"El sue?o de ?frica se llama Obama"
Wole Soyinka le pide al fot¨®grafo que le d¨¦ una tregua que dure lo que le duren a ¨¦l los dos dedos de aguardiente que acaba de pedir. No le gusta posar y cualquier excusa es buena para no salir del faro de San Juan de Nieva, donde come con los responsables del Centro Niemeyer. Ha venido a Asturias para leer poemas en Avil¨¦s y, sobre todo, para poner en marcha las Jornadas Africanas Soyinka. A partir de 2010 -cuando abra sus puertas junto a la r¨ªa avilesina el edificio dise?ado por el brasile?o Oscar Niemeyer-, el premio Nobel ser¨¢ el comisario de una muestra anual que mostrar¨¢ aqu¨ª lo m¨¢s relevante de la m¨²sica, el cine y el teatro que se hace actualmente en ?frica.
Al pie del faro sopla el viento del Cant¨¢brico y Akinwande Oluwole Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934) tiene fr¨ªo. Pero se deja fotografiar. Llama incluso a su esposa para tener un recuerdo del lugar, "para los chicos". De vuelta al calor habla de un particular cambio clim¨¢tico al que ha dedicado su ¨²ltimo libro publicado en Espa?a: Clima de miedo (Tusquets). "El miedo es una estrategia", dice. "Y el gran poder de los que la usan reside en infiltrar en la mente de los dem¨¢s un clima de miedo".
"Infiltrar el miedo en los dem¨¢s es una estrategia de los poderosos"
"Ganar el premio m¨¢s medi¨¢tico no te convierte en alguien a prueba de balas"
"Hace falta un bombardeo literario, lanzar literatura con paraca¨ªdas"
"En la c¨¢rcel descubr¨ª el poder de la imaginaci¨®n del hombre"
Para Soyinka, el cambio no empez¨® el 11 de septiembre de 2001, sino el 19 de septiembre de 1989. Ese d¨ªa, mientras sobrevolaba la Rep¨²blica de N¨ªger, fue derribado un avi¨®n de la compa?¨ªa francesa UTA. Murieron 170 personas, pero los propios Gobiernos africanos, dice el escritor, hicieron la vista gorda. "La URSS exist¨ªa todav¨ªa, pero era un s¨ªntoma de que algo estaba cambiando. Nadie se dio cuenta de que aquello iba a durar. No era un caso aislado". Seg¨²n Soyinka, el mundo se est¨¢ llenando de "cuasi-Estados" que, al contrario que los Estados tradicionales, "ni tienen fronteras ni se les puede pedir responsabilidades".
El doble rasero, dice el escritor, es el pan de cada d¨ªa de la pol¨ªtica internacional. Seg¨²n Soyinka, el genocidio de Ruanda, en el que los hutus masacraron a los tutsis, mostr¨® "la par¨¢lisis de la ONU". "Sab¨ªan lo que iba a pasar y dejaron que pasara. Fueron c¨®mplices por omisi¨®n". Justo por entonces, ¨¦l mismo escribi¨®: "Sur¨¢frica es nuestro sue?o y Ruanda nuestra pesadilla". ?Y ahora? Piensa unos segundos eternos. Luego contesta: "Hoy Sur¨¢frica mantiene muchas contradicciones. Ha pasado de ser un gran sue?o a ser una peque?a decepci¨®n. Lo ir¨®nico es que puede que Estados Unidos haya comenzado a convertirse en el sue?o de ?frica. Y del mundo. S¨ª, podr¨ªa decirse que hoy el sue?o se llama Obama. Desgraciadamente, ha llegado en un momento muy dif¨ªcil. Le llevar¨¢ su tiempo. Pero lo importante es el hecho en s¨ª. Es la consecuencia positiva y optimista del 11-S. Es una se?al de que la salvaci¨®n, incluso en el peor escenario, es posible". ?Y la pesadilla? "El avance del fundamentalismo religioso".
Cuando se le pregunta si un escritor puede combatir ese estado de cosas, es rotundo: "No. S¨®lo puede abrir horizontes, dar una visi¨®n m¨¢s abierta del mundo". Y luego a?ade ir¨®nico: "Har¨ªa falta un bombardeo literario, lanzar literatura con paraca¨ªdas". Narrador, ensayista y poeta, Wole Soyinka se considera sobre todo hombre de teatro: "El teatro es mucho m¨¢s que texto, es el arte m¨¢s social, tal vez el m¨¢s revolucionario. Eso s¨ª, es m¨¢s d¨¦bil que el cine. Pero el contacto humano sigue estando del lado del teatro".
Ese contacto es justo el que le falt¨® durante los dos a?os que, entre 1967 y 1969, pas¨® en la c¨¢rcel por su compromiso con la democracia en Nigeria: "Mi ¨²nico objetivo era sobrevivir, y no s¨®lo f¨ªsicamente. Pas¨¦ 22 meses en una celda de aislamiento, sin ver a nadie, sin nada que leer y nada con que escribir. Mi objetivo inmediato era salir de all¨ª mentalmente intacto". En El hombre muerto hizo el relato de aquel tiempo: "Descubr¨ª hasta qu¨¦ punto los seres humanos podemos ser imaginativos. Sal¨ª mentalmente m¨¢s fuerte de lo que entr¨¦".
Soyinka vive en Nigeria y pasa temporadas en Estados Unidos. Nacido en una familia en la que se mezclaba la anglofilia y la cultura yoruba, fue, en 1986, el primer Nobel de literatura africano. Luego vendr¨ªan el egipcio Naguib Mahfuz y los surafricanos Nadine Gordimer y J. M. Coetzee. A ¨¦l no parece pesarle el hecho de ser casi un s¨ªmbolo: "Uno cree que el delirio del premio va a pasar en cuanto se lo den a otro, pero no. Ya sabe lo que dec¨ªa Bernard Shaw: se le puede perdonar a alguien que invente la dinamita; que invente el Premio Nobel no tiene perd¨®n". Y se r¨ªe.
Con todo, el premio m¨¢s medi¨¢tico del mundo "no te convierte en alguien a prueba de balas". En 1997, durante uno de sus varios exilios, fue juzgado in absentia y condenado a muerte por el r¨¦gimen militar de su pa¨ªs. Ahora ha vuelto, pero no deja de moverse: "El contacto entre las sociedades las hace menos arrogantes. Hay pa¨ªses a los que les encanta ense?ar sus atributos a los dem¨¢s. Conocerlos directamente les a?ade humildad. La primera vez que viaj¨¦ a Inglaterra, en los a?os cincuenta, descubr¨ª que all¨ª hab¨ªa pobres". El entonces joven estudiante llevaba en la retina la imagen del lujo con que los brit¨¢nicos viv¨ªan en Nigeria, que se independiz¨® del Reino Unido en 1960: "Cualquiera que va a un pa¨ªs m¨¢s pr¨®spero que el suyo se da cuenta de que en todas partes hay dificultades, de que nadie ha llegado todav¨ªa a la sociedad ideal. Tiene una ventaja: cuando vuelves a tu casa te pones a trabajar".
Obra en espa?ol
- Clima de miedo (2007)
- Ibadan (1994)
- Isara (1988)
- Ak¨¦ (1981)
- Los int¨¦rpretes (1975)
- Poemas desde la c¨¢rcel (1969)
- La carretera (1969)
- El hombre muerto (1965)
- El le¨®n y la perla (1963)
Babelia
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