Facultades de Filosof¨ªa y la profesi¨®n de profesor
La Junta de la Facultad de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid ha dado a conocer recientemente su manifiesto contra la nueva regulaci¨®n del acceso al profesorado de secundaria. Citando a Ortega y Gasset, "Espa?a es el problema y Europa es la soluci¨®n". Ha tenido que llegar el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior para que en Espa?a se exija una formaci¨®n inicial cient¨ªfica docente para poder convertirse en profesor de secundaria. Sorprende que hayan pasado m¨¢s de tres lustros desde que se convirti¨® en obligatoria la ense?anza secundaria de nivel inferior y que no hayamos sido capaces de confeccionar una formaci¨®n docente inicial para el profesorado.
Lo que tenemos hasta ahora es como m¨ªnimo una temeridad. Salvo el tan denostado como in¨²til Certificado de Aptitud Pedag¨®gica (CAP), un licenciado o doctor se convierte en profesor de ense?anzas medias con tan s¨®lo demostrar un cierto conocimiento de su propia disciplina. Parece de sentido com¨²n, salvo quiz¨¢s para los autores del Manifiesto de la Junta de Filosof¨ªa, que el hecho de conocer una materia, siendo condici¨®n necesaria, no lo es suficiente para su ense?anza y menos a¨²n cuando se pretende que aprendan j¨®venes adolescentes. El profesor de secundaria, una vez superada la oposici¨®n o firmado el contrato de trabajo, aprende a ser tal, b¨¢sicamente, por ensayo y error. ?Alguien acudir¨ªa, por ejemplo, a un dentista que aprende de ese modo? ?Qu¨¦ le toca el d¨ªa en que acuda a su consulta, el ensayo o el error?
Los autores del manifiesto manipulan a la opini¨®n p¨²blica. Los firmantes del presente texto no somos ni autores ni responsables de la nueva normativa legal, que aun siendo mejorable, supone avances importantes. Por ello, ante ataques que tergiversan el contenido de la misma, es necesario no estar callados. No es cierto que el master de formaci¨®n del profesorado se haga a costa de la formaci¨®n disciplinar. La formaci¨®n disciplinar se obtendr¨¢ con un grado de cuatro a?os de duraci¨®n -frente a los cinco de las licenciaturas actuales-. No es que a los futuros profesores se les reste formaci¨®n como graduados, tal y como el manifiesto parece dar a entender.
Por otra parte, es un sofisma defender que ser especialista en una disciplina es lo que otorga la profesionalizaci¨®n como "profesor" excelente. Ninguna experiencia pr¨¢ctica con nuestros actuales adolescentes ni investigaci¨®n emp¨ªrica lo sostiene. La investigaci¨®n reciente muestra que con profesores preparados como docentes se beneficia el conjunto del alumnado, y muy especialmente el de los ambientes culturales menos privilegiados.
Tampoco es cierto que el master de secundaria tenga una "orientaci¨®n prioritariamente psicopedag¨®gica y did¨¢ctica". La ciudadan¨ªa puede buscar los contenidos en la Red y all¨ª ver¨¢ que se establecen 52 cr¨¦ditos obligatorios cuyos contenidos van desde el aprendizaje y desarrollo de la personalidad a los procesos y contextos educativos, pasando por la sociedad y la familia. Igualmente, hay complementos a la formaci¨®n disciplinar que ponen el ¨¦nfasis en el an¨¢lisis de los contextos hist¨®ricos y sociales en que surgen los conocimientos cient¨ªficos.
En definitiva, un profesor o profesora de secundaria -y por aqu¨ª van los tiros del master- precisa tener un profundo conocimiento de su materia y del correspondiente curr¨ªculo escolar, de los alumnos y de su desarrollo y aprendizaje, as¨ª como un conocimiento de la ense?anza (metodolog¨ªa, gesti¨®n del aula, evaluaci¨®n), adem¨¢s de un trabajo en colaboraci¨®n en el centro y con las familias. Esto no lo proporcionan los grados en una disciplina y son requisitos previos para el ejercicio profesional.
Lo que hay detr¨¢s del manifiesto no es m¨¢s que un craso corporativismo. Muchas facultades han visto que el tr¨¢nsito a los grados puede suponer perder un quinto de la carga de docencia actual y la consiguiente reducci¨®n de la plantilla docente en las llamadas ¨¢reas disciplinarias no did¨¢cticas. Los autores del manifiesto proponen el modelo MIR, lo cual no est¨¢ mal. Al fin y al cabo, un m¨¦dico se prepara para ejercer la medicina. Sin embargo, para los del manifiesto, un fil¨®sofo no se preparar¨ªa nunca para ser profesor, hasta que sea ya profesor.
Rafael Feito es profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Bol¨ªvar es profesor de Pedagog¨ªa de la Universidad de Granada y Rodrigo J. Garc¨ªa es coordinador de la Red de centros Atl¨¢ntida. Tambi¨¦n firman otros miembros del Proyecto Atl¨¢ntida.
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