberia a la sombra de Rodrigo Rato, vicepresidente econ¨®mico del Gobierno con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, lograr lo que nadie hab¨ªa conseguido. Las dificultades no estaban en el proyecto empresarial, resid¨ªan en la pol¨ªtica. Euskadi roto en dos bloques, nacionalistas, liderado por el PNV, y no nacionalistas (PP y PSE-EE), imped¨ªa cualquier acuerdo.

El apellido De Irala tiene una larga historia ligada al PNV. Su padre fue secretario personal del lehendakari en la Rep¨²blica, Jos¨¦ Antonio Aguirre. Xabier naci¨® en Nueva York (EE UU) en 1946 y vivi¨® el exilio. Adem¨¢s de presidir Iberia fue, entre otras cosas, vicepresidente de General Electric en Par¨ªs. Rato lo repesc¨® para la gesti¨®n empresarial espa?ola, donde culmin¨® la privatizaci¨®n de Iberia, y el PNV le recuper¨® para Euskadi. Desde el primer d¨ªa qued¨® claro que su tarea era integrar las cajas. El PNV opt¨® por un hombre ligado al partido pero con una imagen de gestor incuestionable, libre de toda tacha pol¨ªtica.

La fusi¨®n de BBK y Kutxa depende del voto de un tr¨¢nsfuga de PP, PSE o Batasuna

De Irala es ambicioso y desde el principio cambi¨® los planes de BBK. Su predecesor, Jos¨¦ Ignacio Berroeta, mantuvo una pol¨ªtica de solvencia y crecimiento moderado; actitud contraria a los planes de De Irala, que impuls¨® la salida del ostracismo. Tras a?os mareando la perdiz de la fusi¨®n, el viejo sue?o del nacionalismo vasco, De Irala logr¨® en 2005 lo que parec¨ªa imposible: la voluntad de integraci¨®n de las tres entidades. Dos estaban presididas por el PNV (Kutxa y BBK) y una por el PSE-EE, gracias al apoyo del PP (Vital). Fue un buen intento pero las desavenencias pol¨ªticas lo hicieron imposible. Los tres presidentes de entonces, De Irala, Carlos Etxepare (Kutxa) y Gregorio Rojo (Vital), pactaron un documento en el que quedaba claro que la hoja de ruta soberanista del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, hac¨ªa imposible el proyecto.

El aliento del PNV en la nuca de De Irala y el relevo de Etxepare por un hombre de la m¨¢xima confianza del PNV de Guip¨²zcoa, Xabier Iturbe, produjeron un cambio total de estrategia. La guipuzcoana Kutxa y la vizca¨ªna BBK optaron, guiados por el PNV y amparados en la crisis del sistema financiero internacional, por abandonar a la Vital e impulsar la llamada fusi¨®n a dos.

De Irala perdi¨® su manto independiente y a la sombra del partido de sus mayores, del PNV, impuls¨® un proyecto que le parece insuficiente y que rompe con las propias tesis nacionalistas. No hay duda de que una caja vasca ¨²nica ser¨ªa un buen proyecto empresarial, incluso una fusi¨®n a dos, pero tampoco hay duda de que el PNV ha elegido el momento, a pocos meses de las elecciones auton¨®micas, para impulsar la integraci¨®n, y dejar a los socialistas en una posici¨®n inc¨®moda. De Irala sigue queriendo la fusi¨®n a tres y ve en la integraci¨®n a dos un primer paso. El pr¨®ximo d¨ªa 28 las asambleas de las dos cajas decidir¨¢n la integraci¨®n. En BBK, la cosa est¨¢ clara gracias al pacto con CC OO. En Guip¨²zcoa falta un voto, que solamente puede llegar de un tr¨¢nsfuga del PP, del PSE o de la autodenominada izquierda abertzale.