La refundaci¨®n perpetua
El Consejo Pol¨ªtico de Izquierda Unida (IU) -sus 180 miembros son designados a partes iguales por el congreso federal y por las organizaciones territoriales- eligi¨® hace ocho d¨ªas a su nuevo coordinador general con casi un mes de retraso. La falta de consenso entre las cinco tendencias organizadas representadas en la IX Asamblea que se clausur¨® el 16 de noviembre explica ese obligado aplazamiento. El candidato electo fue Cayo Lara, dirigente tambi¨¦n del Partido Comunista de Espa?a (PCE), alcalde de Argamasilla de Alba de 1987 a 1999 y coordinador de IU en Castilla-La Mancha desde el a?o 2000. El nuevo l¨ªder federal obtuvo el 55% de los votos de los 169 miembros presentes en el Consejo Pol¨ªtico frente al 17% de Joan Josep Nuet -candidato de la corriente Nacional II (una humor¨ªstica referencia a la carretera que une Madrid, Arag¨®n y Catalu?a)- y un 28% de papeletas en blanco.
El Consejo Pol¨ªtico de Izquierda Unida elige como coordinador de la organizaci¨®n a un dirigente del PCE
La resoluci¨®n del Consejo Pol¨ªtico sigui¨® formalmente el criterio de designar al candidato m¨¢s votado por la IX Asamblea: Cayo Lara logr¨® entonces el 43% de los sufragios frente al 27% de Llamazares, el 19% de Nuet, el 6% de Haizea Miguela y el 5% de J. M. S¨¢nchez Gordillo. No hab¨ªa, sin embargo, razones estatutarias para transformar de manera autom¨¢tica la mayor¨ªa relativa obtenida hace un mes en una mayor¨ªa absoluta ahora. De ah¨ª que las corrientes llegadas a la meta en segundo y tercer lugar hace un mes trataran de pactar una candidatura capaz de agregar sus votos para derrotar a Cayo Lara.
Sin embargo, Eberhard Grosske -propuesto por la Izquierda Abierta de Llamazares- no consigui¨® personificar esa alternativa ganadora a causa de las divisiones de la Nacional II entre los adversarios (presentes sobre todo en la federaci¨®n madrile?a) y los partidarios de la frustrada alianza. Las escisiones enconadas y las luchas pasionales entre facciones son frecuentes en los partidos desgarrados por las ambiciones personales, las derrotas electorales y el sectarismo doctrinal.
Preocupados, tal vez, por las negativas consecuencias de esas divisiones internas para la imagen p¨²blica y estabilidad organizativa de IU, los dirigentes de las cinco tendencias cabildearon una distribuci¨®n proporcional de los 23 puestos del Comit¨¦ Ejecutivo Federal, que incluye cinco ¨¢reas de trabajo y 17 secretar¨ªas. La circunstancia de que el nuevo coordinador de IU no disponga de esca?o en las Cortes Generales explica la disfuncionalidad de que su predecesor, el diputado Llamazares, contin¨²e siendo el portavoz parlamentario. El 38% de votos en blanco o abiertamente en contra de la distribuci¨®n de los puestos en el Comit¨¦ Ejecutivo expres¨® la irritaci¨®n de una importante minor¨ªa del Consejo Pol¨ªtico, disconforme con el pasteleo o decepcionada por el reparto del pudding. De a?adidura, el reducido n¨²mero de mujeres elegidas -7 sobre un total de 23-, en abierta infracci¨®n de los criterios de paridad estatutarios, motiv¨® una monumental bronca de cierre. -
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