El esc¨¢ndalo de Getaria

Varios informes sobre el caso Balenciaga revelan el esc¨¢ndalo econ¨®mico y de gesti¨®n que llev¨® hace un a?o a la paralizaci¨®n de las obras del museo del modisto, construido sobre un proyecto b¨¢sico, rechazado en su d¨ªa por los t¨¦cnicos del Ministerio de Cultura, y con un gasto, ¨ªntegramente p¨²blico, sobrepasado en m¨¢s del 300% desde las previsiones de primera hora.

La incertidumbre sobre el desenlace para el edificio levantado en Getaria se mantiene viva cuando la fiscal¨ªa acaba de imputar a tres personas, entre ellas su gestor principal, el peneuvista Mariano Camio, por varios delitos, salpimentados con regalos de piezas del modisto a esposas de cargos del PNV.

?Albergar¨¢ finalmente el edificio construido en la localidad natal de Balenciaga, cu¨¢ndo y a qu¨¦ coste final, la colecci¨®n del maestro? Los due?os de la respuesta son dos: por un lado, el Ministerio de Cultura, que corri¨® con el gasto de la primera etapa -casi un mill¨®n de euros por a?o entre 2000 y 2003 y 750.000 euros en 2006- en su papel de principal patrono institucional de la Fundaci¨®n Balenciaga, y tiene en sus manos la colecci¨®n del modisto; por otro, el Gobierno vasco y la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, que asumieron, a trav¨¦s de la sociedad Berroeta Aldamar, los contratos y las obras desde 2005 y poseen el edificio. Ni uno ni otro dan cuenta de sus conversaciones para encarrilar un desastre de proporciones e ingredientes dif¨ªciles de creer.

El acuerdo entre el ministerio y el Gobierno vasco es indispensable

El ministerio tiene la colecci¨®n y las instituciones vascas el edificio del museo

"Cuando haya algo que decir se dir¨¢", es la respuesta que ofrecen ambos, a casi 8 a?os de la colocaci¨®n de la primera piedra, en 2001, y a 6 de la fecha prevista de inauguraci¨®n, 2003. Los dos aseguran tambi¨¦n que la interlocuci¨®n es continua e inmejorable y que est¨¢ fuera de toda duda la voluntad de ponerse de acuerdo.

Lo que hay en estos momentos, 20 a?os despu¨¦s de que la idea echara a andar de la mano del atrevido alcalde de un pueblo de 2.500 habitantes, el hoy imputado Mariano Camio, son dos cosas: por un lado, una colecci¨®n de unas mil piezas, guardadas en un almac¨¦n, propiedad o dep¨®sito de la Fundaci¨®n Balenciaga. Y por otro, un edificio sobredimensionado, con la obra parada hace un a?o, por m¨²ltiples defectos y sin proyectos museol¨®gico y museogr¨¢fico, tras haberse construido entre 2005 y 2007 sobre el previamente desautorizado por el Ministerio de Cultura. ?ste es propiedad de la sociedad Berroeta Aldamar.

La opini¨®n general es que est¨¢n condenados a entenderse. Pero, de momento, cada uno tiene sus propios problemas que resolver en relaci¨®n con la gesti¨®n pasada del proyecto. Y tambi¨¦n sus condiciones e intereses para la permanencia futura en ¨¦l. A d¨ªa de hoy y llegado el caso, nada impedir¨ªa que la obra de Balenciaga terminara en otra institucion "de fines culturales similares". As¨ª reza una modificaci¨®n estatutaria realizada el a?o pasado, para el caso de liquidaci¨®n de la Fundaci¨®n.

Todas las acusaciones recaen sobre Camio, tanto en la Fundaci¨®n de la que era vicepresidente ejecutivo, como en la sociedad Berroeta Aldamar, que le nombr¨® gerente; pero lo cierto es que, entre ambas entidades, suman cuatro instituciones p¨²blicas, con una de ellas de nexo com¨²n, el Ayuntamiento de Getaria. A la vista de los hechos, al menos debieron descuidar su deber de vigilancia sobre el uso del dinero p¨²blico.

Mientras los jueces y una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria dilucidan las responsabilidades penales y pol¨ªticas de ese pasado, dos equipos han sido relevados, el de Camio y el que qued¨®, con el secretario general de la Fundaci¨®n, Manuel Cabrera, al frente, y nueva empresa trabaja para enmendar y rematar lo construido. La Fundaci¨®n, bajo el patronazgo de honor de los Reyes y la presidencia del modisto Hubert de Givenchy, se constituy¨® en 1999, con el ministerio bajo responsabilidad del PP, en ¨¦poca a¨²n de buen entendimiento con el PNV, y cuando se barajaba un presupuesto de 800 millones de pesetas. Nunca ha tenido un director. La sociedad del Gobierno vasco entr¨® en escena en 2005, ya con el PSOE al frente del ministerio, que suspendi¨® en 2004 las subvenciones y desautoriz¨® por inservible el proyecto b¨¢sico. El coste era ya de 21 millones de euros.