Barcelona, capital del Mediterr¨¢neo
Ahora, cuando Barcelona acaba de ser elegida como sede permanente de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo, convendr¨ªa recordar que el 21 de mayo de 1990, en el Sal¨® del Consell de Cent del Ayuntamiento, el entonces ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, plante¨® la conveniencia de la creaci¨®n de una conferencia de seguridad y cooperaci¨®n en el Mediterr¨¢neo.
Han pasado 18 a?os desde aquella primera alusi¨®n a lo que siempre he considerado como una necesidad de primer orden: la de promover y facilitar la cooperaci¨®n, el di¨¢logo, el entendimiento entre las dos orillas del Mediterr¨¢neo. Un di¨¢logo que no siempre ha existido y que cuando se ha producido no siempre ha sido f¨¢cil.
Tuvieron que pasar cinco a?os hasta que en noviembre de 1995 Barcelona fue la sede de la 1? Conferencia Intergubernamental Euromediterr¨¢nea. En el mismo Sal¨® de Cent, al dar la bienvenida a los participantes de la cumbre, les record¨¦ que la promoci¨®n de mecanismos de di¨¢logo en el Mediterr¨¢neo era urgente y precis¨¦ de que desde Catalu?a siempre se han visto con incomodidad los intentos de dividir este mar que nos une, separ¨¢ndolo entre un norte y un sur, entre un oriente y un occidente. "Aqu¨ª", les dije, "tenemos claro que el Mediterr¨¢neo es precisamente un punto medio en la tierra, de ah¨ª su nombre: un mar rodeado por tierras, hablas y religiones diversas; un punto de encuentro tanto como de confrontaci¨®n".
De aquella primera conferencia naci¨® el llamado Proceso de Barcelona, del que salieron un mont¨®n de acuerdos cargados de buenas intenciones. Lamentablemente, con el paso de los a?os pudimos constatar que buena parte de estos prop¨®sitos quedaban arrinconados o, en el mejor de los casos, funcionaban a marcha lenta.
Tuvieron que pasar 10 a?os para que se celebrara una segunda conferencia que, l¨®gicamente, tuvo a Barcelona como escenario. El Palau de Congressos del F¨°rum cont¨® con un alt¨ªsimo nivel de representantes pol¨ªticos internacionales. Conclusi¨®n: hab¨ªa que reedificar y adaptar a la nueva situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de la zona mediterr¨¢nea lo que se hab¨ªa empezado a dise?ar 10 a?os antes.
Como presidente de la Generalitat, quise que de manera paralela, y en estrecha colaboraci¨®n con la conferencia, Barcelona acogiera aquellos mismos d¨ªas la Confer¨¨ncia Euromed Barcelona+10 y la Confer¨¨ncia Euromed Dones Barcelona+10, ambas promovidas y organizadas por el Gobierno de Catalu?a. En estos dos encuentros se subray¨® la potencialidad de la red que forman los gobiernos locales y regionales para concretar las grandes declaraciones internacionales en acciones sobre el territorio. Por ello, en sus conclusiones, se reivindic¨® la inclusi¨®n de esta perspectiva local y regional a la hora de dise?ar lo que ahora es la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo, con sede en Barcelona.
Pero no acab¨® aqu¨ª la voluntad de la Generalitat de trabajar en pro de este di¨¢logo mediterr¨¢neo. Buena parte de la acci¨®n exterior de entonces se bas¨® en reforzar la cooperaci¨®n con los pa¨ªses de la ribera sur del Mare Nostrum (especialmente con Marruecos y Argelia), pero tambi¨¦n con Jordania, Palestina e Israel. Precisamente dedicamos un especial inter¨¦s a promover la ayuda internacional al establecimiento de un Estado palestino viable. El di¨¢logo permanente con Turqu¨ªa fue y sigue siendo una necesidad imperiosa.
En esta misma l¨ªnea mediterr¨¢nea, no es casualidad que Catalu?a cuente con uno de los mejores think tanks especializados en esta materia: el Instituto Europeo del Mediterr¨¢neo. Tampoco lo es que entre los objetivos de la eurorregi¨®n Pirineos-Mediterr¨¢neo, que promovimos e impulsamos, figure el de desarrollar acciones conjuntas destinadas especialmente a los pa¨ªses del Magreb.
La Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo empez¨® a forjarse en Barcelona y era inevitable que Barcelona fuera escogida como su sede, como su capital.
Pasqual Maragall es ex presidente de la Generalitat
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