"?Llevo 24 horas aqu¨ª tirada!"
Cientos de pasajeros se ven obligados a hacer su trayecto en autocar
Sola en una ciudad extra?a. Sin equipaje. A punto de subirse a un autocar sin tener muy claro el destino. Y, sobre todo, muy, muy cabreada. "Nadie me dice nada. Esto es una pesadilla. No s¨¦ d¨®nde est¨¢n mis maletas. No tengo una mierda conmigo y no s¨¦ a qu¨¦ hotel me llevan", se lamentaba ayer entre dientes Alicia Young, inglesa de 27 a?os, a la puerta de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. El autocar estaba a rebosar de viajeros. Unos hab¨ªan perdido el vuelo a M¨¦xico; otros, como Alicia, el de Guatemala. Para ninguno hab¨ªa soluci¨®n hasta el d¨ªa siguiente.
"?Veinticuatro horas aqu¨ª tirada!", repet¨ªa. Su vuelo sali¨® de Londres con dos horas y media de retraso. Al llegar a Barajas busc¨® su avi¨®n a Guatemala en el panel. ?ltima llamada, pon¨ªa. "Corr¨ª como una loca por la terminal. Llegu¨¦ a la puerta y el avi¨®n estaba all¨ª, pero no me esperaron".
"La peor compa?¨ªa del mundo", dice de Iberia una familia de italianos
Hab¨ªa muchos nervios ayer en la terminal 4. De viajeros con vuelos retrasados o cancelados, pero tambi¨¦n de trabajadores, que aguantaban como pod¨ªan el chaparr¨®n. "?C¨®mo que no hay vuelo a Vigo? ?Pues d¨¦me una soluci¨®n!", se desga?itaba una mujer frente a uno de los mostradores de atenci¨®n al cliente de Iberia. El empleado, casi avergonzado, le ofrec¨ªa un autocar. Eso, o esperar al d¨ªa siguiente. "?Yo he pagado para llegar en una hora, no en siete! ?Esto es una verg¨¹enza!". El trabajador suspiraba, con cara de no saber qu¨¦ m¨¢s decir.
Los paneles de informaci¨®n de llegadas estuvieron todo el d¨ªa en rojo. "Retrasado / delayed". Algunos vuelos, como el de Lisboa o el de Venecia, llegaban una hora tarde. M¨¢s otros 30 minutos para recoger las maletas.
El r¨¦cord fue para un vuelo procedente de Guatemala. Casi 17 horas tarde, seg¨²n los paneles. El de El Cairo, 16. El de Dakar, 14. Centenares de pasajeros perdieron sus conexiones. "La peor compa?¨ªa del mundo. Mucho peor que en Italia, que ya es decir". Dos familias sicilianas, de tres y cuatro miembros, esperaban otro autocar que los llevara a un hotel. Su vuelo, un Nueva York-Madrid de Iberia, aterriz¨® en Barajas con dos horas y media de retraso. No llegaron a tiempo para coger el de Roma por s¨®lo 30 minutos. "Nos tendr¨ªan que haber esperado", se quejaban. Lo peor era que les tocar¨¢ pagar para llegar a casa.
Los Zenatello calculaban 1.000 euros para volar los tres a Palermo desde Roma. Los Lagan¨¤, unos 1.500 hasta Reggio Calabria. Iberia no se hac¨ªa cargo de esos vuelos perdidos, que eran de otras compa?¨ªas. Y sin maletas. Y sin comer en varias horas. Y sin "capo de Iberia" al que quejarse, por m¨¢s que lo buscaron. "Aqu¨ª nadie sabe nada. Iberia nunca m¨¢s", sacud¨ªa la cabeza Zenatello hijo. Normal su enfado: a la ida de sus vacaciones les hab¨ªan perdido las maletas.
Tampoco esper¨® a los rezagados el vuelo a Marraquech. "Pr¨¢cticamente nos han cerrado las puertas en las narices", se quejaban Carlos Guerrero y Carlota Mart¨ªn, que hab¨ªan salido tarde de Valencia con Iberia. Y eso que el pasaje estuvo tres horas dentro del avi¨®n esperando el permiso para despegar. "Lo ve¨ªamos desde la puerta de embarque". Sus minivacaciones, al garete. "Nos han fastidiado el puente. Con la ilusi¨®n que ten¨ªamos...". Quiz¨¢ puedan salir hoy. "No nos lo aseguran", dec¨ªa Carlota en la cola para poner una reclamaci¨®n. Otro motivo de enfado: "Que hagan huelga si quieren, pero al menos que haya gente suficiente para atendernos".
Mientras, los autocares no paraban. "Me ha llamado mi jefe y me ha dicho que viniera corriendo para Barajas", dec¨ªa uno de los conductores. Iberia tuvo que contratar viajes por carretera a Valladolid, Valencia y Vigo, entre otras ciudades. Otros autobuses se dedicaban a trasladar a los hoteles a los pasajeros que hab¨ªan perdido sus conexiones. "La gente cree que tambi¨¦n somos de Iberia y no para de quejarse", soplaba otro conductor que el viernes tuvo que llevar pasajeros a un hotel de Guadalajara. Los de Madrid ya estaban llenos.
Colas y m¨¢s colas. Para la tarjeta de embarque, para facturar el equipaje, para informarse y para poner reclamaciones. "Ayer [por el viernes] nos enteramos de la huelga por la tele", reconoc¨ªa una empleada de AENA. Estaba en el mostrador de informaci¨®n.
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