Bastiones burgueses tomados por la globalizaci¨®n
Hay dos maneras de mirar el centro de la ciudad: la apocal¨ªptica cabreada y la integrada depresiva. La primera, bien conocida, es la que suele preguntarse con mal caf¨¦ c¨®mo es posible que la vieja sede de la Cros sea hoy una tienda de ropa franquiciada, la antigua Compa?¨ªa de Tabacos de Filipinas, un hotel y la mayor¨ªa de bares y restaurantes de La Rambla, unos expendedores compulsivos de fast food y paellas prefabricadas a precios de esc¨¢ndalo. La segunda mirada, m¨¢s astuta, es la que practica Javier Mariscal, que se autodefine como un "depresivo profesional", lo cual le permite re¨ªrse sin renunciar a la cr¨ªtica. Ma?ana caer¨¢ otra m¨¢s de las muy altas torres de la burgues¨ªa local: la sede de Catalana de Gas del Portal de l'?ngel, convertida por el dise?ador en tienda de ropa de la cadena sueca H&M. Sic transit gloria mundi.
El edificio de Catalana de Gas de Portal de l'?ngel, reformado por Mariscal, abre como tienda de ropa
Es la primera vez que Mariscal, que ha firmado tantos locales de moda de la ciudad, decora una tienda de moda. No lo ha tenido f¨¢cil. La arquitectura de Josep Dom¨¨nech Estap¨¤ (Tarragona, 1858-Cabrera de Mar, 1917) es de las que imponen: un noucentisme monumentalista que puede rastrearse en obras como el teatro Poliorama, los juzgados del paseo de Llu¨ªs Companys, la facultad de Medicina de Casanova y la c¨¢rcel Modelo de Enten?a. Orden y disciplina. Pero es, adem¨¢s, autor de un edificio con el que el dise?ador sintoniza hasta el punto de convertirlo en sus c¨®mics en la casa de Cobi: el Observatorio Fabra de Collserola. En cualquier caso, Mariscal tiene su propia definici¨®n para la arquitectura de Dom¨¨nech: "estilo remordimiento". Pesados herrajes, columnas de piedra y marqueter¨ªa noble para enaltecer a una compa?¨ªa s¨®lida: un edificio protegido, de 1908, en el que Mariscal ha tenido que sortear m¨²ltiples negativas de los "talibanes" municipales del patrimonio, seg¨²n los tach¨® ayer en la presentaci¨®n de la tienda. "De las antorchas ornamentales de la fachada yo no s¨¦ nada. Las retiraron los antiguos propietarios para llevarlas a su museo, as¨ª me dijeron".
El vest¨ªbulo es toda una declaraci¨®n de principios: unas pantallas de leds que vomitan colores y formas lis¨¦rgico-pops rodean dos imponentes farolas de cobre, de porte funerario. "Es como un aspirador-discoteca para atraer a las riadas que bajan por Portal de l'?ngel, un subid¨®n que invita a la compra", explicaba sin cortarse un pelo. "Tambi¨¦n recuerda los puestos de t¨®mbola de las fiestas mayores", ironizaba a prop¨®sito de la calle m¨¢s comercial de la ciudad. Dentro dominan estructuras livianas, de quita y pon. Una ligera escalera blanca de hierro recortado conduce a la planta noble. Bajo el lucernario ha sido colocada una especie de miri?aque gigante en aluminio, una estructura de Pere Casanovas, que colabora con escultores como Jaume Plensa y el fallecido Javier Palazuelos y que realiz¨® N¨²vol i cadira de T¨¤pies, instalado sobre el tejado de su fundaci¨®n. Los tonos son discretos: blanco, negro, naranja. "El protagonismo debe tenerlo la ropa. Los depresivos a menudo nos curamos comprando ropa", aseguraba el dise?ador, vestido para la ocasi¨®n con americana de pata de gallo, camisa negra clergyman y un gracioso sombrero de ala corta. Los directivos suecos de la empresa le miraban a distancia, entre t¨ªmidos y complacidos. Recordaban a los comensales de El fest¨ªn de Babette.
Va fuerte la cadena H&M (siglas de Hennes & Mauritz, sus fundadores en Suecia, en 1947) en Barcelona. Hace poco ha abierto otra tienda en lo que fue la Sastrer¨ªa Modelo, nada menos. Y una tercera ha aparecido en Num¨¤ncia, junto a L'Illa. En Espa?a cuenta con 99 comercios. En 32 pa¨ªses suma m¨¢s de 1.600. Factur¨® 92.123 millones de coronas suecas en 2007. Estos argumentos habr¨ªan convencido a nuestra burgues¨ªa, de no haber desaparecido por depresi¨®n en el combate globalizado.
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