L¨ªmite: 9,48s
Un investigador fija los topes del atletismo, los tiempos y las velocidades que el ser humano nunca superar¨¢
Alucinando al ver c¨®mo Usain Bolt, contra toda la l¨®gica, bat¨ªa los r¨¦cords mundiales de los 100 y los 200 metros en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2008, Mark Denny, un bi¨®logo de la Universidad estadounidense de Stanford (California) al que le gusta correr maratones, se hizo la misma pregunta que los millones de espectadores que se admiraron el pasado verano ante el prodigio jamaicano: ?tiene la velocidad humana un l¨ªmite o podemos seguir a?o tras a?o, por los siglos de los siglos, asistiendo a actuaciones extraordinarias?
A diferencia del resto de los mortales, Denny, que es un investigador reputado, intent¨® responderse la pregunta. Y lo consigui¨®. O eso, al menos, plantea en un estudio publicado en diciembre en el Journal of Experimental Biology.
La mayor rapidez se alcanza durante la carrera de 200m: 38,6km/h
S¨ª, dice Denny; al igual que los caballos y los perros, el ser humano tiene un l¨ªmite. Y un l¨ªmite cuantificable: la m¨¢xima velocidad media que puede alcanzar el hombre se produce en una carrera de 200 metros y es de 10,73 metros por segundo (38,6 kil¨®metros por hora), s¨®lo un 3,68% superior al r¨¦cord actual, los 19,30s establecidos por Bolt en la capital china. Y la m¨¢xima velocidad sostenida a lo largo de 42,195 kil¨®metros, una marat¨®n, es de 20,988 kil¨®metros por hora, s¨®lo un 2,72% superior al actual r¨¦cord mundial del et¨ªope Haile Gebrselassie (2h 3m 59s), lo que, por otro lado, significa que, de tener raz¨®n Denny, quien basa sus predicciones en un modelo matem¨¢tico complejo, el hombre nunca bajar¨¢ de las dos horas en dicha prueba.
El investigador californiano no estudia el porqu¨¦, si hay un tope fisiol¨®gico (?el coraz¨®n, que deja de llevar sangre a los m¨²sculos llegado un momento cr¨ªtico?, ?el cerebro, que ordena el destino de la sangre y reclama su parte para sobrevivir?, ?los m¨²sculos, que no pueden contraerse m¨¢s r¨¢pido?, ?tendones, ligamentos y articulaciones, que no pueden aguantar m¨²sculos m¨¢s r¨¢pidos?), biomec¨¢nico (la capacidad del hombre para dar pasos m¨¢s grandes con apoyos m¨¢s breves, a m¨¢s velocidad) o de cualquier otro tipo. Tambi¨¦n mantiene la humildad de pensar que acaso puede estar equivocado. Pero, sinceramente, duda de que lo est¨¦.
Como en el caso de los galgos de carrera y de los caballos purasangre, una raza cuya evoluci¨®n gen¨¦tica se ha basado en una selecci¨®n casi absolutamente artificial (los criadores buscan la velocidad pura de los equipos sobre distancias de entre dos y dos kil¨®metros y medio: lo han conseguido hasta llegar al l¨ªmite de unos huesos demasiado fr¨¢giles para soportar la tensi¨®n de la velocidad en una raza que existe ¨²nicamente desde el siglo XVIII y cuyos or¨ªgenes se pueden trazar hasta s¨®lo 29 ejemplares: un solo semental, Darley Arabian, es responsable del 95% de la l¨ªnea paterna, cuyos registros desde principios de siglo Denny ha estudiado hasta llegar a la conclusi¨®n de que la evoluci¨®n de la velocidad se halla estancada desde hace 40 a?os (el caballo m¨¢s r¨¢pido de la historia de la Triple Corona, Secretariat, logr¨® sus marcas en 1973), al atleta se le puede considerar m¨¢s fruto de una selecci¨®n artificial que natural. Tan artificial como artificiales son los elementos que m¨¢s influyen en la evoluci¨®n de las marcas -mejoras en la nutrici¨®n, el equipamiento y los entrenamientos (el cuarto, el uso de sustancias que mejoren el rendimiento se deja de lado: tambi¨¦n tendr¨¢ un l¨ªmite, claro, la posibilidad de mejora inducida por los anabolizantes)-, y no tanto el aumento de la poblaci¨®n practicando deporte.
Lo mejor de las predicciones de Denny es que quiz¨¢s estemos a tiempo de verlas confrontadas con la realidad. Este mismo verano, por ejemplo, en los Campeonatos del Mundo de Berl¨ªn, Bolt volver¨¢ a situarse en los tacos de salida dispuesto a ensanchar los l¨ªmites humanos. Pero, por mucho que corra, ser¨¢ muy dif¨ªcil que llegue a bajar de 9,48s, el tope de los 100 metros. M¨¢s cerca de romper el suyo estar¨¢n las maratonianas (el r¨¦cord de la brit¨¢nica Paula Radcliffe s¨®lo tiene un margen de mejora del 0,36%, es casi insuperable) y un crack, si sale, de los 400 metros: los 43,18s del estadounidense Michael Johnson s¨®lo est¨¢n un 1,06% por debajo del tope: 42,73s. Un desaf¨ªo m¨¢s para Bolt. Seg¨²n los especialistas, el jamaicano, de 1,96 metros de estatura, tiene el perfil ideal para ser el primero que baje de los 43s en el 400. Pero no en Berl¨ªn. No a¨²n.
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